Juan Gonzalo Rose

Juan Gonzalo Rose
Juan Gonzalo Rose

Juan Gonzalo Rose nació en la ciudad de Tacna, pequeña ciudad de provincia y de vida apacible que ni aun el continuo tránsito de viajeros y los avatares de un comercio dinámico, consecuencia de su condición fronteriza, han podido turbar. La infancia de Rose transcurre allí, en su tierra natal, circundada por el desierto costero, alguna playa cercana y unos cuantos valles cálidos y hermosos que aportan a cualquier espíritu sensible, la cuota de naturaleza y toque rural. Rose debió haber recorrido muchas veces las diversas comarcas tacneñas, por la huella innegable que sus textos transmiten de ellas. Estudio el ciclo primario en una escuela en la que su padre era a la vez profesor y Director, y luego la secundaria, hasta el tercer año, en un colegio nacional. Hacia 1942 ó 1943 Rose se traslada a Lima donde concluye su escolaridad. En 1945, año crucial en la historia peruana, Rose –que tiene entonces 17 años- ingresa a la Facultad de Letras de la Universidad de San Marcos. En las elecciones generales de ese año (uno de los pocos comicios verdaderamente libres en la vida política nacional) resulta elegido como presidente José Luis Bustamante y Rivero y este hecho significó el inicio de un período de ejercicio democrático pleno que grandes sectores de la población y en especial los jóvenes viven con intensidad y pasión. La universidad desde luego es uno de los centros principales de la actividad política y de la prédica ideológica. Nuestro poeta entra en el torbellino de la acción y asume con claridad la opción revolucionaria al mismo tiempo que su vocación poética empieza a manifestarse. Poemas suyos aparecen y su figura se hace presencia habitual en los recitales poéticos de entonces. De otro lado, vibrantes manifestaciones, agitadas asambleas, debates y enfrentamientos cuentan también con su presencia de militante convencido. Rose además hace periodismo y se desempeña durante algún tiempo como auxiliar de cátedra.

El 12 de Abril (sabado) se cumplen 20 años de la desaparicion fisica del poeta Juan Gonzalo Rose, orgulloso tacneño, que escribio bellos versos que musicalizados por Victor Merino estan en la historia de la musica ciudadana del Peru…»Tu Voz», «Por tu ventana dormida» y «Si un rosal se muere» son los poemas que escribio especialmente para darlos a conocer en genero de vals peruano.

Un recuerdo para este gran poeta peruano que fue ganado por la musica criolla del Peru.

Enviado por Raúl Alvarez-Russi

OLGA MILLA

«La carrera de Olga Milla es la historia de una profunda fe en la calidad de la música popular del Perú. Sus presentaciones en Los Estados Unidos, España y su nativo Perú han desplegado sobriedad y gusto impecables tanto en sus interpretaciones como en su repertorio.

Como productora, su CD CARICIA es un logro remarcable donde Olga reúne los más prominentes músicos peruanos de nuestros días interpretando una representativa muestra de canciones del Perú mestizo y costeño, con un saludo a los Andes.

De niña en Lima, ella tuvo el privilegio de escuchar en familia a clanes de criollos interpretando especiales repertorios. Esta experiencia la inspira más tarde a asistir a similares reuniones. En una de ellas conocería a la legendaria Chabuca Granda, quien más tarde la animó a que continuara escribiendo, cantando e incursionando en el área de producción.

Cuando termina sus estudios de Comunicaciones en la Universidad de Lima, Olga decide investigar la música popular peruana y sus escasas oportunidades en el circuito comercial urbano. A lo largo de los años participa en eventos culturales con la comunidad peruana en USA y España y colabora con periódicos y radio programas como La República, «Perú Cerca de ti» y «Déjame que te Cuente»

Uno de sus más queridas presentaciones fue su tributo a los escritores e investigadores peruanos José María Arguedas y José Durand Flores que Olga tituló «Música Mestiza del Perú» en la prestigiosa sede de Americas Society en Manhattan. Ahí, ella llamó como invitados especiales a presentarse por primera vez en los Estados Unidos a los maestros Jaime Guardia (charango) y Máximo Damián (violín andino) al lado de Carlos Hayre (guitarra criolla y afro-peruana). Con la guitarra de Edmundo Vargas, Oscar Stagnaro (bajo), José Luna (cajón) y miembros del Ballet Afro Peruano este íntimo concierto destaca como uno de los más originales para la música folklórica y popular peruana de los últimos años por la constelación de talentos que reunió en ese país.

Su álbum CARICIA nos entrega a Olga como una productora artística que conoce profundamente la música peruana, una compositora de verso nuevo y una intérprete íntima y emotiva, cálidamente felicitada por «Criollismo» de Radio Nacional del Perú. El periódico peruano «El Comercio» lo llama «una pequeña joya». En USA, este cd ha sido escuchado en la Radio Pública Internacional, integrando la discografía recomendada por el elogiado programa radial AfroPop Worldwide y ha tenido excelentes comentarios de la revista Latin Beat, Folk & Acoustic Music Exchange y el Detroit Metro Times

Actualmente Olga reside en los Estados Unidos y se encuentra abocada a la grabación de su segundo CD el que subrayará el trabajo de distinguidos guitarristas y percusionistas peruanos.

PATRICIA SARAVIA

Patricia Saravia acaba de cumplir una década en este obligado peregrinar de todo artista: conciertos, grabaciones, recitales, entrevistas… Pero sigue con las mismas ganas del primer día. Esas ganas que las llevaron a apartarse de lo tradicional para iniciar su búsqueda personal hacia las nuevas formas de la música peruana. No fue fácil, y mucho menos si se pretende nadar en contra de la corriente; pero, la Saravia ha sabido hacerse paso a través del tiempo con esa voz que estremece cada vez que pronuncia su canto. Primero sería «Atrapar un instante», material que reúne diez temas muy bien logrados, tanto en la melodía, como en el trabajo armónico, que fue la primera carta de presentación de la intérprete y que recoge canciones como «Cardo o Ceniza», de nuestra infaltable y recordada Chabuca Granda; «Sombra» y «Hojarasca», de Daniel Escobar; y la «Negra presuntuosa» de Andrés Soto.

Pero la Saravia continuamente apura el paso, y ya está en una y otra cosa. Fue así que tiempo después editaría «Entre el son y el corazón», un nuevo trabajo fonográfico que descubre canciones como «María María»«Encuentro» -otra buena canción de Daniel Escobar-, «Tierra Mestiza» -su homenaje a nuestra América Latina-, entre otros, con novedosos arreglos y caras nuevas en el marco musical.

1993, también depararía algunas sorpresas, no sólo por sus tantas presentaciones en vivo, sino porque su carrera artística experimenta nuevos aires, -ella le llamaría sones- mucho más maduros y un tanto apartados de los matices negros. Así surgen, dulcemente, cantos de la sierra peruana como«Matarina» carnaval cajamarquino. «Como he de vivir sin ti» huayno ayacuchano y «No Valentín», contagiante ritmo negro, con el sólo propósito de quebrar las formas habidas. Una suerte de buenos acordes, una melodía subyugante y las percusiones haciendo lo suyo detrás de esa voz tierna, fuerte… conmovedora.

(*) Comentario de Manuel Valencia, Editor de «Culturales» del Diario «Expreso» de Lima, Perú, setiembre/1995

Jose Pepe Vasquez

Jose Pepe Vasquez
Jose Pepe Vasquez

El hijo menor del gran Porfirio Vásquez, cabeza de una familia que conservó en toda su pureza el arte negro heredado de sus antepasados. Como consecuencia, sus canciones más populares y simbólicas son «Raíz del festejo» y «Le dije a papá». Tiene el mérito también de haber adaptado a nuestros ritmos negros una canción norteamericana que tituló «Jipi Jay». Son destacados también, su festejo «No Valentín» y un vals titulado «A mamá».

Augusto Ascuez Villanueva

Augusto naciò el 07 de Octubre de 1892 y fue bautizado en la parroquia de San Làzaro el 03 de abril de 1893. Hijo de Jorge Ascuez y de  Nicolasa Villanueva, ambos de Lima, designaron en condiciòn de padrino a Guillermo Beunza y Margarita Pèrez. Elìas, su hermano, era menor que Augusto, naciò el 20 de junio de 1895 y recibiò el sacramento del bautismo – llevado a la pila por los padrinos de su hermano el 09 de febrero de 1896.

Crecieron en el barrio de Malambo, trabajaron como albañiles desde sus mocedades y en esa actividad continuaron hasta la vejez. En 1929 Elìas partiò rumbo a Chile, en gira artìstica, con el celebrado compositor, moreno también, Alejandro Sáen, Gregorio Villanueva, Jorge Acevedo y Teresa Arce, quien años después destacarìa en el teatro nacional.

Estuvieron fuera del paìs dieciocho meses. Sáenz se quedó, Acevedo falleció en Valdivia, y el resto emprendió el regreso.

Elías pasó a vivir en 1939 a la Avenida del Trabajo No. 308 del tercer Barrio Obrero del Puente del Ejército, inaugurado en beneficio de las  personas de modestos recursos económicos. Casas de dos, tres, cuatro  y cinco habitaciones, el pago por el alquiler era variable y, en cierta manera, cómodo: 10 soles al mes en el primer caso, 16,50 en el segundo, 18 en el tercero y 30 en el cuarto.

Augusto y Elías eran sobrinos de Mateo Sancho Dávilay Clara Boceta,

del Callejón de la Cruz, en Malambo, quienes los criaron.

Retoño de esta pareja fue Braulio Sancho Dávila, autor del vals «Abeja» y, según Durand, de «Dios» y «la versión original de Idolo». Esta afirmación hay que tomarlas con reservas, pues se atribuye también a NIcanor Casas y la familia del recordado compositor de «Anita» ha disputado la auditoría desde hace tiempo.

 Brauli Sancho Dávila tuvo, entre su numerosa familia, tres primas que llevaban en las venas el baile popular, la jarana limeña: Bartola, Isabel y Peta. Tío tambien, y tío de trago y amanecida de Augusto y Elías fue Santiago Villanueva, para los amigos simplemente «Chocolate». Uno de sus hijos (Mamerto) se casó con Melchora Martínez; de esta pareja nacería el futbolista Alejandro Villanueva, ídolo de Alianza Lima, integrante en 1936 del equipo de fútbol que viajó a Berlín para intervenir en las Olimpiadas y, en el consenso deportivo, uno de los mas grandes futbolistas peruanos.

Elías falleció en 1973, Augusto el 17 de agosto de 1985. «El Comercio» destacó  tan sentida desaparición con un titular que decía: «Murió reliquia de criollismo». Tenía 95 años. Sus restos fueron velados en el Pasaje Acapulco (avenida Juan Manuel del Mar 1350, Chacra Colorada).

AGUSTO ASCUEZ VILLANUEVA

 

Augusto naciò el 07 de Octubre de 1892 y fue bautizado en la parroquia

de San Làzaro el 03 de abril de 1893. Hijo de Jorge Ascuez y de

 Nicolasa Villanueva, ambos de Lima, designaron en condiciòn de padrino a Guillermo Beunza y Margarita Pèrez. Elìas, su hermano, era menor

que Augusto, naciò el 20 de junio de 1895 y recibiò el sacramento del bautismo – llevado a la pila por los padrinos de su hermano el 09 de febrero de 1896.

Crecieron en el barrio de Malambo, trabajaron como albañiles desde sus mocedades y en esa actividad continuaron hasta la vejez. En 1929 Elìas partiò rumbo a Chile, en gira artìstica, con el celebrado compositor, moreno también, Alejandro Sáen, Gregorio Villanueva, Jorge Acevedo y Teresa Arce, quien años después destacarìa en el teatro nacional.

Estuvieron fuera del paìs dieciocho meses. Sáenz se quedó, Acevedo falleció

en Valdivia, y el resto emprendió el regreso.

Elías pasó a vivir en 1939 a la Avenida del Trabajo No. 308 del tercer

Barrio Obrero del Puente del Ejército, inaugurado en beneficio de las

 personas de modestos recursos económicos. Casas de dos, tres, cuatro

 y cinco habitaciones, el pago por el alquiler era variable y, en cierta manera, cómodo: 10 soles al mes en el primer caso, 16,50 en el segundo, 18 en

el tercero y 30 en el cuarto.

Augusto y Elías eran sobrinos de Mateo Sancho Dávilay Clara Boceta,

del Callejón de la Cruz, en Malambo, quienes los criaron.

Retoño de esta pareja fue Braulio Sancho Dávila, autor del vals «Abeja» y,

según Durand, de «Dios» y «la versión original de Idolo». Esta afirmación hay

que tomarlas con reservas, pues se atribuye también a NIcanor Casas y la familia del recordado compositor de «Anita» ha disputado la auditoría desde hace tiempo.

Brauli Sancho Dávila tuvo, entre su numerosa familia, tres primas que llevaban

en las venas el baile popular, la jarana limeña: Bartola, Isabel y Peta. Tío

tambien, y tío de trago y amanecida de Augusto y Elías fue Santiago Villanueva, para los amigos simplemente «Chocolate». Uno de sus hijos (Mamerto) se casó

con Melchora Martínez; de esta pareja nacería el futbolista Alejandro Villanueva, ídolo de Alianza Lima, integrante en 1936 del equipo de fútbol que viajó a Berlín para intervenir en las Olimpiadas y, en el consenso deportivo, uno de los mas grandes futbolistas peruanos.

Elías falleció en 1973, Augusto el 17 de agosto de 1985. «El Comercio» destacó

 tan sentida desaparición con un titular que decía: «Murió reliquia de criollismo». Tenía 95 años. Sus restos fueron velados en el Pasaje Acapulco (avenida Juan Manuel del Mar 1350, Chacra Colorada)

 

Laureano Martínez Smart

Laureano Martínez Smart
Laureano Martínez Smart

Hijo de José Martínez Esquivel y Juan Rosa Smart, no tuvo que abandonar ningún pueblo para ver la capital por que era limeño, nacido en los Barrios Altos, el 4 de Julio de 1903; aunque Pedro Duran Quevedo («Perucanta» No. 1, sin fecha), decía que el nacimiento fue el 4 de Agosto de 1907. También contó que en su juventud fue jockey.

Dos son los valses que le dieron popularidad, «El Provinciano» («Las locas ilusiones me sacaron de mi pueblo/ y abandoné mi casa para ver la capital»), y «Amargura» («Quisiera que volvieran los días de la infancia/ para vivir alegre y sin preocupaciones….»)

Autor prolífico, compuso «Compañera mía» en honor a su esposa («Compañera mía,/ santa mujercita,/ siempre bondadosa,/ en mis horas tristes/ y en mis alegrías fuiste cariñosa….»; «Invoco tu nombre«, como homenaje  a su hija; y otras muchas canciones, entre ellas «Decepción» (letra de Serafina Quinteras), «Destino» (letra de Juan Sixto Prieto) «Fatalidad» )letra de Juan Sixto Prieto), «Lima de Antaño» (letra de Juan Sixto Prieto) «Para ti es mi canción«, y entre otras «Quiero» (letra de Leonidas Yerovi, hijo).

Compuso la polca «Cholita» para el que su inseparable amigo Juan Sixto Prieto  escribio los versos. Hizo el arreglo musical de «Ingrata palomita», polca también. En la década del 40 tenía una casa musical en la calle Gallinazos No. 381 (tercera cuadra del Jr. Puno); en el No. 1342 de «El Cancionero de Lima«, de enero-febrero de 1941, se publicó un aviso de su establecimiento. Vendía partituras para piano, boquillas de saxofón y clarinete. También ofrecía a su clientela violines, guitarrras y arcos. Alquilaba pianos y baterías.

Martínez Smart llevaba la música en el alma. Contagiado por otros ritmos lanzó al mercado la rumba-fox «Pasó el carretón» en 1944, año en que también llevó al pentagrama el pasodoble «Sol de Madrid» con letra de Juan Sixto Prieto y, siempre con el concurso de este olvidado versista, el swing «Dalias traigo para ti«.

A propósito del vals «Fatalidad» («Nocturno, de celaje deslumbrante,/ su encanto,/ rememoro a cada instante,/ romance/ de un momento que viviera….»), desde hace muchos años, se ha hecho notar que no se canta la última estrofa, siendo, como es, tan bella: «Estrella,/ fugitiva que mi anhelo,/ te llevas por desconocido cielo,/ delante, no me robes la alegría./ Sin tu influjo luminoso/ mi existencia es un destrozo/ ¡oh querida! son tus ojos miguión./No me dejes en las brumas,/ con tu dulce amor perfumas/ como nadie, ni nocturno de pasión».

Martínez Smart fue autor de otro vals que desde que empezó a cantarse a través de la radio «pegó» en el gusto popular: «Hace tiempo«, que dice en sus primeros versos: «Hace tiempo que me tienes como loco,/ hace tiempo que no te dejas ver./ No comprendes mujer que me haces daño….»

Falleció a los 61 años el 17 de Enero de 1964. Fue casado con María Navarro.

Cortesia:Cecilia Nuñez

VICTORIA SANTA CRUZ

Victoria Santa Cruz Gamarra nació el 27 de octubre de 1922, hermana del celebre Nicomedes Santa Cruz, nació en Lima, Perú.

Es autora y directora teatral, coreógrafa e investigadora.
Su trascendental labor en el devenir del folklore afroperuano no necesita presentación.
Ha fundado y dirigido varios elencos artísticos.
Es muy recordada por su labor al frente del «Conjunto Nacional de Folklore».

Cuando en 1959 Victoria funda con su hermano Nicomedes el conjunto CUMANANA se inicia el resurgimiento del folklore negro del Perú.

En ese año compuso la música de su canción más conocida:
el vals «Callejón de un solo caño» con letra de Nicomedes.

En 1961 viajó con una beca del gobierno francés, obteniendo premios en el Teatro
de las Naciones como diseñadora y realizadora de vestuario.

Vuelve al Perú en 1966 y funda el grupo «Teatro y Danzas negros del Perú» ,
en 1967 al frente de este conjunto su labor de restitución rescata y recrea danzas perdidas como la Zamacueca, el Alcatraz, el Zamba-landó .

 Victoria Santa Cruz es además de cantante, Directora, compositora, investigadora y Folklorista. Su labor investigativo la llevó a la creación y rescató temas ya casi olvidados. Fundo y dirigió sus propios grupos artísticos. Dirigió, desde el año 1967 hasta el 1972 La Escuela Nacional del Folklore y en 1973, le fue encomendada la conformación del Conjunto Nacional de Folklore, lo dirigió hasta 1982, desde Enero del 2000, Victoria Santa Cruz, reside nuevamente en Lima, Perú.

 Victoria, cantó y grabo muchas docenas de canciones, pero sobresalieron:”VEN A MI ENCUENTRO” (zamacueca), “PROMESAS (vals), “ILUSIONES VANAS” (Vals), y “MONONGA LA TAMALERA” entre otras.

El caso de Victoria es, sin lugar a dudas, el caso de alguien forjado sobre la base de la lucha diaria. Se inicia en el diseño de modas, para luego ingresar al legendario grupo Cumananá, que dirigiera su hermano menor. Después viaja a Francia becada, por el gobierno de este país para realizar estudios en la Universidad del Teatro de las Naciones. Creó su propia compañía de danza, teatro y música afroperuana, lo cual permitió que después de muchos años el negro peruano volviera a encontrar un espacio para poder expresarse. Luego de esto pasa a dirigir la Escuela Nacional de Folklore y mas tarde, bajo la batuta acertada de la doctora Martha Hildebrandt, fundar y dirigir el Conjunto Nacional de Folklore, que tantos éxitos obtuvo por todo el mundo y al cual echamos muchisimo de menos.

Mas tarde, y debido a una brillante intervención en un congreso donde estaban reunidos los más grandes coreógrafos, es invitada por el decano de una universidad a dar una charla en los Estados Unidos y de ahí en adelante se convierte en catedrática de la Universidad Carnegie Mellon University, donde hasta hoy enseña y donde continua con sus investigaciones. Ya lo dijo un estudioso extranjero: Victoria Santa Cruz está catalogada entre las mejores folcloristas de América. Sin lugar a dudas, todo canto, danza, agrupación o interprete solista que cultive el arte de raíz afro en el Perú, esta influenciado directa o indirectamente por Victoria Santa Cruz.

 

María del Carmen Dongo

Maestra de la percusión Afroperuana y Latino Americana.

Por sus dotes de percusionista célebre, ha trabajado junto a renombrados artistas peruanos y extranjeros, aunque en sus inicios se dio a conocer como guitarrista en el Movimiento de la Nueva Canción Peruana (1983 ).

Recién con Daniel «Kiri» Escobar, Andrés Soto, Richard Villalón y Carmina Cannavino, importantes cantautores peruanos, inició su nueva y actual faceta. Entre 1984 y 1985 continuó con el acompañamiento a reconocidos solistas y grupos del país.

 Hasta que en 1986 participó como percusionista estable en el Festival Internacional CICLA que reunió a los más destacados músicos y cantantes latinoamericanos, entre los que figuraban Silvio Rodríguez, Pablo Milanes, León Gieco, Fito Páez, Mercedes Sosa, Gonzalo Rubalcaba, entre otros.

Ese mismo año viajó a España y México, para participar en la grabación de la primera grabación discográfica de Daniel «Kiri» Escobar, titulada «Hojarasca», bajo la producción de Alberto Cortez, y en la primera grabación discográfica de la cantante peruana radicada en México: Carmina Cannavino.

En 1987, integró la delegación musical y cultural «Perú, Hoy y Siempre», presentándose en recitales en las principales ciudades de Brasil, en una temporada de tres meses. Para entonces, la reconocida cantante Tania Libertad, ya había escuchado de su talento y la contrata para ofrecer una serie de presentaciones internacionales, entre las que figura el Festival de Varadero- Cuba 1988 y sesenta conciertos por toda la República Mexicana.

Debido a su versatilidad, en 1988 participó en el Festival Latino » Joe Papp», en la ciudad de Nueva York y Nueva Jersey, siempre al lado de Tania Libertad, hasta que regresa a Sao Paulo, en Noviembre del mismo año, para la presentación Discográfica de la última producción de Tania Libertad para el mercado Brasileño y Sudamericano, bajo la dirección del maestro pianista Cesar Camargo Mariano. Presentación realizada en el primer auditorio de América «Memorial de América Latina».

Su permanencia en Sao Paulo sirvió para compartir y acompañar al afamado grupo de «Músicos Populares Argentinos MPA «, dirigido por el maestro argentino Chango Farias Gómez, agrupación donde participaba el destacado guitarrista peruano Lucho Gonzáles, con quien también inicia una importante relación musical que los llevó a compartir diversos escenarios de América hasta la fecha.

De igual manera se presenta en el gran Estadio Brasileño «Mane Garrincha» en la ciudad de Brasilia, acompañando a la cantante Tania Libertad compartiendo escenario en esa oportunidad con el afamado músico brasileño Ivan Linz.

María del Carmen Dongo regresa al Perú en 1989 para realizar la grabación del disco » Landó de la Vida y Yo», con la más importante cantante de música negra del Perú: «Eva Ayllón»; a quien acompañó durante 10 años (1989 – 1999); realizando diversas giras fuera y dentro del País. Presentaciones dentro de las cuales resaltan: Brasil en el Memorial de América Latina y Puerto Rico con El Gran Combo de Puerto Rico, en la celebración de sus 25 años.

Simultáneamente a estas actividades, ha venido acompañando a los artistas más importantes de su país como: Eva Ayllón, Juan Castro Nalli, Elsa Maria Elejalde, Nancy Calisto, Julie Freundt, Leo Amaya, Fabiola de la Cuba, Cecilia Bracamonte, Félix Casaverde, Lucho Gonzáles, Jean Pierre Magnet, Orquesta Sinfónica Nacional, Kiri Escobar, Andrés Soto, Patricia Saravia, Georgi Bahía entre muchas otras agrupaciones vocales e instrumentales de diversos géneros musicales: Jazz, Latin, Pop, Rock , Música Brasileña, etc.

En Julio de 1997 fue invitada por la Universidad Nacional de Costa Rica para ofrecer clases maestras, realizadas en el Teatro Montes de Oca para la Universidad Estatal a Distancia, Agrupación Cultural Universitaria y Embajada de Perú.

En paralelo cuenta con 15 años de experiencia en la docencia, especializándose en Técnicas de Apreciación, Entrenamiento Auditivo, Entrenamiento Rítmico, y Técnica de la gama completa de Instrumentos de Percusión Latina y Sinfónica.

Por espacio de dos años estuvo a cargo de la Cátedra de Percusión Latina en la «Escuela de Música Antara»; dirigida por el Maestro Jorge Madueño.

Se encuentra realizando estudios de Orquestación y de Técnica Instrumental de Bajo Eléctrico.

Ejecuta toda la gama de Instrumentos de Percusión Latina y Sinfónica tanto acústica como electrónica, de las marcas Latin Percussion, Yamaha, Roland y otros.

Inició el año 2000, con una gira internacional nuevamente al lado de la importante intérprete Tania Libertad; temporada que se inició con la presentación en el mes de Febrero en el FIU FESTIVAL, Festival Internacional de Cine, que se realizo en la ciudad de Miami.

A la fecha, se encuentra de regreso en el Perú, luego de culminar la gira 2000 durante la cual se encontró radicando en la ciudad de México y realizó presentaciones con Tania Libertad y Armando Manzanero en toda la República Mexicana y en las ciudades de Venezuela, Puerto Rico, USA y finalmente en Panamá.

María del Carmen Dongo, culminó la temporada 2000 con el gran concierto UNICEF – «Tengo un Sueño», al lado de grandes intérpretes como Mercedes Sosa, Alejandro Lerner, Daniela Mercury, Aterciopelados, Rubén Blades, Margarita Rosa de Francisco entre otros.

María del Carmen Dongo, desde México, se avocó a la lucha por la paternidad, revalorización, difusión y promoción del Cajón Peruano en el mundo. Esta lucha ha tenido una de sus recompensas cuando se logró que el Instituto Nacional de Cultura del Perú, declarara al Cajón Peruano como Patrimonio Cultural de la Nación, en Agosto del 2001.

Posteriormente María del Carmen realizó una de las producciones mas ambiciosas de su carrera logrando reunir a los principales exponentes nacionales del instrumento y a las agrupaciones de promoción y difusión del Folklore Peruano mas importantes del país, en una Gran Celebración, en el Auditorio del Gran Parque de Lima por esta designación; donde subieron a escena mas de 100 Cajoneros y 16 de las mas reconocidas agrupaciones. A su vez se dio homenaje (en vida y póstumo) a los grandes maestros, pilares del patrimonio musical del Perú: Ronaldo Campos, Abelardo Vásquez y Eusebio Sirio » Pititi » y Carlos » Caitro » Soto de la Colina.

En la actualidad dirige a la primera agrupación de percusiones del Perú «MANO MADERA » con el espectáculo totalmente ideado y dirigido por ella titulado » EL CAJON ES DEL PERU «. Este espectáculo ha sido considerado en este año 2002 por la critica especializada como el espectáculo más completo de percusión, danzas y canto afroperuano; habiendo sido elegido por Promperú ( ente de gobierno que tiene como tarea el difundir la imagen del Perú en el mundo ), para su presentación en el Festival Perú Cultura que se realizó con éxito en Brasil – Río de Janeiro –Mayo 2002. De igual manera se presentó este mismo espectáculo en el II Encuentro de Rescate del Patrimonio Cultural de los Países Andinos- en la ciudad Patrimonio de la Humanidad – Santa Ana de Coro, país de Venezuela- Noviembre del 2001.

A la fecha ha participado como percusionista en mas de 30 producciones discográficas para distintos sellos nacionales e internacionales.

Se encuentra próxima a grabar 2 producciones discográficas: la primera » El cajón es del Perú » (puesta en escena del espectáculo llevado al disco) y la segunda de «Percusiones del Perú y del mundo» con la presencia de la influencia africana del Perú y Brasil como protagónicos además de otros países con la misma influencia.

Es miembro activo del Sindicato Nacional de Músicos del Perú, desarrolla su labor de docencia en la percusión de manera permanente en el centro cultural de la Universidad Católica del Perú y viene dictando clases magistrales en diversos países de américa latina : Costa Rica, Venezuela, Brasil y México a la fecha.

Lucha Reyes

Lucha Reyes
Lucha Reyes

Nació el 19 de julio de 1936 en un hogar humilde. Su verdadero nombre era Lucila Sarcines Reyes. Su padre don Tobías Sarcines, murió cuando Lucha tenía apenas seis meses de nacida. Con la desaparición de su progenitor llegaron las penurias económicas al hogar de doña Lucila Reyes que estaba integrada por 16 niños. Se dedicaba al oficio de lavandera, pero los ingresos no alcanzaban ni siquiera para cubrir las necesidades básicas.aunque vivió varios años en el Callao, al fondo de la calle Marco Polo, cerca de la Mar Brava. Su niñez fue casi una tragedia, tanto que para sobrevivir trabajó hasta de «canillita».

La familia de la pequeña Lucha Reyes, ocupó un cuarto en el callejón del fondo de la calle Mercedarias. Un recinto famoso en donde se reúnen cantores y guitarristas de los Barrios Altos. Las jaranas son frecuentes y muchas veces terminan en peleas. Allí se congregaban Felipe Pinglo, «El Cholo» Nicolás, Pedro Espinel, «El Mono» Olivo, Reynaldo Adrianzén, Samuel Joya, los hermanos Zapata y otros. En ese ambiente de entreveros, Lucha reyes fue saturando su espíritu con las melodías criollas de antaño. La madre de Lucha Reyes enfermó y tuvo que dejar de lavar ropa porque sufría frecuentemente de fiebres y dolores musculares. Esta situación determinó que todos los días mendigara un poco de comida en un convento.

Surgió en «El Sentir de los Barrios», un programa que se propalaba por radio «El Sol». Cuando por sus cualidades de cantante empezó a abrirse camino, la «bautizaron» con el nombre de «La Morena de Oro». Solía presentarse en los restaurantes «El Parral» y «El Palmero».

Cuando su madre logró recuperar la salud, consiguió internarla en el convento Buen Retiro, de las Madres Franciscanas, donde permaneció por espacio de ocho años. Al evocar su estadía en el convento solía decir: «Allí supe ver la vida desde un plano más humano y cristiano. Estudié hasta el tercer año de primaria y por otro lado aprendí costura y otros trabajos manuales… El afecto y el apoyo moral de las religiosas moldearon mi carácter y me prepararon para afrontar con entereza el infortunio y las adversidades. El día de la despedida lloré mucho porque tenía buenas compañeras y me había acostumbrado a la tranquilidad conventual».

La mañana de su muerte, se levantó a las seis y media de la mañana. Su adolorido compañero de la última etapa, Ausberto Mendoza, cuenta: «Ella estaba mal de la vista. Yo le hacía de todo, hasta la pintaba. Me dijo: hoy día me vas a poner bien bonita, porque es el día de la canción criolla. Me voy a poner este vestido rojo, porque soy bien peruana carajo».

«Amaneció bien lisurienta. En el auto, cuando íbamos a la misa de la Canción Criolla en la Sociedad de Actores», le dijo al chofer de su auto: oiga tío, no me ponga radioteatro, carajo. Póngame música criolla… De repente, le dio una palmada en el hombro. Hizo una leve mueca. Después de otras dos palmadas, y estas palabras finales: ¡Ay, Dios!».

No la venció la tuberculosis (curada a tiempo). Murió de diabetes que había envejecido prematuramente sus arterias y produjo un paro cardiaco. Su entierro fue un río de voces y llanto de gente humilde.

Su música ha sido reeditada en varios CDs editados por el sello Discos Hispanos del Perú, bajo los siguientes títulos: «La morena de oro del Perú», «Siempre Criolla», «Una carta al cielo» y «Mi última canción».

Murió el 31 de Octubre de 1973. Lucila Sarcines Reyes se fue cuando estaba en la cumbre de la popularidad. Sus más aplaudidas interpretaciones fueron los valses «Regresa», de Augusto polo Campos; «Tu voz», de Juan Gonzalo Rose; «Como una rosa roja», de María Gladys Pratz; y «Mi última canción», de Pedro Pacheco.

Paco Maceda

El alma de Los Kipus

Podrán cambiar las voces femeninas, pero las canciones de Los Kipus seguirán siendo las mismas mientras Paco Maceda pueda seguir dándole a la guitarra, instrumento que ha acompañado al músico norteño durante 42 años pródigos en alegrías, y también en frustraciones.

«Estoy tan decepcionado… pero no de mí país, sino de las autoridades». Paco Maceda se pone serio y sus manos detienen los arpegios en seco. Aún está fresco el cierre de lo que pretendió ser La Casa de Los Kipus, un local en la Av. Del Ejército que permitiría el lucimiento de ellos y de nuevos valores del criollismo, y eso sigue amargando su generalmente feliz existencia.
«Invertí 20 mil dólares y no pude recuperarlos porque nunca tuvimos regularidad. Se nos negó la licencia, los vecinos se quejaban, y los municipales nos ëvisitabaní todos los días», se queja.
Luego de liberar sus demonios, don Paco vuelve a acariciar la guitarra, y mientras conversa va arrancando un fondo musical que invita a la nostalgia, pero también a materializar ese conocido lema criollo según el cual al que toca y al que canta, se le seca la garganta.
«Eso sí que no, yo no tomo ni fumo óaclara de inmediatoó. Cuando le comuniqué a mis padres que quería ser guitarrista, les dije que sería como trabajo. Yo ensayaba de seis a ocho horas diarias y he impuesto un estilo a base de la investigación».
La referencia es directa a su adolescencia, cuando decidió descolgar la guitarra que se empolvaba en la sala de su casa piurana para ver qué se podía hacer con ella. Logró domarla al oído, pero quería más. Oyó hablar del manual ëAprenda a tocar guitarra en quince días», lo consiguió y no paró hasta hacer realidad en él el titulito ese. «El resto vino con estudios de piano. Aprendí a leer música y a descubrir el gusto por las blancas y negras… me refiero a las notas, eh. Cuidado que mi mujercita vaya a pensar mal».
Al lado de él está, precisamente, la señora Gladys. Riendo con sus ocurrencias, tal como lo hace desde hace 35 años, cuando conoció a don Paco como líder de Los Kipus y decidió acompañarlo en su trayectoria por los escenarios del Perú, Ecuador, Colombia, Bolivia e incluso México. Bueno, acompañarlo es sólo un decir, pues ella prefería esperar en casa.
«Siempre me he quejado de mi mujer ósostiene don Paco con inusitada picardíaó. Al quedarse, ella me obligaba a bailar con mujeres que yo ni conocía… tremendo sacrificio el que uno hace, pero así es la vida del artista. Y fíjese, ahora sí me está acompañando, no me deja… a estas alturas de mi vida, ya para qué».
La anécdota pone sabroso a don Paco, y con ganas de puntualizar algunas cosas. Dice que él empezó hacia 1955, cuando acompañó con su guitarra a Luis Abanto Morales en la grabación del emblemático valse ëNunca podrání, pero que recién su carrera se consolidó hacia 1959, como guitarrista de Irma y Oswaldo cuando éstos recorrían el país haciéndose llamar el dúo Penta.
Fue en medio de esas giras, en agosto de 1959, que a don Paco se le ocurre proponer a Genaro Ganoza (un guitarrista norteño como él y dueño de un hermoso falsete) buscar una primera voz femenina para conformar un trío. La elegida fue Carmen Montoro, y ëPor qué sigues llorandoí el primer valse que grabaron para Iempsa.
Lo curioso es que, por tener sus canciones un estilo muy cercano a los pasillos, mucha gente pensó que se trataba de un grupo ecuatoriano. La confusión se hizo mayor cuando, a principios del 60, llegó a Lima un caza talentos mexicano diciendo que había escuchado en Quito a un trío que bien podría gustar en el mercado azteca. Grande fue la sorpresa de los empresarios del espectáculo limeño, entre ellos los directivos de Iempsa, cuando el ilustre visitante dejó escuchar la grabación que había traído y empezó a sonar una canción de Los Kipus.
«Nosotros estábamos en Colombia órememora don Pacoó, pero se armó tal alboroto en Lima que nos trajeron de inmediato y apenas llegamos nos llevaron con guitarras y todo al Rosita Ríos, el mejor local criollo de entonces. No entendíamos nada hasta que nos dijeron que teníamos que grabar urgentemente ëRosa Tí y ëAnsiasí. En cierto modo eso fue bueno, porque esas dos canciones nos abrieron las puertas».
Y vaya que así fue. Durante toda la década del 60 y del 70, Los Kipus recorrieron el interior del Perú y los países vecinos como parte de una caravana promovida por el propio don Paco. «Apenas aprendí el negocio, decidí hacer empresa y organizaba dos o tres giras al año llevando a artistas como Julio Jaramillo, Los Arriagada, Los Embajadores Criollos y Tania Libertad, a los cuales sumábamos un folclorista de la zona», detalla.
Por entonces, las actuaciones se realizaban en teatros y auditorios de radio, y los viajes ósalvo a Iquitosó se desarrollaban por tierra durante casi un mes. En todos los lugares los recibían con expectativa, pues sus canciones habían conseguido identificación absoluta en el gusto popular. «Es que Los Kipus cantan lo que vive el pueblo… ¿quién no está enamorado o ha sufrido un desengaño?», enfatiza don Paco añorando las épocas en las que competía sanamente con otros grupos de calidad, como Los Romanceros, Los Embajadores Criollos, Los Cholos y Fiesta Criolla.

Tocan a la puerta y nuevamente las manos de don Paco descansan. Ingresa una jovencita que es todo sonrisas y doña Gladys se encarga de presentarla: «Ella es Elizabeth Panchano, la nueva cantante de Los Kipus». La muchacha saluda tímidamente y pide permiso para seguir acicalándose antes de la sesión de fotos. Yo aprovecho para preguntar por qué Los Kipus ha tenido tantas (casi 18) primeras voces.
«Un comité de la disquera evaluaba la pegada de las canciones, y cuando éstas bajaban me decía: ëPaco, se necesitan cambiosí. Era doloroso, pero por suerte muchas veces la salida de una cantante coincidió con sus aspiraciones de hacer carrera como solistas, y al final les iba bien».
En ese sentido, don Paco recuerda a todas con mucho cariño. «Los Kipus de ayer es lo mismo que Los Kipus de hoy», enfatiza, y pone como ejemplo el hecho que las miles de personas que los aclaman en los conos o en provincias no distingan que Pilar Valdivia fue la que impuso ëYo perdí el corazóní, o que Zoraida Villanueva provocara delirios con ëPerdisteí; y explica que si Eva Ayllón es la que tal vez esté más identificada con el grupo, es porque hoy ella sigue cantando los temas que alguna vez interpretó siendo parte del trío, como ëCariñitoí, ëNada soyí y ëHuye de míí, entre otras.
Nuevamente tocan a la puerta. Esta vez llega Víctor Meléndez (44) y es don Paco quien lo presenta como quien ocupa el lugar (momentáneamente) de don Genaro. De pronto hay dos guitarras sonando y Elizabeth también ya está lista. Las fotos empiezan y, a modo de ensayo, tocan ëTu alma y la míaí, un valse nuevo que demuestra la vigencia del sonido de Los Kipus, y que fue grabado en Miami durante su estancia en los EEUU.
«Mi familia y yo nos fuimos en el 92. Allá me junté con Genaro y con una voz femenina viajamos por casi todos los estados, incluso algunos que otros artistas no visitan. No se imagina cómo lloran los peruanos cuando tocamos ëMelgarí o ëMi lejaníaí, un valse que compuse para los que añoran su tierra».
Terminan de tocar y don Paco ha dejado ya de renegar con todo lo que le está sucediendo desde que decidió regresar al Perú, como si seguir dando vida a Los Kipus fuera una manera, también, de seguir respirando, e incluso de recuperar el optimismo (aunque ahora la televisión lo ignore, e incluso a veces lo dé por muerto). Es que la crisis económica y la indiferencia oficial podrán haberle cerrado la peña y estancado un negocio de duplicadora de discos compactos, pero aparentemente no podrá doblegar su afán de seguir haciendo lo que mejor sabe: ser el alma de Los Kipus.

Juan Alvarez

 

 

Se fue la guitarra de Tumbes
 
Integrante del trío los Kipus, Paco Maceda falleció a ayer víctima del cáncer. Sus restos mortales serán sepultados hoy, a las 3 p.m., en los jardines de la paz.
El 8 de mayo iba a recibir un homenaje
Justo cuando se le preparaba un gran homenaje, que iba a tener lugar el 8 de mayo próximo en el Parque de la Exposición, falleció ayer el guitarrista, cantante y compositor tumbesino Paco Maceda víctima de un cáncer al hígado.

Su deceso se produjo en el hospital Rebagliatti donde, en diciembre último, había superado un estado de coma. Tenía 78 años de edad. Hoy sus restos mortales serán sepultados, a las 3 p.m., en el cementerio Los Jardines de la Paz. Dos de sus hijos, que viven en el extranjero ya están en Lima. Por otro lado, la Asociación Peruana de Autores y Compositores del Perú (Apdayc), representada por José Escajadillo y Alejandro Lara, entregó a su viuda tres mil soles para ayudar en los gastos del sepelio.

Maceda, quien aprendió a tocar la guitarra siguiendo las indicaciones de una barata guía de enseñanza, se inició profesionalmente en 1955 formando con Lucho Barrios y Modesto Pastor el trío «Los Incas», que duró muy poco. Después acompañó a Luis Abanto Morales en la grabación del vals «Nunca podrán», de Adalberto Oré Lara, en la disquera Iempsa, y se convirtió en guitarrista del dúo «Irma y Oswaldo».

Fue en 1959 que le propuso a Genaro Ganoza (guitarrista y cantante también norteño (para buscar una primera voz femenina y formar el trío «Los Kipus». Fue así que eligieron a Carmencita Montoro, con la que grabaron el primer disco «Por qué sigues llorando». Sin embargo, el éxito recién llegó cuando grabaron «Rosa Té» y «Ansias», dos temas que habían triunfado en un festival de composiciones criollas.

«Los Kipus» recorrieron todo el Perú y algunos países vecinos. Su fama creció al extremo que despertó el interés en México, que envió un representante que creía que se trataba de un trío ecuatoriano. Aclarada la confusión, Maceda, Carmencita y Ganoza fueron contratados para actuar una temporada en México, donde hicieron televisión y grabaron un disco larga duración para el sello Musart.

A través de los cincuenta años de existencia que tiene «Los Kipus», ha ido variando periódicamente su primera voz femenina y así han integrado el trío en diferentes momentos cantantes como Eva Ayllón, Charito Alonso, Zoraida Villanueva, Zenobia (la esposa de Lucho Barrios), Pilar Valdivia, etc.

Antes de enfermar gravemente, Maceda había venido actuando con Elizabeth Panchano y Víctor Meléndez, y con ellos grabó el disco compacto «Los Kipus Siglo XXI». Cuando ya no podía actuar, Maceda informó que su hijo, que tiene su mismo nombre, lo reemplazará dentro del trío que continuará en actividad.

Alfredo Kato

*** Fuente: El Comercio, Sábado 24 de Abril del 2004