ZAMPOÑA

La zampoña es un aerófono de soplo y de filo, formado por una serie de tubos contiguos, monófonos, sin canal de insuflación y de posición vertical, que forma un solo cuerpo, cada tubo con su propia altura de sonido según su largo, por lo común de 7 a 60 cm; así como su diámetro varía entre 1 a 2,2 cm, por lo general, pero sin que esta medida influya en su dicha altura de sonido. El número de tubos fluctúa entre seis a ocho por hilera, en circunstanacias de que hay zampo&mtilde;as de una y dos hileras, y que habitualmente en las de una, los tubos están cerrados en su extremo inferior y que en las de dos,los de la anterior están abiertos en ese extremo y los de la posterior, cerrados; en este segundo caso, los tubos de la hilera anterior son más cortos que los de la posterior, ésta, vale decir, la más cercana a la boca de ejecutante.

NOMBRES QUE RECIBE


Este aerófono recibe así mismo el nombre de siku en la localidades altiplánicas de mayor ancestro ancaico, y también el de laca y de pusa, aunque con menor frecuencia en ellas y en otros lugares no tan conservadores de la cultura tradicional andina.

Las zampoñas de tubos más cortos suelen denominarse licos, caracterizadas, en consencuencia, por su tisura más aguda, y de tubos más largos se llaman zanjas, poseedoras, obviamente, del registro más grave.

LA ZAMPOÑA EN LA ANTIGUEDAD


La arqueología ha descubierto que en épocas prehispánas estos instrumentos eran también de piedra y arcilla, y la etnohistoria ha comprobado que hasta el siglo XVI se construyeron con el segundo material, y que, además, en los primeros ciento cincuenta años de la dominación española los hubo de madera y de metal, aunque en escaso número. Desde el siglo XVII se habrían usado sólo los de caña, lo que ha persurado en la cultura folclórica hasta hoy, tanto respecto de los tubos como de las piezas que con forma de delgadas láminas se emplean de a par, una por delante y la otra por detrás de las hileras de ca¤as, perpendicularmente a éstas, como trabas, para unirlas y sujetarlas, amarradas entre sí con lana de llama. Cuando la zampoña es corta lleva un par de estas piezas en su parte superior, y cuando es larga, un par arriba y otro, o una amarra de esta lana, más abajo, para darle adecuada firmeza a la unión de todos los tubos del instrumento.

USO DE LA ZAMPOÑA


En cuanto a su uso, por su estructura acústica que determina la peculiar afinaciún de sus tubos, no puede ejecutarse una zampoña sola para obtener una melodía entendida como propiamente tal según el concepto occidental actual de ella. Si una persona persona sola desea tocar una melodía, no podrá hacerlo, porque el instrumento «en que está soplando, no es un instrumento, sino la mitad. La otra mitad que la falta está en poder de otra persona que se dispone a coloborar, pues un ejecutante solo no puede obtener melodías de la zampoña.

En efecto la escala está repartida entre los cuerpos instrumentales independientes. Este tiene la primera nota, aquél la segunda, éste la tercera, aquél la cuarta, etc. De modo que si yo y mi compaño queremos ejecutar una melodía necesitamos colocarnos cerca del otro y tocar alternadamente las notas que nos corresponden.

Las alturas sonoras de los distintos tubos se ordenan por intervalo de tercera mayor y menor, lo que tubo por medio, produce intervalos de quinta aproximadamente justa, aunque si se miden los intervalos con instrumentos de presición, muy a menudo aparecen fallas en su afinación a causa del rústico método de los artesanos en la construcción de la zampoñas.

FUNCION

Su función presominante es la ceremonial, relacionada especialmente con homebajes a santos patronos de localidades rurales, en los cuales su ejecución más completa y orgánica la efectúan las llamadas tropas de zampoñeros, o de laquitas, etc., compuestas por doce ejecutantes siempre masculinos, con complementación de un bombo y dos cajas. Estos conjuntos poseen una destreza muy versátil, que les permite desarrollar hasta complejas líneas melódicas, conservando el característico timbre susurrante del instrumento, y dominando un variado repertorio que comprende melodías pentatónicas, híbridas, coloniales así como europeas comunes para bandas.

Como es bien sabido, la flauta de pan tiene una dispersión muy amplia en el mundo, por lo que algunos estudiosos creen que ella podría ser resultante de una poligénesis de un centro social que no se ha descubierto aún; pero lo más significativo en su proceso temporal para los países americanos donde se mantiene vigente, lo contituyen su procedencia prehispánica y sus peculiaridades acústicas y musicales, con el predominio del uso de un sistema pentáfono.

LA ZAMPOÑA

 

NOMBRE Y TAMAÑOS.

Es uno de las instrumentos más representativos de toda la región andina, conocida también como FLAUTA DE PAN, tiene una gran variedad en tamaños y varían por la cantidad de tubos que la forman.

En el idioma Aymara se denomina SICU, en quechua ANTARA  y en español se denomina ZAMPOÑA

          La familia de la zampoña está formado por cuatro tamaños, del más grande al más pequeño reciben los siguientes nombres:

                        TOYOS           de sonido grave o bajo

                        ZANKAS        Una octava más alta que los toyos

            MALTAS        Una octava más alta que las zankas

                        CH’ULIS         Una octava más alta que las maltas

La zampoña común o la más empleada  se  denomina MALTA. En nuestro curso emplearemos esta zampoña

La diferencia que existe entre una y otra zampoña es de una octava y todos ellos están conformados por 2 amarros o 2 hileras de tubos, una de 6 tubos denominada IRA  y la otra de 7 tubos denominada ARKA. Por lo tanto, para interpretar una melodía se tiene que combinar entre el 6 y el 7. Tradicionalmente se interpreta entre dos personas, quienes dialogan musicalmente tocando la melodía.

Hoy en día se toca en forma solista agarrando las 2 zampoñas (6 y 7).