Décimas – Saber y Porfía

La décima de saber (a diferencia de la de argumento) trasunta cierto alarde, cierta inmodestia que no procede tanto de una gratuita vanidad del cantor, sino del espíritu polemista que anima este género en su agresiva función de contrapunteo. Pero cuando esa vanidad ya no es de un leve matriz sino de una tremenda presuntuosidad que llega a (o parte de) lo insólito, estas décimas en su conjunto crean un género que se conoce como de jactancia.

 

Para crear este mundo de mentiras desmesuradas se necesita ingenio, porque al centro de tanta fantasía irá el cantor como dueño de una sabiduría salomónica y una riqueza miliunonochesca, protagonista de aventuras aladinescas y viajes gulliverianos. Tales elementos de la décima de jactancia

.

Un típico modelo de glosa jactanciosa sale de la planta que dice:

 

 

Yo tengo mi tío cura

y mi hermano Presidente;

mi primo Gobernador

y mi sobrino Intendente.

 

(Santa Cruz 1971: 107-8)

 

 

Pero un buen ejemplo en décimas de saber son las que glosan esta redondilla:

 

 

Si tú eres cantor completo

yo te voy a examinar,

comencemos a cantar

ocupando el alfabeto.

 

 

Las décimas de porfía (básicas en todo contrapunto) juegan en su temática sobre la pugna entre dos elementos aparentemente antagónicos o tácitamente complementarios: “el día y la noche”, “el Sol y la Luna”, “la vida y la muerte”, “el buey y el arado”, “el hombre y la mujer”, “Adán y Eva”, “el tres y el cuatro”, “el indio y la coca”, “la risa y el llanto”, “Dios y el diablo”, “el rico y el pobre”, “el gallo y la gallina”, “la gallina y el huevo”, “el negro y el blanco”, etc.

 

 

 

 

 

Ambos elementos pueden argumentar dentro de una sola glosa, pero lo usual es que cada antagonista abogue por uno de los elementos en pugna, produciendo lo que se denomina canto a dos razones:

 

 

A que usted no me adivina

cuál de los dos fue primero:

entre el huevo y la gallina,

¿fue la gallina o el huevo?

 

 

Cuando rivalizan más de dos elementos la disputa adquiere características de torneo y es factible que el número de decimistas contendientes sea igual al de las cuestiones en litigio:

Cuatro para los elementos naturales (agua, fuego, tierra y viento); cuatro para las estaciones (primavera, verano, otoño, invierno); tres para los colores primarios (amarillo, rojo y azul); tres para las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad); cinco para los continentes o para los sentidos, etc. Cada quien escogerá o sorteará su elemento a defender, entablándose así un verdadero torneo en el que se conjugan “saber y porfía”.

 

 

Están los cuatro elementos

en una gran discusión;

justamente cuatro son:

Agua, Fuego, Tierra y Viento.

 

 

 

 

 

CUANDO EN EL AGUA SE ESCRIBA

 

 

 

Cuando en el agua se escriba

y en el papel nazcan peces.

Cuando sean los años meses

y la muerte sea vida.

 

 

1

 

Podrás competir de veras

con mi ciencia y con mi fama,

cuando suenen las campana

fabricadas de madera.

Cuando bajen las esferas

y lo pasado reviva

y en la tierra nadie viva

para que tenga talento.

Tomaré tu testamento

cuando en el agua se escriba.

 

2

 

Cuando veas por los aires

los templos y monumentos;

cuando ya no corra el viento,

cuando ya no habite naides.

Cuando los grandes pesares

en dicha se convirtiesen;

cuando los muertos viviesen

para nunca más morir,

o en la mar pueda escribir

y en el papel nazcan peces.

 

3

 

Cuando veas que la Luna

esté rodando en el cielo

y el Sol con gran desvelo

ya no tenga luz ninguna;

cuando se vuelva fortuna

toda miseria que hubiese.

Cuando el día oscureciese

y la noche alumbrase.

Creo que tú me ganases

cuando sean los años meses.

 

4

 

Cuando a la tierra saliesen

todos los peces del mar

y cambiando de lugar

las aves al mar se fuesen.

Cuando en los ríos corriese

el agua de abajo a arriba.

Cuando veas convertida

la mayor desgracia en suerte:

cuando la vida sea muerte

y la muerte sea vida…

 

Fuente: Fuente oral. Comunicó Abel Colchado, en Zaña (Chiclayo) 1960

 

 

 

 

UNA TORRE CON PORFIA

(Moros y Cristianos)*

 

 

 

Una torre con porfía

he mandado fabricar,

donde pienso castigar

a todita la Turquía.

 

 

1

 

-¡Pienso traer a Balán

y al mentadísimo Alfión,

y traer al rey Clarión

a las plantas de Roldán!

Pienso traer a Sultibrahan

y al gran rey de Alejandría.

Y en ese famoso día

pienso bajarles el genio

y advertirles que les tengo

una torre con porfía.

 

2

 

-¡Y a ti te doy a saber,

si has venido preparado,

que la torre que han formado

bien la pueden deshacer!

Sabrás que el conde Renguez

hoy te ha salido a buscar;

sabrás que se ha ido al mar

Oliveros, el mentado,

porque un castigo apropiado

ha mandado fabricar.

 

3

 

-¡Los doce Pares de Francia

son doce nobles guerreros,

y advierte a tu escudero

que invoque en su alabanza;

dile que están con su lanza

listos para ir a pelear;

Rengel se ha ido a tomar

hoy la fuente de Mantible

porque es el lugar terrible

donde primero castigar!

 

4

 

Borgoño se va conmigo

en busca de Feragu,

también alístate tú,

que aquí llevo tu castigo.

Carlos mano está afligido

de la venta y tiranía,

pero la fe de María

auxilia a todo cristiano.

Piensa vencer Carlos mano

a todita la Turquía!


 

 

* Esta glosa pertenece al muy difundido ciclo de Carlo Magno y los Doce Pares de Francia, que en Hispanoamérica adquiere carácter folklórico, tanto como repertorio de los decimistas cuanto como representación épica del teatro popular.

 

Fuente: Hoja manuscrita. Colección Juan Quiñones. Lima

 

 

 

TREINTRA DIAS TIENE ABRIL

 

 

 

Treinta días tiene abril,

noviembre, setiembre y junio;

febrero trae veintiocho

y los demás treintaiuno.

 

 

1

 

Los doce meses de año

marchan pues con reglamento,

conforme avanza el tiempo

no cabe duda ni engaño.

El Tiempo es un ermitaño

que camina de perfil,

y bien se puede decir

más exacto que un horario,

viendo en cualquier calendario

treinta días tiene abril.

 

2

 

Cuatro meses justamente

que sin duda ni porfía

ellos traen treinta días,

hoy lo tenemos presente.

Los demás, por consiguiente

uno variable en su turno,

y entre los otros, ninguno:

los siete están cabales;

y con abril, son iguales

noviembre, setiembre y junio.

 

3

 

Trescientos sesenta y cinco

los días que el año tiene,

y cuando el bisiesto viene

hay un mes que ya es distinto,

porque trae en su registro

un día más que en los otros.

En este caso tampoco

los otros no se desunen,

porque en los años comunes

febrero trae veintiocho.

 

4

 

El año bisiesto entrega

trescientos sesenta y seis,

el día sobrante, pues

a febrero se le agrega.

En cada cuatro años llega

este mes tan importuno.

Cuando le llega su turno

los otros nunca se mueven:

febrero trae veintinueve

y los demás treintaiuno.

 

Fuente: Repertorio de Porfirio Vásquez Aparicio.

 

 

 

 

AQUÍ ME VAS A DECIR

 

  

Aquí me vas a decir

sin formarme arrebato:

qué cuenta puede salir

desde el 1 al 24.

 

 


 

1

 

Por el Cero empezaré

porque trato de contar,

y comienzo a sumar

por el Uno, Dos y Tres.

Esta cuenta es al revés

porque quiero dividir,

y tendré que reducir

el Cuatro multiplicado.

Y dijo el Cinco alterado:

-¡Aquí me vas a decir!…

 

2

 

El 6 solo va a quedar

por no tener qué decir;

el 7 va a decidir

si el 8 va a continuar;

9 tendrá que esperar

al 10 que venga en un rato.

El 11 es un calato,

dijo el 12 en alta voz;

y del 13 libra a nos

sin formarme arrebato.

 

3

 

14 por inocente,

uno por uno llamando,

y don 15 está buscando

si el 16 está al frente.

17 como gente

pensó mejor no seguir,

18 le fue a decir

que tuviera precaución.

Sumando cien por millón

qué cuenta puede salir…

 

4

 

19 con esmero

a todos los desafía,

pero el 20 ya sabía

que él en todo es el primero.

21 como guerrero

ingresó con mucho teatro,

y el 22 que idolatro

le decía al 23:

empecemos otra vez

desde el 1 al 24.


 

 Fuente: Repertorio de Porfirio Vásquez Aparicio.

 

 

 

 

SI TÚ ERES CANTOR COMPLETO

 

 

 

Si tú eres cantor completo

yo te voy a examinar:

comencemos a cantar

ocupando el alfabeto.

 

 


 

1

 

Con la A digo Amaré

con la B escribo Balanza

con la C diré Confianza

y Chistosa con la Ch.

Delicia escribo con D

con la E escribo Experto

con la F Filiberto

y con la G General.

Hoy quiero oírte cantar

si tú eres cantor completo.

 

2

 

Hombre con H coloco

con la I escribo Invicto

con la J Jesucristo

con la K escribo Kiosko.

Con la L diré Loco

y con la Ll Llorar

con la M diré Mar

con la N Nicanor

y cantando con rigor

yo te voy a examinar.

 

3

 

Niño diré con la Ñ

y con la O Orador

con la P pongo Pintor

con la Q escribo Quiere.

Reduciendo con la R

con la S Saludar

dice la T Trinidad

dice Uruguay la U.

Si a otra contestas tú

comencemos a cantar.

 

4

 

Ver con V semilabial

Wenceslao es con v doble

con la X no hay nombre

que yo pueda pronunciar.

Con i griega al comenzar

diría: Yo, muy correcto.

Diciendo Zoila interpreto

con la Z al empezar.

Ve si puedes conversar

ocupando el alfabeto.


 

Fuente: Procede de Lima. Fuente manuscrita, firmada por su autor Carlos Vásquez Aparicio en

             1938.

 

 

 

QUE FUERZA TIENE LA LUNA

 

 

 

Qué fuerza tiene la Luna

que mueve a todos lo seres,

y también a las mujeres

las mueve de una en una…

 

 


 

1

 

Entre los astros que vemos

todos ellos son hermosos,

tan grandes y poderosos

que ni negarlo podemos;

como el Sol, que lo tenemos

como astro de fortuna;

que al salir, desde su cuna

nos da su iluminación.

Hay que ver con atención

qué fuerza tiene la Luna.

 

2

 

La Luna también alumbra

con su pálido reflejo

que divisamos de lejos

distinto a la noche oscura;

pues con ella y su hermosura

gozamos de los placeres,

nos alegra cuando quiere

sea de noche o de día

y tiene tal gallardía

que mueve a todos los seres.

 

3

 

Ella mueve sementeras,

árboles, plantas y flores;

a los grandes y menores

y también las bravas fieras.

La nube la cubre entera

cuando ella salir no quiere.

Y con el poder que tiene

mueve a los peces del mar

y hasta los llega a enfermar,

y también a las mujeres.

 

4

 

La Luna mueve a los locos,

los hace cambiar de genio;

también mueve a los enfermos,

los alivia poco a poco.

La Luna, frente a nosotros,

también cambia su figura:

despejando su tersura

mueve en menguante y creciente;

pero a las mujeres, siempre

las mueve de una en una…


 

Fuente: Procede de Lima. Fuente oral. Colección del autor, recogida en el Rímac en 1950.

 

 

 

EN MI CASA TENGO UN LORO

 

 

 

En mi casa tengo un loro

que no lo quiero matar;

no tiene la culpa el loro

sino quien le enseñó a hablar.

 

 


 

1

 

Mucho me gustan las aves,

las busco con gran empeño

porque me quitan el sueño

con su cantito tan suave.

Como todo el mundo sabe

que las quiero y las adoro,

pensando darme un tesoro

para mi mayor abrigo,

por regalo de un amigo

en mi casa tengo un loro.

 

2

 

El loro todo pelón

que no había criado pluma,

fue tan grande mi fortuna

que lo agarre en cañón.

Se alegró mi corazón

luego que lo oí golgear.

Tanto me llegó acosar

y lo digo de tal suerte

que a mi propio* me divierte

que no lo quiero matar.

 

3

 

El maestro que lo enseñó

demasiadamente ha sido,

que este animal ha aprendido

a cantar mejor que yo.

Con qué causa y qué rigor

declama con lengua de oro;

por causa de su tesoro

para mi mayor tormento,

pero yo digo al momento:

no tiene la culpa el loro.

 

4

 

Para mí era gustoso

luego que lo oí glosar,

tanto me llegó asonsar

de verlo que era dichoso.

Con nada vive gustoso

El demonio de animal

que lo quisieron robar

porque lo ven en consulta,

pero él no tiene la culpa

sino quien le enseñó a hablar.


* “A mi propio”: a mí mismo.

 

Fuente: Procede de Zaña (Chiclayo). Fuente oral. Comunicó Medardo Caján, en 1960