¿Qué música te gusta y por qué?

¿A quién no le gusta la música? Es complicado encontrar a alguien que asegure no disfrutar de ningún género musical, sin embargo, sí es muy sencillo entrar en discusiones con otras personas sobre cuál es la mejor banda de rock o si este estilo cuenta con mayor calidad que el pop o el jazz.

Esto es así porque el placer que se deriva de la música es universal pero en cuestión de gustos la diversidad es inmensa y las opiniones muy dispares.

Estamos ante un tipo de arte que se caracteriza de especial forma por su capacidad para generar estados anímicos diversos, para establecer comunicación con las personas que lo disfrutan y para transmitir ideas, sensaciones, historias o sentimientos. Sin embargo, uno de los grandes misterios que rodea a la música es qué determina que nos atraiga uno u otro tipo.

¿Qué genera el gusto?

Las barreras culturales se pueden superar, la economía no tiene por qué tener relación, la cuestión geográfica no sirve como factor determinante. Solo la emoción y la experiencia estética parecen presentarse como principales argumentos para la elección de distinto género musical para cada persona sin embargo, hay más elementos que entran en juego.

No se puede hablar de una conclusión definitiva que ofrezca una respuesta inapelable a esta duda. Lo cierto es que se sabe que el gusto musical, como en otros ámbitos estéticos, se puede educar. Igual que un estudiante de música es capaz de refinar su oído para conseguir apreciar matices de perfección que los neófitos no detectan, también la publicidad y la promoción por parte de las grandes compañías son capaces de introducirse en el gusto de los ciudadanos para favorecer que se vuelquen en la dirección que más conviene.

Las modas y la sociedad como detonantes del gusto

Muy destacados resultan también los ambientes en los que una persona se mueve, la música que se escuchaba en la casa donde se crió, la propia personalidad y el deseo de encajar en ciertos entornos. Así, están establecidos algunos estereotipos que se asocian a diversas personalidades y que se identifican de forma inmediata con un estilo musical. De este modo, una persona que encaje o desee encajar en un tipo de personalidad concreta se sentirá socialmente atraída por la música que lo identifica.

En este sentido pensamos que las personas que escuchan reggae son creativas, relajadas, extrovertidas y despreocupadas mientras que los aficionados al rock se consideran algo más introvertidos, sensibles y apasionados. Está claro que estos parámetros no se pueden aplicar de forma individual a cada caso, sin embargo, se ha generado una idea establecida socialmente que se asemeja a la realidad y que, al mismo tiempo, impulsa a los aficionados a un tipo u otro de música a sentirse bien en ese contexto.

A todo esto se suma la asociación entre los diversos estilos musicales con una estética particular en la indumentaria de las personas que los disfrutan. De este modo se establece un conjunto de disfrute estético que nunca puede ser de origen biológico sino más bien social y cultural.