Federico Barreto

Federico Barreto
Federico Barreto

08 de Febrero 1868.- Nace en Tacna, Don Federico Barreto.

Hijo del Coronel Federico María Barreto (Limeño) y de doña Ventura Bustíos,(Tacneña) José Federico Barreto Bustios nació en Tacna el 8 de febrero de 1868. Falleció en Marsella (Francia) el 30 de octubre de 1929.

Como poeta y como periodista fue uno de los ardorosos abanderados del patriotismo. Esto lo sabe muy bien su pueblo. Por eso lo ama y busca sus poemas y los recita.

Entre la intelectualidad que encabezó la tenaz resistencia a la ocupación enemiga de Tacna tiene un puesto de Honor Federico Barreto, quien, además de sus dotes de patriota, fue como hombre de letras un indiscutible valor, principalmente en la poesía.

A los 17 años de edad se inició en las lides periodísticas, colaborando con sus poesías en el diario Los Andes, fundado y dirigido por Cúneo Vidal.

 En la guerra con Chile al inicio de las acciones bélicas con Chile, y la consecuente alteración de la vida normal en la ciudad, hizo que sus padres lo enviaran a Lima para que continuara sus estudios. fue llevado a Lima pero más pudo el amor al terrunio ya que pronto regresó. En 1886 el poeta con un grupo de jóvenes entusiastas fundó el periódico El Progresistas y el círculo vigil,  Publicó varios poemas referentes al cautiverio.

Terminada la ocupación, retornó a Tacna, reiniciando su actividad intelectual, dirigida desde los primeros momentos a alentar la resistencia. Se editaba en Tacna por ese entonces El Deber, El Tacora y el periódico chileno El Eco; Barreto fundó El Progresista, que se convirtió en trincheras de la campaña antichilena.

Más tarde, con su hermano José María, fundó La Voz del Sur, asaltado y destruido por los chilenos debido a su campaña peruanista. Barreto, autor de Algo mío, Aroma de mujer y otras obras elogiadas por la crítica, murió en Marsella (Francia), el 30 de octubre de 1,929, sin haber podido estar presente en la Reincorporación de Tacna, que era su principal anhelo.

Title: Tu Castigo
Poet: Federico Barreto

Después de tu traición no he vuelto a verte
Te ocultas porque temes que algún día
Exclame en alta voz para perderte:
¡Esa mujer que pasa ha sido mía!

No temas nada soy hidalgo y fuerte
Y en mi honradez de caballero fía
Guardaré tu secreto hasta la muerte.
¡Antes que divulgarlo moriría!.

No seré yo que fui feliz contigo,
Quien salpique de lodo tu semblante,
¡Tendrás el desengaño por castigo…!

Algún día llorando como loca
Me llamarás, a gritos, y tu amante
Las manos viles te pondrá en la boca

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Title: Queja a Dios
Poet: Federico Barreto

Me has entregado, ingrata, al abandono,
y yo, que tanto y tanto te he querido,
ni tu negra traiciòn hecho en olvido
ni disculpo tu error…¡ni te perdono!

No intentes, pues, recuperar el trono
que en mi pecho tuviste, y has perdido.
En el fondo del alma me has herido,
y en el fondo del alma està mi encono.

Yo no podrìa, es cierto, aunque quisiera,
castigar como debo tu falsìa;
mas la mano de Dios es justiciera…

¡Castìgala, Señor, con energìa!
Que sufra mucho; ¡pero que no muera!
¡Mira que yo la adoro todavìa!

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PRINCE

El Circo por el pueblo está invadida,

y allí, causando admiración y pena,

Prince , el león de esplendida melena,

se revuelca en su jaula enfurecido.

Mira a la turba con el cuello erguido,

y al sentirse amarrado a una cadena,

hunde la garra en el candente arena

y grita «¡LIBERTAD! con un rugido.

Como esa fiera indómita y altiva,

conozco yo de inmortal renombre

que tambié ruge porque está cautiva.

No es Prince , no, su soberano nombre;

no está en el Sonegal su patria magna;

Su patria es el Perú.

DESDE EL DESTIERRO

De mi suelo natal estoy proscrito,

y al verme aquí, tan lejos de mis lares,

la indignación ahoga mis pesares,

y en lugar de una queja, lanzo un grito.

¿Cuál fue, decid, mi crimen inaudito?

¿Adorar a mi patria en sus altares?

¿Consagrarle mi brazo y mis cantares?

¡Pues hónranme la pena y el delito!

¡Madre Tacna, soporta tu tormento

con el valor del mártir en la hoguera.

¡Muéstrate grande hasata el postrer monento!

Fija está la humanidad entera.

Sufre, ¡pero no laces ni un lamento!

Muere, ¡pero no cambies de bandera!

EL VALLE

Amanece. De pie desde una loma 

veo a Tacna entre frondas escondido.

Desde lejos parece una paloma

con las alas abiertas en su nido.

Tras la cumbre de un monte el sol se asoma,

gorjeos de aves llegan a mi oído,

Y sinto que embriaga el blando aroma

de ese pedazo del Edén perdido.

Desde aquí todo el valle se domina.

Corre, abajo, entre sauces, el Caplina;

y guardando esta tierra encantadora,

dos titanes admiran su heroísmo:

el mar azul y el níveo Tacora.

Dos extremos: la cumbre y el abismo.