De vuelta al barrio

La vida a veces nos aleja de los nuestros y de nuestra patria, pero todos, ya sea de una ú otra manera, volvemos a ellos aunque sea en pensamiento. Julio, mes de la patria nos hace recordar más al Perú, nos hace volver a nuestras raíces, a nuestro barrio donde transcurrió nuestra infancia alegre e inocente, a nuestras costumbres y tradiciones, y sobre todo, a nuestra música criolla que nos hace cantarle a nuestra tierra en su mes de aniversario.

«Vamos a la fiesta del Carmen, negrita, / vamos que se acaba ya la procesión, / vamos a bañarnos en agua bendita / a ver si podemos lograr el perdón. / Estoy en pecado por tu cinturita / y por tus ojazos que son mi obsesión. / Vamos que me tienta tu fresca boquita, / vamos que se acaba ya la procesión»… Versos del vals «Se va la Paloma» de César Miró y Filomeno Ormeño.

Los Barrios Altos de Lima, barrio antiguo, pilar del criollismo y uno de los más tradicionales de Lima está de fiesta este mes ya que el 16 de julio se celebra la «Procesión de la Virgen del Carmen», Patrona de los Barrios Altos y Patrona del Criollismo. La jarana empieza desde la víspera al ritmo de guitarra, cajón y voces melodiosas que dan vida, calor y salero a la serenata criolla.

Barrio criollo y jaranero que vio nacer a grandes figuras del criollismo como el maestro Felipe Pinglo, quien merece un espacio más amplio para hablar sobre él… Luis Dean, autor del vals «Gloria»… Augusto Rojas LLerena, autor del vals «Rencor», «Mi retrato», «Presentimiento», «Dulce amada mía», «Milagro», «Rosa de América», «Navidad del niño»… Aurelio Collantes, autor de «Abajo el Puente» y a la vez gran estudioso de la canción criolla sobre la cual escribió varias obras… Laureano Martinez Smart, autor de «El Provinciano» (las locas ilusiones me sacaron de mi pueblo…), «Amargura» (quisiera que volvieran los días de la infancia / para vivir alegre y sin preocupaciones…), «Compañera mía»… Alberto Condemarín Vásquez, autor de «Hermelinda» (Escucha amada mía / la voz de mis cantares / que brotan de mi lira / cual desolado son…) … Oscar Molina Peña, autor (discutido) de «Idolatría»… Nicanor Casas, autor de los valses «Esther», «Noche Encantadora» y otros… Pablo Casas Padilla, autor de los valses «Desengaño», «Optimismo», «Juanita», «Humillado», «Tiempos pasados», «Digna», «Olga», «Mal proceder», «Dos contra el mundo», «Teresita», «Anita» (Quisiera confesarte mi cariño, / quisiera que comprendas mi dolor; / no sé como podré explicar / mi afecto, mi pasión, mi amor, / mas temo el llegar a fracasar…) y otros más.

Muchas cosas han cambiado en los Barrios Altos, sin embargo, aún conserva tradiciones, costumbres y valores que es tarea de nuestras autoridades locales el rescatarlas y brindarle de nuevo la seguridad que antes tenía. En los Barrios Altos se encuentra el local del Congreso de la República, la Casa de la Moneda, el Ministerio Público, la Maternidad de Lima, la Facultad de Medicina de la Universidad de San Marcos, la Escuela Superior de Bellas Artes, el Hospital Dos de Mayo, el Hospital San Bartolomé, el Barrio Chino, el Mercado Central y el Jardín Botánico. Al tener el gobierno central las tres primeras entidades mencionadas anteriormente, localizadas dentro del perímetro de los Barrios Altos, debería preocuparse por la recuperación de aquella zona.

El gobierno local también está comprometido con la recuperación de los Barrios Altos. Gran parte de esa zona, de ubicación privilegiada, es considerada dentro de lo que representa el Patrimonio Cultural de la Humanidad. Existen construcciones y monumentos de gran valor arquitectónico e histórico como la Quinta Heeren, la Iglesia y Convento de Santa Clara, la Casa de las Trece Monedas, la Plazuela de la Buena Muerte con la Iglesia y Convento del mismo nombre, la Iglesia de las Trinitarias, la Iglesia de Santo Cristo, la Casa de Felipe Pinglo, la Iglesia del Prado, el Teatro de La Perricholi, la Iglesia y Convento del Carmen, el Callejón del Buque, la renovada Plaza Italia, la Iglesia de Santa Ana, la Iglesia y Monasterio de las Concepcionistas Delcalzas y el Museo de la Inquisición.

Las guitarras lloran, los cajones retumban y los valses se siguen entonando porque la jarana continúa en los Barrios Altos ya que el 18 de julio se conmemora un aniversario más del nacimiento del maestro Felipe Pinglo Alva. Pinglo nació el 18 de julio de 1899 en la calle «El Prado» de los Barrios Altos.

La música criolla, sobre todo el vals peruano, tiene un antes y un después. Ese límite o diferencia lo impuso un modesto pero gran autor y compositor que nos dejó su obra para que sea interpretada, seguida e imitada por otras grandes figuras que ha tenido nuestro criollismo. Felipe Pinglo Alva fue quien impulsaría ese gran cambio a nuestro vals, lamentablemente, murió joven sin haber conocido en vida los frutos de la fama y de lo que sembraría en nuestro pueblo y cultura que lo llegó a convertir, después de muerto, en una especie de ídolo para quienes aman y siguen la música criolla.

«Las flores que he cogido del jardín / las he hecho un bouquet para mi amor / lleva jazmín del cabo y tulipán / lleva claveles rojos de ilusión. / Pensamientos limitan su confín / y algunas azucenas coloqué / pero también lleva mi corazón / a una mujer.»… Un canto al amor del Maestro Pinglo con su composición «Bouquet».

Pinglo era un verdadero poeta para cantarle al amor, un romántico, un soñador, un sentimental; detalles que ayudan a inspirarse más a quienes los tienen… «Quien quiera con el alma, el corazón no mande / quien busque amores buenos, que deje de soñar, / el corazón y el alma son dos fuerzas humanas / que emprenden una senda, para no regresar.»… Con «El Huerto de mi Amada» hizo soñar, amar, cantar y llorar a muchos.

Pinglo indirectamente nos hacía reflexionar y despertar ante la realidad de la vida, el darnos cuenta que los años no pasan en vano y que toda la vida no seremos los mismos o mejor dicho luciremos bien… «Con los años huyeron mis privilegios / uno a uno mis idilios vi fugar, / y hoy tan sólo de este apogeo me queda / bucles, retratos, pañuelos, / cartas de amor y nada más. / El espejo en que me vi hoy es mi amigo / porque mudo me ha mostrado la verdad, / hoy comprendo el secreto de mi olvido / y conozco el por qué de mi orfandad.»… A través de «El Espejo de mi Vida» nos mandó su mensaje para que cambiemos a tiempo y sembremos valores que perduren a través del tiempo y de la muerte.

Como casi toda la mayoría de los hombres, Pinglo era aficionado al fútbol también e hincha del Alianza Lima, sobre todo de Alejandro Villanueva, así que le compuso una polca a él y una marinera al equipo de sus amores… «Viva el Alianza, señores / el once de la emoción / que cuando a jugar concurren / el match es una ovación»… No pongo más versos de ¡Viva el Alianza! ya que yo soy hincha de la «U» :)))

Recordando a su barrio querido, Felipe Pinglo escribió el vals «De Vuelta al Barrio», canción con la cual él le cantó a sus Barrios Altos… «Barrio de mi ilusión / de ti yo me alejé, / pensando que al rodar / no fuera el mundo cruel. / Tus glorias de otros tiempos / procuré al retornar / y el pendón de tu nombre / orgulloso pasié. / Hoy de nuevo al llegar / cansado de la lid, / a los nuevos bohemios / entrego el pendón / para que lo conserven / y siempre hagan flamear, / celosos de su barrio / y de su tradición».

Felipe Pinglo era el compositor de los pobres. En una sociedad que discriminaba al pobre y donde era notoria la diferencia entre ricos y pobres, Pinglo se rebeló contra aquello. Por ello durante el gobierno de Oscar R. Benavides, las radioemisoras tenían la orden de no emitir sus canciones. Resulta inexplicable en estos tiempos el saber que la canción inmortal de Pinglo fue prohibida por una sociedad y gobierno discriminatorio y prejuicioso… «Después de laborar, vuelve a su humilde hogar, / Luis Enrique, el plebeyo, el hijo del pueblo, / el hombre que supo amar, y que sufriendo está / esa infamante ley de amar a una aristócrata / siendo plebeyo él. / Trémulo de emoción, dice así en su canción: / El amor siendo humano, tiene algo de divino. / Amar no es un delito, porque hasta Dios amó. / Y si el cariño es puro y el deseo es sincero, / ¿por qué quitarme quieren la fe del corazón? / Mi sangre, aunque plebeya, también tiñe de rojo / el alma en que se anida mi incomparable amor. / Ella de noble cuna y yo, humilde plebeyo, / no es distinta la sangre, ni es otro el corazón. / Señor, ¿por qué los seres no son de igual valor?»… Con «El Plebeyo», Pinglo trató de romper las tradiciones y mitos aristocráticos del Perú de antaño.

Pinglo tiene muchísimas composiciones, algunas de ellas desconocidas. Su obra musical es grandiosa y ha sido, y seguirá siendo, fuente de inspiración para muchos intérpretes, compositores y todo aquel que guste de la música criolla.

Déjame que te cuente, Chabuca, grandiosa / déjame que te venere, como si fueras diosa / déjame que muestre al mundo entero / que en cada corazón peruano, tu recuerdo es duradero.

La música criolla no para de sonar en este mes ya que el 21 de julio se conmemora un aniversario más del estreno de la canción peruana más famosa a nivel mundial, el vals «La Flor de la Canela». Isabel «Chabuca» Granda cantó «La Flor de la Canela» por primera vez a Victoria Angulo en su cumpleaños, el 21 de julio de 1950.

“La Flor de la Canela” es considerada por los peruanos como su segundo himno nacional. A la mayor parte de los peruanos que viven en el extranjero se le ha escapado una lágrima o han sentido el corazón latir con mayor rápidez al escucharla o entonarla… «Jazmines en el pelo y rosas en la cara / airosa caminaba la flor de la canela / derramaba lisura y a su paso dejaba / aromas de mixtura que en el pecho llevaba. / Del puente a la alameda menudo pie la lleva / por la vereda que se estremece, al ritmo de su cadera / recogía la risa de la brisa del río / y al viento la lanzaba, del puente a la alameda».

Chabuca Granda y «La Flor de la Canela» no sólo se convirtieron en leyenda de la música criolla peruana, sino que también forman parte de la historia del Perú.

Los recuerdos del barrio, de nuestras costumbres y tradiciones en este mes de julio, son imborrables… y en medio de «acrobacias» y gritos de «Te llama la llama» llegamos al 28 de julio, fecha en que celebramos el «Día de la Independencia del Perú». Ese día sentimos más el ser peruanos, se aviva el amor por la tierra que nos vio nacer, y no importa donde esté que de todas maneras me pongo a entonar versos de canciones criollas patrióticas… «Porque Dios a la gloria le cambió de nombre y le puso Perú»… es por ello que «Sobre mi pecho están tus colores y están mis amores contigo Perú»… y no dejo de gritar que «Tengo el orgullo de ser peruano y soy feliz, de haber nacido en esa hermosa tierra del sol»… Tengo el orgullo de que mi patria se llame Perú… puesto que yo… «Yo también me llamo Perú».

Dario Mejia
Melbourne, Australia