LOS CUATRO PUNTOS CARDINALES DEL CRIOLLISMO

MONSERRATE

Monserrate es el barrio del Señor de los Milagros y del Cuartel Primero. Fue cuna de criollismo gracias a Pedro A. Bocanegra y los hermanos Govea, cantores de principios de siglo que animaban las jaranas de ese barrio. Posteriormente recibiò la visita de otros criollos como Lucho de la Cuba y Juan Criado, el «arquero cantor». Por la actual iglesia de San Sebastiàn, la jarana se hacìa en una casa llamada «La Chocholì con piano» y en ella se ubicaban los centros musicales Uniòn y Bocanegra. Otro sìmbolo de Monserrate fue el maestro de mùsica Josè Sabas Libornio, de origen filipino, director de las Bandas de Mùsicos del Ejèrcito, que resultò de gran importancia en los inicios de la mùsica criolla a principios de siglo.

BARRIOS ALTOS Y «LA PEÑA HORADADA»

Cinco Esquinas es otro de los puntos claves en la historia de la mùsica criolla limeña. De Barrios Altos surgieron dos representantes mayores de criollismo galano y jaranero: Felipe Pinglo y Pablo Casas Padilla, este ùltimo autor de dos grandes valses como «Olga» y «Anita». Habìa un grupò de criollos llamado «La Volante de Cinco Esquinas» que protagonizaban las jaranas en los alrededores del jiròn Huari y del Puente Balta. Pinglo ha retratado muy bien, en su vals «De vuelta al barrio», ese paisaje barrioaltino poètico y colorido: los picarones de la abuela Isabel, los picantes de doña Luz y el almacèn del italiano. Y del barrio las Carrozas, aquèl del famoso delincuente «Tatàn».

RÌMAC Y MALAMBO

Abajo del puente tambièn tiene su historial criollo, especialmente en la zona de Malambo (hoy calle Francisco Pizarro). Malambo de los hermanos Ascuez y de los Sancho Dàvila fue zona de negros y de valientes, asì como de jaranas interminables.

Segùn Aurelio Collantes, el màs destacado de los cronistas de la mùsica criolla de Lima, el Rìmac (màs conocido como «Abajo el Puente») fue zona de grandes jaranas protagonizadas por un duo antiguo llamado Gariboto-Bancalary, por las voces de los hermanos Andrade y la de don Julio Vargas. Consigna tambièn Collantes la fama de la zamba Catalina Herbozo, cantante y guitarrista de la pulperìa rimense «La Mariposa» solìa cantar el valse «Idolo».

LA VICTORIA

Dos templos del criollismo limeño se alzan en el populoso distrito de La Victoria: el callejòn del Buque y la Peña de la Valentina. La segunda fue creaciòn de la Valentina Barrionuevo de Arteaga, reina de la fiesta victoriana y esposa de otro gran jaranista limeño, el «Manchao» Arteaga. El Buque, ubicado en la calle Luna Pizarro, fue testigo de bulliciosas jaranas organizadas por las familias negras, todas fanàticas del club Alianza Lima y de la mazamorra morada. La Peña Valentina, de màs reciente data, aùn abre sus puertas en la cuadra nueve de la avenida Iquitos. Es cèlebre por haber promovido la apariciòn de nuevos exponentes del canto y bailes negros del Perù.

Tras la muerte de Valentina, su hija, Norma Arteaga, continùa la tradiciòn familiar y organiza anualmente del premio màximo que se concede a las exponentes del baile afrolimeño: «La Valentina de Oro», galardòn que ahora es disputado por candidatas de diferente color y estrato. Es decir, el landò y el festejo ya no son expesiones exclusivas de bailarinas negras.

Libro: PASEOS POR LA CIUDAD Y SU HISTORIA.

Editora: Diario Expreso

ENVIADO POR: CECILIA NUÑEZ