La vida llena de infortunios y la exitosa carrera artística de la que es considerada por público y crítica como la más grande cantante de música criolla de todos los tiempos, es materia del documental ‘Lucha Reyes: Carta al Cielo’, que se estrena mañana en el decimocuarto Encuentro de Cine Latinoamericano.
Su realizador, Javier Ponce Gambirazio, señala que el proceso de investigación y elaboración de este trabajo le demandó tres años.
Fruto de este esfuerzo fue la obtención de archivos fílmicos inéditos de la Lima de las décadas de 1950, 1960 y 1970, además de filmaciones y grabaciones poco difundidas de las presentaciones de quien fue llamada, con justicia, “La Morena de Oro de la Canción Criolla”.
“Lo que pretendo con este documental es dar una lectura real y no ficcionada de lo que fue la vida de Lucha Reyes, para contrastarla con la idea que mucha gente tiene de ella y que proviene de una miniserie de televisión en la que se inventaron varias cosas”, señala.
En el film, Ponce traza además un paralelo entre el ascenso de la cantante al estrellato (proceso que se extiende desde sus primeras actuaciones a fines de los años 50 hasta el gran éxito que obtiene con el vals ‘Regresa’, en 1969) y los cambios sociales que se producen en el Perú.
“Le tocó vivir en épocas en que hay cambios sociales y políticos que van permitiendo que una persona de un estrato social marginal como ella alcance el éxito que tuvo”, señala, al tiempo de recordar que para entonces, el país empezaba a superar la etapa de predominio de la aristocracia y la oligarquía, con el advenimiento del régimen militar encabezado por Juan Velasco, y otros acontecimientos.
Ponce indica también que su investigación destierra algunos mitos respecto a Lucha Reyes. Uno de ellos es el de la causa de su fallecimiento, ocurrida el 31 de octubre de 1973, cuando solo contaba con 36 años de edad.
“Nunca tuvo tuberculosis y nunca murió a causa de ella. Falleció de un infarto porque estaba diabética y porque tenía arterioesclerosis”, afirma, citando la versión de Eduardo Zuleta, médico que la atendió en el hospital de Bravo Chico.
También señala que no es exacto afirmar que era maltratada por el animador y locutor Augusto Ferrando. El hecho de que trabajara en su elenco (La Peña Ferrando) durante diez años y que este solventara los gastos que demandaba su tratamiento contra la diabetes, indican lo contrario.
“Ferrando no la trataba aparentemente bien, pero tampoco era porque la quisiera tratar mal, sino que así se trataba a la gente de color en esa época. Ferrando tenía ese trato con una persona negra, al igual que otras personas. Lo que hoy nos parece terrible y políticamente incorrecto, en ese momento era lo normal en Lima”.
El hecho de que Lucila Sarcines Reyes (el verdadero nombre de esta gran artista) haya logrado el estatus de estrella siendo mujer, pobre y de raza negra en un país que recién empezaba a despojarse de prejuicios, resulta extraordinario, señala el director del documental.
También lo es –añade- el hecho de que nunca haya recibido lecciones de canto ni de desempeño escénico, a pesar de contar con una voz sumamente expresiva, capaz de transmitir esas sensaciones de profunda tristeza o de intenso júbilo contenidas en las letras de los valses que cantaba y que ella misma seleccionaba dentro de su repertorio.
“Lucha Reyes es el personaje más importante de nuestra música y un elemento de cohesión social esencial, porque en todos los sectores sociales hay consenso de su valía”, puntualiza Ponce.
El estreno del documental se realizará mañana sábado 14 de agosto a las 14.30 horas en la sala Azul del Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica, en San Isidro.