José Miguel Felipe Correa Suárez

Nació el 09 de Mayo de 1913, en la calle Comercio de la Villa Heroica de Catacaos. Sus padres don Ernesto Correa Ríos y doña Marina Suárez Urbina, estudió en la Escuela de don Ciro Tito Andrade, finalizando sus estudios, fue atraído por el fútbol que ya se practicaba en Catacaos y se enroló en «El Aguila». Su madre, temerosa que su hijo no aprendiera algún oficio por practicar ese nuevo deporte llamó a su hermano Artemio Suárez y le entregó al Churre para que aprendiera el oficio de panadero. En 1926, cuando tenia 16 años se traslado a Castilla donde rápidamente descubrió los secretos de ese oficio y al mes elaboraba los famosos pasteles de carne de tres tapas en la panadería de su tío.

Su primera afición fue el fútbol, aún cuando ya desde sus años mozos se sentía atraído por la música, pues precisamente a los 17 años compuso su primera canción que tituló «Grau Campeón», en esa época ingresó al Club Deportivo Atlético Grau de Piura deparó muchos lauros, desde 1940 hasta 1946, cuando se retiró.

Desde entonces, empieza su vida de compositor y bohemia de la que su señora madre, doña Marina Suárez Urbina, trató inútilmente de alejar. Llegó a componer más de cien canciones, sobre todo valses, polkas, tondero y marineras.

Las que mas regalías le proporcionaron fueron «Extravío», y «Nunca me Faltes Amor», Fueron también muy conocidas: «Alma Herida», «Desdeñosa», «Piura Señorial», «Mercancía», «Mis Ultimas Notas» y el tondero «Río Piura». Su mejor época fue cuando sus valses fueron grabados y popularizados en América Morena, Europa y en Japón, pero materialmente no le depararon ganancias. Todos sus temas han enriquecido a astutos empresarios, sólo recibía migajas y promesas, fue vilmente explotado.

En 1984, logró adquirir una casa en Villa El Salvador, donde se alojaba cuando iba a Lima a cobrar sus regalías.

Estando casado con doña Felicia Chinchay, a la cual dedicó «Nunca me faltes». De su matrimonio tuvo 11 hijos. Pero el mismo Correa decía que tenía muchos hijos cuyo número no podía establecer, bebedor y mujeriego, vivió la vida del bohemio al que no le preocupaba el mañana.

En 1984, Correa concurría al bar «El Palomar» en ese entonces quedaba en la Av. Loreto de Piura y estuvo libando durante veinte días seguidos, al final de los cuales se internó por tres días en el Hospital Regional. Luego retornó por varios días más al bar y nuevamente fue llevado al Hospital con derrame cerebral que se le complicó con bronco-neumonía, falleció el 29 de Octubre de 1984, sus restos mortales se encuentran en el Cementerio «San Teodoro» de Piura.