Hay golpes en la vida…

César Vallejo
César Vallejo
César Vallejo, el más grande poeta peruano, falleció en París el 15 de abril de 1938. Con los versos de su poema «Piedra Negra sobre una Piedra Blanca», predijo su muerte: «Me moriré en París con aguacero / un día del cual tengo ya el recuerdo. / Me moriré en París -y no me corro- / talvez un jueves, como es hoy, de otoño».
Quizás resulte extraño empezar a hablar sobre alguien mencionando primero su muerte, pero creo que ese estilo le hubiese gustado a César Vallejo, quien en su obra poética, que es única, expresa las experiencias del dolor cotidiano y la muerte. Por ello, al cumplirse 65 años de su fallecimiento, los peruanos debemos tener más presente a ese gran poeta peruano que revolucionó el lenguaje poético hispanoamericano con un estilo que se apartó de lo tradicional.
César Vallejo nació el 16 de marzo de 1892 en Santiago de Chuco, Departamento de La Libertad, Perú. Creció en un hogar pobre, pero lleno de calor humano, lejos del cual se sentía solitario. Estudió en la Universidad de Trujillo, donde frecuentaba periodistas, escritores y políticos rebeldes. Fue en Trujillo donde empezó a escribir poemas y en el año de 1917, decidió trasladarse a Lima.
En 1918 fue impreso su primer libro «Los Heraldos Negros», el cual entró en circulación recién al año siguiente. Estando de visita en su pueblo en el año de 1920, se ve envuelto en una revuelta popular que le llevó a la cárcel por tres meses. Esta experiencia tuvo una crítica y permanente influencia en su vida y obra, la cual se reflejó de modo muy directo en varios poemas de su libro «Trilce», impreso en 1922.
Un año después se traslada a París, desde donde realiza esporádicos viajes a la Unión Soviética, España y otros países europeos. Su vida en París estuvo rodeada de grandes problemas económicos y de un intenso sufrimiento físico y moral. Allí conoció a Mariátegui, con lo cual se mantuvo al corriente del marxismo peruano.
Se dedicó al periodismo y participó en política, dentro del comunismo, lo cual le costó el que fuera expulsado de Francia. En España siguió de cerca las acciones de la Guerra Civil y fue allí donde escribe: «España, aparta de mí este cáliz».
Vuelve a París residiendo en la clandestinidad y fue en ese entonces en que conoce a Georgette, con quien se casa en 1934. Ella lo acompañaría en medio de penurias económicas hasta el final de sus días.
Los golpes de la vida lo siguieron después de su muerte ya que César Vallejo fue injustamente definido por algunos críticos y comentaristas, aquellos que creen saberlo todo, como un tipo colérico, enfadado con el Perú, al cual no quería volver. Lo cierto es que Vallejo es uno de los más grandes poetas que haya dado latinoamérica, siendo su obra estudiada a nivel mundial y quienes vivimos en el extranjero podemos quizás entenderlo un poco más. César Vallejo murió enfermo y en la miseria, él quiso mucho al Perú y la nostalgia fue quizás su grande compañera, lamentablemente, él no podía regresar a su patria.
LOS HERALDOS NEGROS
Autor: César Vallejo
Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… ¡Yo no sé!
Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán talvez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre… Pobre… ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
Dario Mejia
Melbourne, Australia

La Fiesta de Amancaes

Más de uno diría: ¡de nuevo a arremolinarse a la Pampa de Amancaes…! ¡a degustar la tradicional pachamanca, los sabrosos anticuchos y picarones, y para «bajar» una chicha o vino…!

Es que Amancaes fue escenario de bailes nacionales, donde el pueblo se conjugaba para disfrutar con las contagiantes melodías de las orquestas, cuyas voces la constituían negros vaqueanos, así como conjuntos, dúos, solistas y bailarines, quienes con gran flexibilidad artística hacían delirar al público.

De la excentricidad de los bailes que constantemente se desarrollaba, sobresalía la fiesta de San Juan de Amancaes, los 24 de Junio de todos los años. Festividad que se realizó desde la creación del Día del Indio durante el Gobierno de Augusto B. Leguía y denominándose aún más por preocupación del entonces Alcalde don Juan Ríos.

Esta fiesta se celebraba desde 1631 donde se efectuaban cacerías de aves y venados. En la época de la Colonia, el Virrey Duque de la Palata fue uno de los màs asiduos concurrentes. Posteriormente, en ella participaron, delegaciones costumbristas de la costa, sierra y selva del Perú.

En la Historia General de los Peruanos de Raúl Porras Barrenechea, expresa un artìculo al respecto: «….La zamacueca, conservando siempre su índole y el genio de su música, ha sufrido diversas denominaciones, como por ejemplo: maisito, ecuador, zanguraña, chilena y últimamente marinera….»

De las fiestas de Amancaes, sólo ha quedado su Capilla derruìda y el Coliseo, que representan vestigios de una época costumbrista de bonanza con el recuerdo de su música.

Amancae y la Zamacueca
En la Pampa se instalaban numerosos vendedores de comida y licor; en la barracas que existían, arpistas y guitarristas armaban jarana pero no tocaban ni polcas ni mazurcas, «sino zamacuecas». Las familias «de la alta clase» no concurrían en esa ocasión a pasear a Amancaes; sólo participaban artesanos, obreros y trabajadores en general, quienes regresaban a pie, a caballo y en todo tipo de carruajes, «bajo la acción del aguardiente y de la chicha, bulliciosos y alegres».
Así transucrrió por muchos años como una fiesta tradicional- popular.
Venía de la época de la colonia. En sus inicios tuvo carácter eminentemente religioso. Acudían a rezar en la capilla edificada bajo la advocación de San Juan (por haberse puesto la primera piedra el 24 de junio) autoridades de la iglesia, del mundo político y de la administración del Estado para rendir homenaje al santo patrón de muchas ciudades de España donde era venerado.
 
Poco a poco se fue convirtiendo en una fiesta pagana, o , si queremos ser menos duros, se transformó en una festividad de carácter popular a la que concurrían «hombres y mujeres con merienda e instrumentos de música, danzas y otros entretenimientos», según dijera Juan Antonio Suardo en su Diario, escrito entre1626 y 1639. Joseph de Mugaburu señala que el duque de la Palata, Melchor de Navarra y Rocaful, frecuentaba la Alameda, pero a veces distanciaba sus paseos un poco más allá en compañía de su esposa, hacia el lugar conocido después como Pampa de Amancaes; los virreyes posteriores a él lo imitaron. En ese paraje habían perdices y venados, que incitaban a la caza a los visitantes.
Pero, ¿qué es un amancae o amancay? «Es una especie de narciso amarillo» (Juan de Arona). «Es una hierba anual, que crece en el suelo arcilloso o pedregoso, y principalmente en las lomas costeñas cuya altura varía de 200 a 1,000 metros. De junio a agosto se decora con numerosos bulbos amarillos, de olor aromático»(Tauro).
 
Del Mariscal Castilla al «oncenio» de Leguìa

El Mariscal Ramón Castilla solía visitar la pampa y ordenar a la caballería «un aparatoso simulacro de combate», que era el espectáculo esperado por los concurrentes. Uno de sus invitados a ese lugar fue, en 1851 el notable argentino Bartolomé Mitre.

Durante el oncenio de Leguía (1919 – 1930) esta celebración empezó a ser diferente. Organizada por el alcalde del Rímac señor Juan Ríos desde 1927, hubo concursos de caballos de paso con premios a los propietarios de los mejores potrillos o potrancas inscritos y, naturalmente, a los chalanes mejor presentados.

Se establecieron certámenes de baile y música tanto de la Costa como de la Sierra; intervenían también las bandas militares. Con razón Augusto Paz -criollo limeño del grupo de «Karamanduca»- formuló esta crítica: «Ya la celebración de San Juan de Amancaes ha perdido por completo su sabor y su estilo. Ahora todo tiene carácter muy serio, pues se realiza a base de un programa oficial».  Concurrían el Presidente de la Repúbica, los miembros de su gabinete, el cuerpo diplomático y los funcionarios de la administración pública; todos ellos con sus respectivas familias y de esa manera, lo que antes había sido una reunión eminentemente popular, se convirtió en cierta forma en una especie de cita de carácter social y político.

Pero…. volvamos a la fiesta. En 1928 se presentaron los hermanos Condemarín de Piura: tocaron y cantaron marineras, tonderos y resbalosas, acompañados por guitarras y cajón. También actuó la rondalla típica de ese departamento, que era dirigida por Juan Requena. Y el conjunto limeño «Sáenz», que interpretó igualmente bailes costeños.

El 24 de Mayo de 1930, el presidente Leguía, mediante decreto supremo, creó el «Día del Indio». El artìculo 1ro del citado dispositivo, dice «Declárase Día del Indio el 24 de Junio de cada año, fecha en que se celebra los concursos de Música y Bailes Nacionales de Amancaes».

La caída de su gobierno, a causa del golpe militar del comandante Sánchez Cerro, significó la lenta desaparición de la fiesta de Amancaes, aunque hubiese intentos (fallidos) por que se proyectase en el tiempo. Entre 1938 y 1939 se trabajó bastante para que todo continuase como algo natural, que tenía raíces antañeras. Conjuntos criollos (trío «Miraflorino», cuarteto «Pedro Icochea») interpretaron música de Pinglo y de otros grandes de la música criolla; parejas conformadas por Francisco Monserrate e Isabel Fontané, Gerardo Jiménez e Irene Risco, participaron en concursos de marinera; el Regimiento de Infanterìa No. 7, mediante su banda de músicos, puso también las notas de alegría. Pero ya todo era como ir contra el tiempo. Definitivamente, Amancaes pertenecía al pasado.

* Rïmac: Abajo el Puente: Juan Charry Aysanoa, LIam 1989

* Canción criolla: Memoria de lo nuestro, Lima 1999

ENVIADO POR: José Olivera y Cecilia Núñez

Homenaje a Victoria Santa Cruz

Victoria Santa Cruz
Victoria Santa Cruz

Este homenaje es un regalo, especialmente. Para todos los criollos que cumplen años en
Este mes de Octubre:

Jorge Luis Castellanos – Percy López –Teresa Fuller – Reinaldo Barrenechea _ Héctor Vinces – José (Pepe) Olivera – Darío Mejía – Marco Porras – Patricia Luna – Augusto Ascuez – Aurelio Collantes – y el Tercer aniversario de la Lista de Música Criolla – Victoria Santa Cruz y por último:
El 31 de Oct. Día de la Canción Criolla -Perú.

CON RAZON SE CELEBRA EN OCTUBRE, EL MES DE LA CANCION CRIOLLA PERUANA…

CLARO, CON TANTOS BUENOS CRIOLLOS NACIDOS EN ESTE MES. ¿QUE OTRA COSA SE PODRÍA ESPERAR?

 Nuestra querida amiga, Cecilia Núñez, de la Lista de Música Criolla, al enviarnos la lista de cumpleañeros de este mes de Octubre, incluyó también a las prestigiosas estrellas: Augusto Ascuez, Aurelio Collantes y a la Gran VICTORIA SANTA CRUZ, a los cuales les enviamos también nuestros saludos de Cumpleaños…..Y es que siendo precisamente, Victoria Santa Cruz, una de las pioneras de nuestra música y una de las responsables de que en Octubre se celebre el DIA DE LA CANCION CRIOLLA PERUANA, es que le dedico este humilde homenaje, en agradecimiento a todo lo que ella musicalmente hace por el Perú y además como obsequio a todos aquellos que cumplen años en Octubre, Mes del Señor Morado de los Milagros y mes de toda nuestra Música Criolla Peruana.

VICTORIA SANTA CRUZ Y RONALDO DEL PERU
“Baila conmigo si te atreves, baila conmigo si te atreves, pa’ bailar conmigo, riñones hay que tener”

Victoria Santa Cruz, hermana del celebre Nicomedes Santa Cruz, nació en Lima, Perú, 27 de octubre de 1922. Es además de cantante, Directora, compositora, investigadora y Folklorista. Su labor investigativa la llevó a la creación y rescató temas ya casi olvidados. Fundo y dirigió sus propios grupos artísticos. Dirigió, desde el año 1967 hasta el 1972 La Escuela Nacional del Folklore y en 1973, le fue encomendada la conformación del Conjunto Nacional de Folklore, lo dirigió hasta 1982, desde Enero del 2000, Victoria Santa Cruz, reside nuevamente en Lima, Perú. Es muy recordada por su labor al frente del «Conjunto Nacional de Folklore». Cuando en 1959 Victoria funda con su hermano Nicomedes el conjunto CUMANANA se inicia el resurgimiento del folklore negro del Perú.

Victoria, cantó y grabo muchas docenas de canciones, pero sobresalieron:”VEN A MI ENCUENTRO” (zamacueca), “PROMESAS (vals), “ILUSIONES VANAS” (Vals), y “MONONGA LA TAMALERA” entre otras.

Espero, que este humilde homeje a Doña VICTORIA SANTA CRUZ sea de su gusto, ella se merece mucho más. Y es mi deseo que celebremos nuestros cumpleaños en paz y armonía.

Dios los bendiga a todos.

Atte. Gerardo Rehuel Sánchez. Miami, Florida. USA.

Toda l
Toda
Escribe: Gerardo Rehuel Sánchez.
Para: La Lista de Música Criolla.

De vuelta al barrio

La vida a veces nos aleja de los nuestros y de nuestra patria, pero todos, ya sea de una ú otra manera, volvemos a ellos aunque sea en pensamiento. Julio, mes de la patria nos hace recordar más al Perú, nos hace volver a nuestras raíces, a nuestro barrio donde transcurrió nuestra infancia alegre e inocente, a nuestras costumbres y tradiciones, y sobre todo, a nuestra música criolla que nos hace cantarle a nuestra tierra en su mes de aniversario.

«Vamos a la fiesta del Carmen, negrita, / vamos que se acaba ya la procesión, / vamos a bañarnos en agua bendita / a ver si podemos lograr el perdón. / Estoy en pecado por tu cinturita / y por tus ojazos que son mi obsesión. / Vamos que me tienta tu fresca boquita, / vamos que se acaba ya la procesión»… Versos del vals «Se va la Paloma» de César Miró y Filomeno Ormeño.

Los Barrios Altos de Lima, barrio antiguo, pilar del criollismo y uno de los más tradicionales de Lima está de fiesta este mes ya que el 16 de julio se celebra la «Procesión de la Virgen del Carmen», Patrona de los Barrios Altos y Patrona del Criollismo. La jarana empieza desde la víspera al ritmo de guitarra, cajón y voces melodiosas que dan vida, calor y salero a la serenata criolla.

Barrio criollo y jaranero que vio nacer a grandes figuras del criollismo como el maestro Felipe Pinglo, quien merece un espacio más amplio para hablar sobre él… Luis Dean, autor del vals «Gloria»… Augusto Rojas LLerena, autor del vals «Rencor», «Mi retrato», «Presentimiento», «Dulce amada mía», «Milagro», «Rosa de América», «Navidad del niño»… Aurelio Collantes, autor de «Abajo el Puente» y a la vez gran estudioso de la canción criolla sobre la cual escribió varias obras… Laureano Martinez Smart, autor de «El Provinciano» (las locas ilusiones me sacaron de mi pueblo…), «Amargura» (quisiera que volvieran los días de la infancia / para vivir alegre y sin preocupaciones…), «Compañera mía»… Alberto Condemarín Vásquez, autor de «Hermelinda» (Escucha amada mía / la voz de mis cantares / que brotan de mi lira / cual desolado son…) … Oscar Molina Peña, autor (discutido) de «Idolatría»… Nicanor Casas, autor de los valses «Esther», «Noche Encantadora» y otros… Pablo Casas Padilla, autor de los valses «Desengaño», «Optimismo», «Juanita», «Humillado», «Tiempos pasados», «Digna», «Olga», «Mal proceder», «Dos contra el mundo», «Teresita», «Anita» (Quisiera confesarte mi cariño, / quisiera que comprendas mi dolor; / no sé como podré explicar / mi afecto, mi pasión, mi amor, / mas temo el llegar a fracasar…) y otros más.

Muchas cosas han cambiado en los Barrios Altos, sin embargo, aún conserva tradiciones, costumbres y valores que es tarea de nuestras autoridades locales el rescatarlas y brindarle de nuevo la seguridad que antes tenía. En los Barrios Altos se encuentra el local del Congreso de la República, la Casa de la Moneda, el Ministerio Público, la Maternidad de Lima, la Facultad de Medicina de la Universidad de San Marcos, la Escuela Superior de Bellas Artes, el Hospital Dos de Mayo, el Hospital San Bartolomé, el Barrio Chino, el Mercado Central y el Jardín Botánico. Al tener el gobierno central las tres primeras entidades mencionadas anteriormente, localizadas dentro del perímetro de los Barrios Altos, debería preocuparse por la recuperación de aquella zona.

El gobierno local también está comprometido con la recuperación de los Barrios Altos. Gran parte de esa zona, de ubicación privilegiada, es considerada dentro de lo que representa el Patrimonio Cultural de la Humanidad. Existen construcciones y monumentos de gran valor arquitectónico e histórico como la Quinta Heeren, la Iglesia y Convento de Santa Clara, la Casa de las Trece Monedas, la Plazuela de la Buena Muerte con la Iglesia y Convento del mismo nombre, la Iglesia de las Trinitarias, la Iglesia de Santo Cristo, la Casa de Felipe Pinglo, la Iglesia del Prado, el Teatro de La Perricholi, la Iglesia y Convento del Carmen, el Callejón del Buque, la renovada Plaza Italia, la Iglesia de Santa Ana, la Iglesia y Monasterio de las Concepcionistas Delcalzas y el Museo de la Inquisición.

Las guitarras lloran, los cajones retumban y los valses se siguen entonando porque la jarana continúa en los Barrios Altos ya que el 18 de julio se conmemora un aniversario más del nacimiento del maestro Felipe Pinglo Alva. Pinglo nació el 18 de julio de 1899 en la calle «El Prado» de los Barrios Altos.

La música criolla, sobre todo el vals peruano, tiene un antes y un después. Ese límite o diferencia lo impuso un modesto pero gran autor y compositor que nos dejó su obra para que sea interpretada, seguida e imitada por otras grandes figuras que ha tenido nuestro criollismo. Felipe Pinglo Alva fue quien impulsaría ese gran cambio a nuestro vals, lamentablemente, murió joven sin haber conocido en vida los frutos de la fama y de lo que sembraría en nuestro pueblo y cultura que lo llegó a convertir, después de muerto, en una especie de ídolo para quienes aman y siguen la música criolla.

«Las flores que he cogido del jardín / las he hecho un bouquet para mi amor / lleva jazmín del cabo y tulipán / lleva claveles rojos de ilusión. / Pensamientos limitan su confín / y algunas azucenas coloqué / pero también lleva mi corazón / a una mujer.»… Un canto al amor del Maestro Pinglo con su composición «Bouquet».

Pinglo era un verdadero poeta para cantarle al amor, un romántico, un soñador, un sentimental; detalles que ayudan a inspirarse más a quienes los tienen… «Quien quiera con el alma, el corazón no mande / quien busque amores buenos, que deje de soñar, / el corazón y el alma son dos fuerzas humanas / que emprenden una senda, para no regresar.»… Con «El Huerto de mi Amada» hizo soñar, amar, cantar y llorar a muchos.

Pinglo indirectamente nos hacía reflexionar y despertar ante la realidad de la vida, el darnos cuenta que los años no pasan en vano y que toda la vida no seremos los mismos o mejor dicho luciremos bien… «Con los años huyeron mis privilegios / uno a uno mis idilios vi fugar, / y hoy tan sólo de este apogeo me queda / bucles, retratos, pañuelos, / cartas de amor y nada más. / El espejo en que me vi hoy es mi amigo / porque mudo me ha mostrado la verdad, / hoy comprendo el secreto de mi olvido / y conozco el por qué de mi orfandad.»… A través de «El Espejo de mi Vida» nos mandó su mensaje para que cambiemos a tiempo y sembremos valores que perduren a través del tiempo y de la muerte.

Como casi toda la mayoría de los hombres, Pinglo era aficionado al fútbol también e hincha del Alianza Lima, sobre todo de Alejandro Villanueva, así que le compuso una polca a él y una marinera al equipo de sus amores… «Viva el Alianza, señores / el once de la emoción / que cuando a jugar concurren / el match es una ovación»… No pongo más versos de ¡Viva el Alianza! ya que yo soy hincha de la «U» :)))

Recordando a su barrio querido, Felipe Pinglo escribió el vals «De Vuelta al Barrio», canción con la cual él le cantó a sus Barrios Altos… «Barrio de mi ilusión / de ti yo me alejé, / pensando que al rodar / no fuera el mundo cruel. / Tus glorias de otros tiempos / procuré al retornar / y el pendón de tu nombre / orgulloso pasié. / Hoy de nuevo al llegar / cansado de la lid, / a los nuevos bohemios / entrego el pendón / para que lo conserven / y siempre hagan flamear, / celosos de su barrio / y de su tradición».

Felipe Pinglo era el compositor de los pobres. En una sociedad que discriminaba al pobre y donde era notoria la diferencia entre ricos y pobres, Pinglo se rebeló contra aquello. Por ello durante el gobierno de Oscar R. Benavides, las radioemisoras tenían la orden de no emitir sus canciones. Resulta inexplicable en estos tiempos el saber que la canción inmortal de Pinglo fue prohibida por una sociedad y gobierno discriminatorio y prejuicioso… «Después de laborar, vuelve a su humilde hogar, / Luis Enrique, el plebeyo, el hijo del pueblo, / el hombre que supo amar, y que sufriendo está / esa infamante ley de amar a una aristócrata / siendo plebeyo él. / Trémulo de emoción, dice así en su canción: / El amor siendo humano, tiene algo de divino. / Amar no es un delito, porque hasta Dios amó. / Y si el cariño es puro y el deseo es sincero, / ¿por qué quitarme quieren la fe del corazón? / Mi sangre, aunque plebeya, también tiñe de rojo / el alma en que se anida mi incomparable amor. / Ella de noble cuna y yo, humilde plebeyo, / no es distinta la sangre, ni es otro el corazón. / Señor, ¿por qué los seres no son de igual valor?»… Con «El Plebeyo», Pinglo trató de romper las tradiciones y mitos aristocráticos del Perú de antaño.

Pinglo tiene muchísimas composiciones, algunas de ellas desconocidas. Su obra musical es grandiosa y ha sido, y seguirá siendo, fuente de inspiración para muchos intérpretes, compositores y todo aquel que guste de la música criolla.

Déjame que te cuente, Chabuca, grandiosa / déjame que te venere, como si fueras diosa / déjame que muestre al mundo entero / que en cada corazón peruano, tu recuerdo es duradero.

La música criolla no para de sonar en este mes ya que el 21 de julio se conmemora un aniversario más del estreno de la canción peruana más famosa a nivel mundial, el vals «La Flor de la Canela». Isabel «Chabuca» Granda cantó «La Flor de la Canela» por primera vez a Victoria Angulo en su cumpleaños, el 21 de julio de 1950.

“La Flor de la Canela” es considerada por los peruanos como su segundo himno nacional. A la mayor parte de los peruanos que viven en el extranjero se le ha escapado una lágrima o han sentido el corazón latir con mayor rápidez al escucharla o entonarla… «Jazmines en el pelo y rosas en la cara / airosa caminaba la flor de la canela / derramaba lisura y a su paso dejaba / aromas de mixtura que en el pecho llevaba. / Del puente a la alameda menudo pie la lleva / por la vereda que se estremece, al ritmo de su cadera / recogía la risa de la brisa del río / y al viento la lanzaba, del puente a la alameda».

Chabuca Granda y «La Flor de la Canela» no sólo se convirtieron en leyenda de la música criolla peruana, sino que también forman parte de la historia del Perú.

Los recuerdos del barrio, de nuestras costumbres y tradiciones en este mes de julio, son imborrables… y en medio de «acrobacias» y gritos de «Te llama la llama» llegamos al 28 de julio, fecha en que celebramos el «Día de la Independencia del Perú». Ese día sentimos más el ser peruanos, se aviva el amor por la tierra que nos vio nacer, y no importa donde esté que de todas maneras me pongo a entonar versos de canciones criollas patrióticas… «Porque Dios a la gloria le cambió de nombre y le puso Perú»… es por ello que «Sobre mi pecho están tus colores y están mis amores contigo Perú»… y no dejo de gritar que «Tengo el orgullo de ser peruano y soy feliz, de haber nacido en esa hermosa tierra del sol»… Tengo el orgullo de que mi patria se llame Perú… puesto que yo… «Yo también me llamo Perú».

Dario Mejia
Melbourne, Australia

Daniel Alomía Robles

Daniel Alomía Robles
Daniel Alomía Robles

Siendo niño integró el coro de la catedral de su ciudad natal. Al cumplir 13 años, su madre, doña Micaela Robles, dama huanuqueña de ancestros andinos, lo envía a Lima para alentar su talento artístico en el campo de pintura y las artes manuales. En 1887, en plena adolescencia, conoció al maestro Manuel de la Cruz Panizo, negro liberto, compositor de música religiosa en varias iglesias y monasterios de Lima, quien lo instruyó en el solfeo y en el canto coral. Poco tiempo después, Panizo puso en contactoal joven Alomía con el maestro Claudio Rebagliati, compositor italiano radicado en el Perú, para los estudios de piano, armonía y composición.

Viajero infatigable desde los 15 años, recorrió el Perú internándose por los más abruptos lugares de su serranía, recogiendo los cantares y música que se transmitían de generación en generación, captando melodías tradicionales y leyendas de las épocas incaica y colonial, coleccionando instrumentos musicales y cerámicas de las antiguas culturas peruanas.

Su amistad con el Padre franciscano español Gabriel Sala en el Monasterio de los Padres Descalzos de San Luis de Shuaro fue determinante para sus orientaciones musicológicas, en la misma medida en que lo fue su amistad con Felipe Pedrell en la Argentina.

En febrero de 1897 contrajo matrimonio con la dama pianista cubana Sebastiana Godoy, hija de banqueros y hermana del poeta simbolista Armando Godoy radicado en París. De esta unión nacieron diez hijos. En 1910 el padre Alberto Villalba Muñoz lo presenta en la Universidad de San Marcos como descubridor, al lado de Castro y Alviña, de la gama pentafónica de los Incas.

A los dos años de la muerte de su esposa acaecida en Nueva York, en 1922, casó Alomía Robles con doña Carmela Godoy, hermana de la difunta, en la que tuvo dos descendientes. Sus numerosos viajes lo llevaron a trasponer las fronteras de su patria en varias oportunidades, visitando Bolivia, Argentina, Ecuador, Panamá y Estados Unidos, en donde radicó en la ciudad de New York durante 14 años, desde 1919 hasta 1933.

Diversas instituciones y personalidades del mundo artístico norteamericano manifestaron profundo interés por su obra: Mr. Peter H. Goldsmith, director de la división interamericana de la «American Association for International Conciliation»; el maestro Edwin Franko Goldman, director del a famosa banda del mismo nombre; las fundaciones Carnegie y Guggenheim; las Universidades Columbia y Yale; la Unión Panamericana en Washington y el presidente Harding de los EE. UU. Este último propuso su ópera Illa Cori para ser estrenada en las grandes ceremonias de apertura del Canal de Panamá, en 1914. Lamentablemente, el conflicto bélico frustró el proyecto.

Las casas: RCA Víctor y Brunswich grabaron en 24 discos sus principales obras, de las cuales, la plegaria de la zarzuela El Cóndor Pasa es la que alcanzó mayor difusión y fama.

El 16 de junio de 1933 arribó al Callao, Perú, regresando a la patria tras prolongada residencia en Nueva York. Afincado en Lima, recibe homenajes, un nombramiento para un cargo público y numerosos estrenos con la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la batuta de su entonces titular, maestro Theo Buchwald.

Atacado de septicemia fallece en Chosica – Lima, a los 71 años de edad dejando inconclusas varias composiciones y el proyecto de un departamento de investigación con el compositor puneño Theodoro Valcárcel, artista también de estirpe y vocación andinas.

Daniel Alomía Robles fue un infatigable compositor de honda raigambre andina. Sus conceptos musicales difieren radicalmente del academicismo imperante en la época. Fue, sin lugar a dudas, el primer compositor peruano y, tal vez, latinoamericano, que basó su trabajo de constructor musical en la investigación y estudio constante de los materiales sonoros nativos, específicamente andinos, es decir aquellos que definen como afirmara González Prada, «…el verdadero Perú… la nación formada por la muchedumbre de indios diseminados en la Cordillera».

Su trabajo creativo encontró en los géneros populares, en la canción y en las breves piezas pianísticas efectivos canales de expresión mezclados en sencillas y espontáneas estructuras formales. Obviamente, en trabajos más elaborados, obras de cámara, sinfónicas y dramáticas, no pretendió alcanzar las complejidades del convencional desarrollo o variación académicas, propias de las concepciones europeas, pero sí dejó hermosos testimonios de una auténtica búsqueda de expresión musical peruana.

Si, aparentemente, los méritos del recopilador opacaron su genuino talento creador, es necesario establecer que su labor de musicólogo únicamente constituye sólido complemento y fuente de inspiración para la del compositor. Alomía Robles no sólo ha legado una estupenda colección de melodías nativas sino ha logrado, como compositor, y ello es trascendente, una propuesta sencilla, pura y espontánea en el manejo de los materiales sonoros andinos, propuesta visionariamente ligada al quehacer del compositor peruano del mundo contemporáneo. (Fuente: Conservatorio. Revista Musical Peruana N° 3. 1991-1992. pp.21-23)

Daniel Alomía Robles escribe 88 canciones, muchas de ellas sin hacer uso de melodías populares, la mayoría de un exaltado romanticismo como son Volverán las oscuras golondrinas, Sobre la playa o Fue una ola de mar. En Nueva York realiza su obra más seriamente elaborada: el sexteto El Indio para flauta, oboe, clarinete, corno, fagot y piano. Tiene cuatro partes donde se alternan movimientos lentos y expresivos con danzas entusiastas y originales como la ‘Cashua’ del final, que posee una instrumentación muy colorida y original».

El cóndor pasa

La obra más célebre de Daniel Alomía Robles es la zarzuela El cóndor pasa, escrita en 1913, con texto de Julio Baudouin y Paz. Este argumento resultó ser revolucionario por su carácter político contra el imperialismo yanqui.

El libretista de El cóndor pasa seguramente había leído a Gonzales Prada, que afirmó: ‘No forman el verdadero Perú las agrupaciones de criollos y extranjeros que habitan la faja de tierra situada entre el Pacífico y los Andes: la nación está formada por las muchedumbres de indios diseminados en la banda oriental de la Cordillera’…’No veamos, pues, en la cuestión indígena una crisis provincial y pasajera sino un problema nacional y permanente’…’La palabra que se dirija hoy a nuestro pueblo debe despertar a todos, poner en pie a todos, agitar a todos como una campana de incendio en avanzadas horas de la noche’…

El argumento de Baudouin y Paz transcurre en una region minera de la sierra peruana. Allí se enfrentan los explotadores y los explotados. Mister King es odiado por los trabajadores y muere aplastado por una inmensa piedra que le arroja Higinio. Pero inmediatamente surge Mr. Cup y la lucha empieza nuevamente, siendo el cóndor que vuela en el cielo símbolo de la libertad.

Este planteamiento desarrollado en la zarzuela era de una novedad absoluta en el teatro, si bien había sido ya tratado en las novelas románticas de Aréstegui, Mercedes Cabello de Carbonera y Clorinda Matto de Turner, pero en 1913 y bajo la presidencia de Guillermo Enrique Billinhurst, fue de un impacto fulminante.

En el teatro Mazzi se dio tres mil veces a lo largo de cinco años. De los ocho fragmentos musicales, el que más éxito tuvo es la cashua, que se sigue tocando hasta el presente en muchos países del mundo, siendo un éxito cantado en idiomas muy diversos.

Para entender hasta qué punto utilizaba Robles el folklore peruano, debemos decir que el principio de la melodía de esta cashua es un canto de amor de Jauja, cuyo texto en quechua dice: Huk urpichatam uywakarkani y fue publicada en el célebre libro La música de los incas, de los esposos D’Harcourt en el ejemplo musical N. 47, p.303, editado en París en 1925, doce años después del estreno de la zarzuela en Lima.

Los tres primeros compases de la canción jaujina son idénticos, pero luego la melodía cambia totalmente. Por ello, no se puede decir que no haya auténtica creación, como variación de un tema popular, por parte de Alomía Robles.

Fuente: PINILLA, Enrique. La Música en la Republica. Siglo XX. En «La Música en el Perú». Patronato Popular y Porvenir Pro-Música Clásica, Lima 1985. pp.139-140

Obras: Colección de Melodías Populares, recientementre publicada por su hijo; la ópera Illa Cori (o La Conquista de Quito por Huayna Capac); la zarzuela El Cóndor Pasa; la zarzuela Alcedo, de la que sólo queda la «Sereneta»; la opereta La Perricholi, de la cual se han encontrado fragmentos; 88 canciones para voz y piano; una Misa de Gloria (1909); y los poemas sinfónicos «El Indio», «El Amanecer andino», y «El surgimiento de los Andes»; y algunas piezas para piano.

otros datos:

Nació en Huánuco en 1871, y murió en Lima, en 1942. A los trece años fue a Lima y estudió con el maestro y compositor Manuel de la Cruz Panizo, cantor de iglesia limeño, que lo inició en el solfeo.

Siendo niño integró el coro de la catedral de su ciudad natal.
Al cumplir 13 años, su madre, doña Micaela Robles, dama huanuqueña de ancestros andinos, lo envía a Lima para alentar su talento artístico en el campo de pintura y las artes manuales.

En 1887, en plena adolescencia, conoció al maestro Manuel de la Cruz Panizo, negro liberto, compositor de música religiosa en varias iglesias y monasterios de Lima, quien lo instruyó en el solfeo y en el canto coral.

Poco tiempo después, Panizo contactó al joven Alomía con el maestro Claudio Rebagliati, compositor italiano radicado en el Perú, para los estudios de piano, armonía y composición.

Viajero infatigable desde los 15 años, recorrió el Perú internándose por los más abruptos lugares de su serranía, recogiendo los cantarees y música que se transmitían de generación en generación, captando melodías tradicionales y leyendas de las épocas incaica y colonial, coleccionando instrumentos musicales y ceramios de las antiguas culturas peruanas.

Su amistad con el Padre franciscano español Gabriel Sala en el Monasterio de los Padres Descalzos de San Luis de Shuaro fue determinante para sus orientaciones musicológicas, en la misma medida en que lo fue su amistad con Felipe Pedrell en la Argentina.

En febrero de 1897 contrajo matrimonio con la dama pianista cubana Sebastiana Godoy, hija de banqueros y hermana del poeta simbolista Armando Godoy radicado en París. De esta unión nacieron diez hijos. A los dos años de su muerte acaecida en New York, en 1922, casó Alomía Robles con doña Carmela Godoy, hermana de la difunta, en la que tuvo dos descendientes.

Sus numerosos viajes lo llevaron a trasponer las fronteras de su patria en varias oportunidades, visitando Bolivia, Argentina, Ecuador, Panamá y Estados Unidos, en donde radicó en la ciudad de New York por 14 años, desde 1919 hasta 1933.

Diversas instituciones y personalidades del mundo artístico norteamericano manifestaron profundo interés por su obra: Mr. Peter H. Goldsmith, director de la división interamericana de la «American Association for International Conciliation»; el maestro Edwin Franko Goldman, director del a famosa banda del mismo nombre; las fundaciones Carnegie y Guggenheim; las Universidades Columbia y Yale; la Unión Panamericana en Washington y el presidente Harding de los EE. UU. Este último propuso su ópera ‘Illa Cori’ para ser estrenada en las grandes ceremonias de apertura del Canal de Panamá, en 1914. Lamentablemente, el conflicto bélico frustró el proyecto.

Las casas: RCA Víctor y Brunswich grabaron en 24 discos sus principales obras, de las cuales, la plegaria de la zarzuela «El Cóndor Pasa» es la que alcanzó mayor difusión y fama.

El 16 de junio de 1933 arribó al Callao, regresando a la patria tras prolongada residencia en New York. Afincado en Lima, recibe homenajes, un nombramiento para un cargo público y numerosos estrenos con la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la batuta de su entonces titular, maestro Theo Buchwald.

Atacado de septicemia fallece en Chosica – Lima, a los 71 años de edad dejando inconclusas varias composiciones y el proyecto de un departamento de investigación con el compositor puneño Theodoro Valcárcel, artista también de estirpe y vocación andinas.

Daniel Alomía Robles fue un infatigable compositor de honda raigambre andina. Sus conceptos musicales difieren radicalmente del academismo imperante en la época. Fue, sin lugar a dudas, el primer compositor peruano y, tal vez, latinoamericano, que basó su trabajo de constructor musical en la investigación y estudio constante de los materiales sonoros nativos, específicamente andinos, es decir aquellos que definen como afirmara González Prada, «…el verdadero Perú… la nación formada por la muchedumbre de indios diseminados en la Cordillera».

Su trabajo creativo encontró en los géneros populares, en la canción y en las breves piezas pianísticas efectivos canales de expresión mezclados en sencillas y espontáneas estructuras formales.

Obviamente, en trabajos más elaborados, obras de cámara, sinfónicas y dramáticas, no pretendió alcanzar las complejidades del convencional desarrollo o variación académicas, propias de las concepciones europeas, pero sí dejó hermosos testimonios de una auténtica búsqueda de expresión musical peruana.

Si, aparentemente, los méritos del recopilador opacaron su genuino talento creador, es necesario establecer que su labor de musicólogo únicamente constituye sólido complemento y fuente de inspiración para la del compositor.

Alomía Robles no sólo ha legado una estupenda colección de melodías nativas sino ha logrado, como compositor, y ello es trascendente, una propuesta sencilla, pura y espontánea en el manejo de los materiales sonoros andinos, propuesta visionariamente ligada al quehacer del compositor peruano del mundo contemporáneo.

Inicios del Vals Criollo del Perú

 Vals Criollo del Perú
Vals Criollo del Perú

Para hablar del nacimiento del vals criollo, tenemos que remontarnos a sus origenes  que provienen  del waltz Vienes.  Se estaba viviendo los momentos finales de la colonia, segun los estudiosos del folklore costeño, son  los Austriacos Johan Strauss (padre) y Jhoan A. Strauss (hijo) creadores del Waltz Vienes.

En 1865 Estrauss (hijo) compone el mas famaso waltz que se escucha hasta nuestros dias, por nombre “El Danubio Azul”.  Este gran musico nace en Viena, Austria, el 25 de Octubre de 1825, llegaron a llamarlo “El Rey del Waltz”.  Otras composiciones que le pertenecen a  este talentoso musico son “Voces de Primavera”, “Sangre Vienera”, “Vida de Artista”, “Rosas del Sur”, “Cuentos de los Bosques de Viena”, “Vino, Mujer y Musica”, “Las Mil y Una Noches” entre otras.  Strauss dejo de existir el 3 de Junio de 1899.

Dentro de la musica que llega a nuestras tierras desde el Viejo Continente, se encuentran el Waltz y La Polka, ritmos que sucumbieron ante la fuerte influencia de los criollos peruanos. Ya en la agonia del colonialismo, los valses vianeces eran interpretados para la alta alcurnia de la capital, por las orquestas del Hotel Maury y el Palais Concert.

Allí los sivientes negros, indios y mestizos, escuchaban aquella musica y la aprendian fracmentariamente.  Este aprendizaje entreverado, descontinuo y disperso, seria sin embargo decisivo en la definición ritmica y musical del vals criollo.

Asi, con este conocimiento imperfecto, surgieron los primeros valses por compositores populares, quienes los escribieron con frecuentes variaciones de tonalidades. Para la primera mitad del siglo antepasado nacieron los primeros valses criollos de que se tiene memoria. “El Silencio” escrito por un musico de iglesia de apellido Salazar, esto sucede entre los años 1872 al 1875, “Recuerdos de Lima”, escrito en homenaje a un diplomatico en solo piano por el maestro Walter Pease, tambien aparece “Angel Hermozo”, con letra de Abelardo Gamarra y musica de su prima Zoila, “Al Pie del Misti” con musica del doctor Eduardo Recabarren Garcia Calderon, “Hortencia”, “Crisantemo” y “La Hamaca” creaciones del musico Filipino Jose Sabas Libornio, quien fuera director de la banda de Guerra del Perú, fue tambien el, el autor de “Marcha de Banderas”  que se interpreta hasta nuestros dias, en las festividades escolares.

A comienzos del  siglo XX “El vals vienes se encontraba en pleno proceso de cambio, en busca de su identidad criolla”- segun Abelardo Gamarra.

Entre los valses modernos (1906) “Monte Cristo”, “ Valse Azul”, “Recuerdos de Abril”, “Enamorados”, “Perfume de Invierno”, “Estrella de Amor” y “ Sobre las Olas”.  El mismo Gamarra escribio bellas obras por esa epoca como “La Oruga”, Canto a Luis Pardo”, “Radiante Espirutual”, los cuales fueron musicalizados por Justo Arredondo.

Don Pancho Ferreyros ya cantaba a todo pecho, los valses de aquel periodo decisivo en la historia de nuestro canciopnero popular, temas como “Adriana”, “Tus Ojitos”, “Celaje”, “China Hereje” y “El Parisien”.

En 1911, la pareja de cantantes del barrio jaranero del Rimac, Eduardo Montes y Cesar Manrique, viajan a la ciudad de New York donde para orgullo del criollismo y de todos los peruanos, llegan a discograficamente producir, 91discos con 182 temas criollos.  Montes y Manrique, fueron los primeros en grabar en el extranjero, esta producción musical discografica, atribuida a la denominada “Guardia Vieja”, con variados e innumerables autores, en su  mayoria anonimos.

Y el 3 de Diciembre de 1912, Alejandro Ayarza, conocido entre los criollos  como “KARAMANDUKA” presenta en escena, en el teatro “Victoria” situado en la calle Orijuelas, (6ta. Cuadra del Jirón Ica) su Obra Musica Peruana, donde da a conocer su immortal vals,

“La Palizada”.

Don Julio Arredondo ligara su nombre a este proceso de afirmación criolla del pais, con sus valiosas contribuciones.  Otros autores de singular significado por aquellos tiempos fueron Alejandro Saenz, “La Cabaña”, Nicanor Casas, “El Capuli”, Pedro Arzola, “Alejandrina”, Braulio Sancho Davila, “La Comarca”, Pedro Bocanegra, “La Alondra”, Miguel Almenerio, “Rebeca”, Carlos Saco, “A la Huaca China”, Juan Francisco Ezeta, “Ecos del Alma”, Pedro Fernandez “Al Fin Solos”, Guillermo Suarez Mandujano,”Bella Mujer”.

La musica criolla alcanzaria su perfecta definición, a partir del año 1917, cuando un joven de escasa figura, procedente del barrio, (cuna del criollismo) los Barrios Altos, por nombre Felipe Pinglo Alva, da a conocer en los senaculos del criollismo, su primer vals “Amelia”.  Pinglo inauguró un nuevo capitulo en la historia  musical costeña, el vals criollo adquiere definitiva personalidad.  En adelante seria intencionado en sus versos, profundo en su melodia y escencialmente mensajero de honda emoción social.


Nota: Algunos datos han sido recopilados de los libros, “Antologia de la Musica Peruana”

De Lorenzo Villanueva y Jorge Donayre. Y “Canción Criolla, Memoria de lo Nuestro” de

 Manuel Zanutelli Rosas.

    Por: Victor Hurtado Riofrio

Homenaje al Callao

Homenaje Callao
Homenaje Callao

El 22 de abril de 1857 la Convención Nacional acuerda conferir al Callao el honroso título de Provincia Constitucional.

Uno de los tantos encuentros entre gobernistas y rebeldes fue el que protagonizaron el 22 de abril de 1857. Vivanco había decidido tomar por asalto la plaza del Callao, el Real Felipe, para luego avanzar hacia Lima. Las tropas vivanquistas desembarcaron al amanecer por la boca del río Rímac. Luego hicieron un avance por las zonas de Chacaritas, Pescadores y Gallinares, para luego seguir a la plaza principal. La guarnición del Callao estaba al mando del general José María Plaza. Los vivanquistas superaban en número a las fuerzas gobernistas del Callao. Esto despertó gran inquietud entre los pobladores chalacos ya que muchos de los miembros de las fuerzas gobernistas eran también chalacos.

Los civiles del Callao, hombres y mujeres, deciden defender la invasión de su tierra y acuden a luchar al lado de las fuerzas gobernistas. El encuentro fue sangriento y muchas bajas habían en los dos bandos. La lucha fue más encarnizada en la calle Derecha en la cual se veían cantidades de cuerpos tirados y muchas lagunas de sangre. La batalla que no se decidía por ningún bando sólo se decidió con los refuerzos gobernistas enviados de Lima, al mando del general Manuel Diez Canseco. La calle Derecha en donde se vió correr tanta sangre hermana fue rebautizada luego como calle Constitución.

Texto de la Ley de 1857

La Convención Nacional;

Considerando:
Que la Provincia Litoral del Callao ha merecido bien de la Patria combatiendo hasta rendir a los enemigos de la Constitución, que desembarcaron en la mañana de hoy;

DECRETA:
ARTICULO UNICO.- La expresada provincia se denominará :

                         «Provincia Constitucional»

CONTEMPLACION

Compositor: Victor Hurtado Riofrio

 

Me encuentro aqui  sentado, otra vez a tu orilla

y una emocinón muy grande, se apodera de mi

dificil describir lo que por ti yo siento

callao pequeño suelo que me viera nacer.

 

Al contemplar tus playas, y tu majico cielo

la espuma de tus aguas, se acercan hacia mi

parecen detenerme, no dejan que me valla

y me hacen prometerte, regresar otra vez.

 

El sol radiante que te distingue

la luna llena, llena de amores

tus lindas calles, siempre tan bellas

me traen recuerdos de mi niñez.

 

Uno mi voz al canto de gaviotas

y en dulce melodia describo tu belleza

Callao querido, puerto añorado,

tierra adorada…. como te extraño.

 

*************

Datos Recopilados de la Pagina Web.ChimpumCallao.
Cortesia de: Victor Hurtado Riofrio

Felipe Pinglo Alva

Felipe Pinglo Alva
Felipe Pinglo Alva

El 18 de julio se conmemora el nacimiento del gran poeta y compositor peruano, Felipe Pinglo Alva, considerado el Padre de la Música Criolla y autor de una de las más importantes piezas musicales del Perú, el vals «El Plebeyo».


FELIPE PINGLO ALVA: «El Plebeyo»

Don Felipe Pinglo Alva, es considerado el padre de la música criolla, poseedor de un estilo de amplio arraigo popular que surgió en la etapa republicana y que vino a enriquecer el acervo musical de nuestra patria.
Sus creaciones, principalmente en forma de vals, son reconocidos como poemas de sobria versificación y acompasada melodía, facilitando de esta forma que el pueblo repita bellas y cultas expresiones literarias que cantan al amor, al sentimiento, la solidaridad humana y la necesidad de justicia social.
El vate criollo, contribuyó además a prestigiar a nuestro país en el plano exterior, puesto que el Perú es reconocido, entre otras características, por tener su vals con personalidad propia, aún cuando el vals -venido de la vieja Europa- se había propagado por toda América.

Don Felipe Pinglo Alva, nació en los Barrios Altos de Lima, el 18 de julio de 1899, hijo de un pedagogo y huérfano de madre desde muy niño. La pobreza en la que vivió y las enseñanzas de su padre y sus tías, fueron formándolo como niño instruido pero con sentimiento social.

Con sus propinas adquirió más tarde un rondín e intuitivamente aprendió a repetir en el instrumento musical las interpretaciones de las bandas militares ofrecidas en las retretas, en las plazas públicas de su tradicional barrio.

En 1917, ganado por la música criolla, comenzó su producción con el vals «Amelia» que, en el transcurso de diecinueve años hasta 1936 en que tempranamente falleció, llegó aproximadamente a 300 canciones; muchas de ellas perdidas o conocidas solamente en forma fragmentada.

Las más difundidas, sin embargo, son: «El Plebeyo», «El Huerto de mi Amada», «Mendicidad», «La Oración del Labriego», «Sueños de Opio», «El Canillita», «Pobre Obrerita», «Pasión y Odio», «Rosa Luz», «El Espejo de mi Vida», «Hermelinda», «El Tísico»; «Bouquet», «Amor Traidor», «Melodías del Corazón», «Celos», etc.

Es valedero decir que gracias a Pinglo la música criolla adquiere jerarquía, dándole interpretación al proceso de transculturización de nuestro pueblo, de la que nacieron también la polka, la marinera, el tondero, estilos musicales que teniendo antecedentes de otras realidades geográficas, son también auténticamente peruanos.

Felipe Pinglo Alva, falleció prematuramente el 13 de mayo de 1936, víctima de una penosa enfermedad, pero nos dejó versos y melodías, verdaderos himnos populares que enriquecieron la cultura popular.

José María Arguedas diría que «Felipe Pinglo le enseñó a los limeños a querer su música».

Compositores Extranjeros que Escribieron Valses Criollos al Perú

Bonifacio Byrne
Bonifacio Byrne
Nuestra bella musica criolla ha sabido ganarse, la admiración y el respeto de muchos compositores de diferentes paises, que cautivados por su estructura musical, se inspiraron para componerla, claro que lo hicieron siguiendo la linea armonica que esta requiere.

Todos sabemos que la musica criolla nace en las calles de nuestros barrios, una musica que nos ha sabido representar en todos los rincones del mundo, es la expreción original de un pueblo que supo transmitir el sentir de su gente a los visitantes que se identificaron con nuestra tierra, sus costumbres y tradiciones.

Es asi como en estos momentos, nuestro cancionero patrio cuenta en su haber con bellas obras musicales, que fueron escritas por un sin numero de destacados autores que plasmaron su sentimiento en nuestro cancionero musical, haciendo la delicias del criollo costeño.

Jose Sabas Libornio (1855-1915) hijo de españoles nacido en las Filipinas, traido al Perú para dirigir las bandas de Guerra de nuestro ejercito durante el mandato de Nicolas de Pierola, compuso valses tales como “En la Hamaca”, “Mis Sueños’, “La Perla del Pacifico”, “Hortencia”, “Crisantemo”, “Jardin de Flores”, “Maria Isabel”, “Flor de Pasión”, “Los Hijos del Sol”, “Bellas Limeñas”, “Siempre te Amare” y “Las Delicias”, entre otras.

El Argentino Luis Dominguez escribio los versos de 

“La Comarca” llevados al vals por Braulio Sancho Davila.

Vicente Olguin de Colombia escribio la danza “El Payande” que fuera interpretada magistralmente por nuestra “Soberana de la Canción Criolla” Eloísa Angulo.

Y de Uruguay Juan Pedro Lopez que escrbio “China Hereje”.

El poeta Colombiano Julio Flores nos dejo “El Guardian”.

Tambien el poema “Dejalos” del poeta Cubano Bonifacio Byrne

fue musicalisado por Fausto Florian convirtiendoce en el vals,

 “La Rosa del Pantano”.

Boris Ackerman agradecido y enamorado de nuestra patria  escribio, “Soy Peruano”.

Rodolfo Coltrimiari destacado musico Argentino que trabajo mucho tiempo en nuestra Lima escribio junto al maestro Lorenzo Humberto SotoMayor “Un Vals y Un Recuerdo” conocido por muchos como “Nestor Chocobar”.

De Italia llego Pablo Bicaria, quien cambio de nombre haciendose llamar «Pablo de los Andes», nos dejo “Olvidate de mi Amor”, “Sensitiva”,“Vuelve Vidita”, “Te Toca a Ti” y la Polka “El Trome”.

Domingo Rullo Llega a Lima desde Argentina en el año 1947 compone “Ay Pquita”, “Soñando”, “Te Dedico Este Vals”, “En el Parque”, “Esta Noche”, “Mi Condena”, y junto a Humberto Vilchez Vera de Chile, compone “Como no se ha Querido”.

Al Chileno Armando Gonzales se le recuerda por su vals “Clavel Marchito”.

Otro Chileno que nos dejo valses fue Vicente Bianchi “Peruanita Bonita” y “Mi Vals”.

Porfirio Diaz, tambien de Chile  nos dejo “Pedacito de Ilusión” y ”Rocio Matinal”.

“Ciudad Virreynal” fue escrita por el musico Chileno

  Nibaldo Soto.

El Vals “Amarraditos” lo escribieron Margarita Duran y Pedro Perez.

Modesto Lopez de Mexico es el autor de “Propiedad Privada”.

“El Andariego” fue compuesto por otro Mexicano Alvaro Carrillo.

El compositor español  Manuel Alejandro dedico “Chabuca Limeña”  en homenaje a la gran Chabuca Granda .

 

Algunos datos han sido extraidos de libro «Canción Criolla, Memoria de lo Nuestro»

de Manuel Zanutelli Rosas.

Por: Victor Hurtado Riofrio

Historia del Día de la Canción Criolla

Día de la Canción Criolla
Día de la Canción Criolla

La Historia del  «DIA DE LA CANCION CRIOLLA» está llena de anécdotas, pues ese día fue muy escrupulosamente escogido; primeramente tenía que ser un fin de quincena o fin de mes  para poder tener la solvencia necesaria, y celebrarlo con «todas las de la ley»; que el día siguiente sea feriado, por obvias razones; la primera para poder ir en romería al cementerio y visitar las tumbas de quienes con su amor e inspiración enriquecieron el pentagrama de nuestro acervo popular costeño, entrelazando con notas de oro los versos que a la amada, a la madre o a la patria le cantaran; y segundo para poder festejarlo con una buena serenata como «Dios manda», en la que los cantores criollos de diferentes barrios «pondrían lo mejor de sí»  lo que daba por  consecuencia el consabido «contrapunto de serenatas», tratando cada cual de «llevarse la bandera», demostrando «ser el mejor» , o «saber mas que los otros», de tal manera que sea el barrio o el centro musical que representaban, el que ganaba la lid.

También se pensó, y a justo título, en las festividades del Patrón de Lima, el «Señor de los Milagros».

Teniendo en cuenta que había que tratar de reunir todos estos elementos; y con gran acierto, se escogió el 31 de Octubre, pues el 1° de noviembre es feriado y se celebra el día de Todos los Santos, y se acostumbra hacer romerías al cementerio a visitar a sus difuntos. También el 31 de Octubre es el último día de las festividades del «Cristo de Pachacamilla» o «Señor de los Milagros»; … y listo, se encontró lo que se buscaba:

                                                            el 31 de octubre

Luego de haber hurgado trabajos de algunos insignes tratadistas, me inclino sobre todo por las teorías de dos de entre ellos, quienes merecen toda mi admiración y respeto, y a quienes tuve el privilegio de conocer, como son don Niko Cisneros, otrora periodista de «La Crónica» y tratadista de los anales de la canción criolla; y el bajopontino (como yo) don Aurelio Collantes Rojas meritoriamente llamado «La Voz de la Tradición», de reconocida trayectoria en la labores de investigación sobre los orígenes de la música criolla, mérito que le valió el público reconocimiento del ilustre maestro e historiador don Jorge Basadre en su obra «La Historia de la República».

Dicho esto, y con el permiso de los presentes, puedo a ciencia cierta decir que el «padre histórico» de  la creación de ese magno día fue el criollazo y prestigioso periodista del diario «El Comercio»  don Juan Manuel CARRERA, quien luego de un cierto tiempo de estadía en la hermana república de Chile, regresó a su querido y añorado Perú, a sus Barrios Altos, cuna de grandes bohemios del criollismo, radicándose al final de la avenida Grau, frente al Hospital Dos de Mayo, y muy cerca de la placita de Buenos Aires, donde en una de sus esquinas, si no me equivoco, entre la calle de los naranjos y Acequia de Islas, en el segundo piso de una hermosa y antigua casa de bellos balcones coloniales, se encontraba el prestigioso y criollazo «Centro Musical Carlos A. Saco» (local que tuve el honor de conocer en mi prima juventud), institución que lo acogió con los brazos abiertos, y la que más tarde, solamente un año después, este singular personaje llegó a dirigir en calidad de Presidente.

Una de las primeras gestiones que realizó don Juan Manuel CARRERA en pro de su institución, fue el de convencer al propietario del inmueble donde se encontraba el Centro Musical, don Rómulo Sessarego, otrora maestro de la fotografía y muy conocido en los ámbitos limeños por su profesión. gestión en la que fue apoyado total y ampliamente por su amigo y también dirigente del Centro Musical, don Felipe ANDRADE, a la sazón Diputado por Lima, quien a su vez era amigo influyente del Sr. Sessarego, el mismo que ante las muy constantes visitas de estos dos personajes, no tuvo otra alternativa que ceder en donación el local que ocupaba este emporio del criollismo  barrioaltino, coronando de esta manera las aspiraciones de los socios del Carlos A. Saco.

Luego de los consabidos festejos por el triunfo, el inquieto don Juan Manuel CARRERA  propone otra misión a su compañero de lides Felipe ANDRADE para luchar por la realización de su sueño dorado, del sueño de los criollos de verdad, que nuestra querida música criolla cuente con un día oficial, en señal de reconocimiento a todos los gestores de la música popular costeña. Cabe recordar que los miembros de la institución apoyaban unánimemente estas gestiones, y que a la sazón  se encontraba como miembro de la Junta Directiva en calidad de Director Artístico, mi señor padre, don Luciano Huambachano Temoche, gran bohemio, buen compositor, y excelente cantor y guitarrista.

Innumerables tropiezos, idas y venidas habrán tenido que sortear hasta llegar a ser escuchados por el Presidente de la República, don Manuel Prado Ugarteche, a quien lograron convencer, y quien por Resolución Suprema del 18 de Octubre de 1944 ordenó que el 31 de Octubre de cada año sea dedicado a la exaltación de la música popular de la costa, denominándolo «Día de la Canción Criolla». Vale mencionar también que ésta Resolución Suprema, poco tiempo después se convirtió en Ley; el respectivo proyecto de ley fue presentado primeramente a la Cámara de Diputados por don Felipe ANDRADE, quien no escatimó esfuerzos hasta que la Cámara Alta, la Cámara de Senadores ratificara lo aprobado y la convirtiera en Ley.

Como es de suponer, ese fue el más grande día de todos los criollos que de una u otra manera dieran lauros a nuestra música, porque esa fue la primera vez que un Presidente Constitucional de la República del Perú asistiera a una serenata criolla desde los balcones del Centro Musical Carlos A. Saco, ya que el propio don Manuel Prado quiso confundirse con los criollos que festejaban por primera vez, y en forma oficial, este histórico día; serenata en la que actuaron entre otros, artistas consagrados como el famosos y recordado dúo  «Romero y Monteverde»,  el dúo Huambachano y Pizarro,  el dúo mixto «La Limeñita y Ascoy» integrado por los hermanos Rosita y Alejandro Ascoy, el gran Máximo Garrido, acompañados por las guitarras y laúd de Pancho Estrada, Demetrio Cruzado y «El Chino Ravelli».

Entre las anécdotas de mas relieve debo contarles que una semana mas tarde se realizó una gran función de gala en el Teatro Municipal, a la que también asistió el Presidente de la República y que entre las muchas figuras del cancionero criollo, surgió una de las más grandes estrellas de todos los tiempos, con sólo 21 años de edad, doña María de Jesús Vásquez; quien había sido consagrada como estrella antes en un homenaje que organizara «El Rey de la Polka», don Pedro Espinel al Bardo Criollo don Felipe Pinglo Alva; pues había interpretado como nunca antes nadie lo había hecho el valse «El Plebeyo» del mismo Pinglo; el público se puso de pie para aplaudirla, Jesús Vásquez tuvo que cantar por tres veces este hermoso himno de la música criolla, y un 18 de julio de 1939, por iniciativa de Aurelio Collantes quedaba definitivamente consagrada «Reina y Señora de la Canción Criolla» en el desaparecido teatro  Apolo de los Barrios Altos.

Al haber hecho este breve pero significativo recuento histórico de la música criolla, y antes de terminar quiero testimoniar mis más grato reconocimiento y elogios a quienes dedicaron por entero su vida a la grandeza de nuestro  criollismo, entre otros primeramente al más grande, al bardo insigne don Felipe Pinglo Alva, inmortal compositor de El Plebeyo, Andarita, Mendicidad, Hermelinda, El Espejo de mi Vida, etc.; a los bajopontinos Eduardo Montes y César Manrique, reconocidos como «Los Patriarcas» y quienes fueron los primeros en grabar  en Estados Unidos para el sello Columbia 91 discos con 182 temas; al Tunante don Abelardo Gamarra, con su «Canto a Luis Pardo»; al chalaco de nacimiento, pero barrioaltino de corazón, don Carlos A. Saco; Pedro Bocanegra; Alejandro Sáenz, Yolanda Vigil «La Peruanita»; don Braulio Sancho Dávila, con su «Comarca» e «Idolo»; al Rey de la Polka, don Pedro Espinel; a Isabel «Chabuca» Granda con su famosa inspiración «La Flor de la Canela»; a esas catedrales como fueron los hermanos Augusto y Elías Ascuez, bajopontinos; al chalaco don Manuel «Chato» Raygada y su famoso valse «Mi Perú»; don Pablo Casas Padilla, nominado por el Propio Pinglo como su sucesor, y su «Anita»; al gran Manuel «Mañuco» Cobarruvias con su «Ocarinas»; a don Laureano Martínez Smart y «El Provinciano»; al rimense don Luciano Huambachano Temoche (malambino) con su «Barrio Bajopontino», creador y organizador dela tradicional serenata a la barrioaltina Virgen del Carmen «Patrona del Criollismo»; al victoriano Porfirio Vásquez fundador de la dinastía de los Vásquez; don Filomeno Ormeño y «Se va la Paloma»; otro rimense de polendas don Lorenzo Humberto Sotomayor y su tema «Corazón»; al chinchano don Abelardo Carmona y su «Lucy Smith»;  a la barrioaltina Serafina Quinteras y su «Muñeca Rota»; don Nicolás Wetzel y su «Noche Triste», al piurano (cataquense) don Rafael Otero López con «Mis Algarrobos»; Alicia Maguiña y «Viva el Perú y Sereno» e «Indio», a la melódica voz de Nedda Huambachano y «Nuestro  Eterno Amor»; al gran decimista y célebre por sus décimas de pié forzado don Nicomedes Santa Cruz; al Arquero Cantor Juanito Criado; don Ernesto «Chino» Soto y «La Abeja»; a don César Miró con «Todos Vuelven», «Se va la Paloma», «Puerto de Malabrigo», etc.; al ayacuchano de nacimiento y bajopontino de corazón Augusto Polo Campos y su famoso «Contigo Perú»; a la primera guitarra del Perú, el «Chino» Oscar Avilés; su yunta y eximio cantor «Zambo» Arturo Cavero, al campeón mundial de resistencia en guitarra, jaranero y fundador de varios conjuntos criollos, Fernando Loli; al «Caballero de la Canción Criolla» don Rafael Matallana; al torero cantor Lucas Borja.

Cómo  no tener presente a «La Princesita de la Canción Criolla», Maritza Rodríguez ; y lógicamente no debo olvidarme de «Las Grandes» Eloísa Angulo, Esther Granados, Delia Vallejos, Teresita Velásquez y Alicia Lizárraga;  la «Dama del Vals» Edith Bar; Graciela y Noemí Polo «Las Limeñitas»; al dúo Pedro y Emilia, Los Hermanos Trigo, tampoco puedo dejar de mencionar a la legendaria «Negra Valentina» y su !Ay qué me hacen!.

Al finalizar también quiero recordar a una de las más grandes estrellas del firmamento de la música criolla, que fue tanto su amor por la música, que escogió el 31 de Octubre (1970) para pasar al valle celeste y reunirse con quienes la precedieron y que de seguro en el cielo seguirán cantando al criollismo, y murió cantando a su público «Mi última Canción», me refiero a la Morena de Oro del Perú, a la Voz de Oro, a Lucha Reyes (rimense por cierto).

Sé que hay más nombres que debo de mencionar, pero el tiempo es corto y solamente termino diciendo… «Viva la canción criolla»… y… «Viva el Perú».