Isidro Berrocal Coronado

Isidro Berrocal Coronado
Isidro Berrocal Coronado

EL CHOLO BERROCAL

En el mes de Marzo del 2003 hubiera cumplido 66 años de edad don Isidoro Berrocal Coronado mas conocido en el Perú y gran parte de Latinoamérica como El Cholo Berrocal, destacado cantautor caravileño, nacido en Marzo de 1937.

Hijo de don Isidoro Berrocal Vizcardo, y doña Rosa Coronado Espinosa, vivió en Caravelí hasta los 11 años de edad. Su prematura ceguera lo hizo desarrollar su natural vocación por la música, acompañado de su guitarra que manejaba con maestría.

Viajó a Lima a seguir sus estudios en el Instituto Nacional de Ciegos, y ya joven es operado por el mejor especialista en ojos de la época el Dr. Castro Viejo, gracias a la recomendación de la señora Clorinda Málaga, esposa del Presidente Manuel Prado.

Compositor, músico, e interprete de un estilo que se identificaba con el sentir popular, supo pasear su arte por diferentes países, en donde fue ídolo, especialmente en Ecuador y Colombia.

Como compositor de éxitos, incursionó en los diversos géneros Musicales, destacando en la música criolla costeña, la música melódica internacional, y la música vernacular andina que le dieron la identidad de Cholo que, como su nombre artístico.

En él genero criollo costeño, Berrocal tiene una producción extensa y sentida, con valses como: En Tinieblas, Caravelí, Adiós a la Patria, Quimeras, No me Beses, Orillas de Pescadores, y otros igualmente sentimentales, a lado de polkas como El Soldado, y Tonderos como A mi pueblo me voy.

En el genero melódico internacional, se recuerdan sus boleros como: Amor de Contrabando, Me engañas Mujer, Falsa Mujer, En el genero vernacular andino, numerosas composiciones entre la que destaca por su mayor difusión es el Huayno Provincianita

Con su acompañamiento de cuerdas del que también formaba parte, el Cholo ha grabado numerosos discos simples y L.P. que forman parte de las colecciones privadas de los amantes de la música criolla en todos sus géneros, tales

como: Adiós a la Patria, Payaso, El Pastorcito, El Cholo Berrocal, y otros.

Falleció en Lima el año de 1983 a la temprana edad de 46 años cuando estaba en lo mejor de su producción artística para el mundo y sus 6 menores hijos, de su esposa costarricense. Descansa en paz y gracias por el legado.

REVISTA CARAVELI No.51

MARZO 2,002

Enviado por: Luis Ramirez

MANUEL DONAYRE

 EL DIAMANTE NEGRO DE LA CANCION CRIOLLA

De San Luis de Cañete, tierra de gente morena, llegò hasta los Barrios Altos limeños MANUEL DONAYRE en las horas tempranas de su niñez.
 
En ese propicio ambiente, saturado de criolla tradiciones y poblado de guitarristas y cantores, Manuel advirtiò el temprano bullir de su sangre musical.
 
Envuelto en la pasiòn por la mùsica, su adolscencia lo sorprendiò compartiendo sus horas màs queridas en compañía de aficionados que, como èl, buscaban el camino de la consagraciòn desde ese nido de artistas que se llamaba «El Sentir de los Barrios», enclavado en otro de los barrios en los que Lima entona de antiguo su canciòn: El cuartel Primero.
 
Pronto comenzò a aparecer frente a las càmaras de televisiòn, llamando desde entonces la atenciòn el alto registro de su voz y la vibrante emociòn de sus interpretaciones.  Y en el devenir incesante de las noches criollas su estrella comenzò a iluminar las mas connotadas peñas y los bohemios rincones donde se enciende la canciòn popular.
 
Hoy Manuel Donayre es una de las voces màs celebradas y requeridas por los amantes del cantar criollo.  Por eso Manuel Donayre ha llegado al fabuloso escenario de las principales ciudades de la Union Americana para triunbar en ellas tambien.  En su exitosa carrera ha conocido ya el aplauso consagratorio del pùblico  de otros paises, su buena estrella brilla ahora con nuevos horizontes e inesperados fulgores….Manuel Donayre es el Diamonte Negro de nuestra Musica Criolla!!!   
 
Mario Cavagnaro

 

Eva Ayllon

Eva Ayllon
Eva Ayllon

Su verdadero nombre es María Angélica Ayllón Urbina, pero adoptó el de Eva en honor a su abuela materna, con quien vivió y de quien recibió constante apoyo. La que es una de las mayores exponentes de nuestro acervo criollo, nació en Lima Perú un 7 de febrero de 1956, en el seno de una familia modesta. Aunque desde pequeña tuvo que estudiar y trabajar para ayudar al sostenimiento de su familia, desde los tres años de edad mostró indudables condiciones para el canto.
Gracias al apoyo incondicional de su querida abuela, inicia su vida artística, cantando con éxito en eventos escolares y programas juveniles de radio y televisión.

Gracias a sus naturales dotes vocales, hacia 1970 comienza a trabajar en peñas criollas con marcado éxito. El público la fue haciendo su preferida en lugares como el Rinconcito Monsefuano, La peña de los Ugarte, Los Mundialistas o Callejón de un solo caño. Esta etapa, aunque aplaudida, es para Eva sólo el inicio de su fulgurante carrera. Así, entre los años 1973 y 1975 es llamada a integrarse al trío «Los Kipus» como su primera voz. Con ellos recorre el país, entregando su arte en importantes programas de radio y televisión y grabando su primer disco de larga duración. Puede asegurarse que en 1977 Eva es ya plenamente una figura de gran éxito y propia luminosidad, por lo que comprende que debe ascender una etapa más en su carrera y decida seguir su camino como solista.

Separada ya del trío en 1978, sus canciones se difunden rápidamente y a base de su gran talento y minuciosa disciplina, logra el sitial que hoy ostenta.

A partir de 1979 su gran calidad interpretativa comienza a trasponer las fronteras de su país, pero es recién a partir de 1994 cuando realiza giras a nivel internacional con todo su staff, músicos y personal técnico por ciudades de Estados Unidos y El Canadá Desde entonces es invitada prácticamente cada año, a participar en eventos internacionales en ciudades de Chile, Argentina, México, Ecuador, EEUU, Canadá y Japón. En 1997 su calidad es reconocida a nivel mundial, gracias al éxito. obtenido en su gira de 45 días por las principales ciudades del viejo continente.

La principal y más importante intérprete peruana, está hoy en su mejor momento pues dentro de las cantantes de su género, sólo Eva se da el lujo de llenar cualquier escenario donde se presente.

«El poder cantar es el don más hermoso que Dios me pudo dar, y cantar para mi patria, el Perú, es mi mayor orgullo. A todos ustedes, gracias mil por tanto amor en cada una de mis presentaciones y también por tenerme en un rinconcito de sus hogares», afirma Eva con sencillez.

Filomeno Ormeño Belmonte

Filomeno Ormeño Belmonte
Filomeno Ormeño Belmonte

Hijo de Filomeno Ormeño y de Isabel Belmonte, nació en Lima el 6 de junio de 1899, en el distrito del Rímac. Alumno del Seminario de Santo Toribio, donde recibió sólida educación,.Antes de dedicarse al cultivo de la música fue empleado público. En 1920, a la edad de veintiún años, asumió la jefatura de correos de Casapalca. Pero el arte tenía más fuerza que el rutinario trabajo que desempeñaba en esa fría ciudad andina y volvió a Lima al año siguiente para hacerse cargo de la orquesta que animaba las funciones del Teatro Iris.

Como cuando se es joven al mundo se hace pequeño, decidió tentar suerte en el extranjero y viajó al Ecuador en 1931, acompañado de una orquesta integrada por veinte personas. Había decidido su destino; estaba convencido que la música constituía todo para él y a ella se dedicó en cuerpo y alma. En 1935 fue nombrado director de la orquesta de Radio Dusa, dos años después asumió la sub-dirección artística de Radio Internacional y al año siguiente pasó a radio Lima con motivo de su inauguración.

Autor de la «Canción de Carnaval», su calidad es comprendida por el Municipio de Lima (1938) y es premiado. Apenas estrenada «pegó» en el gusto de la gente y se hizo popular. Siguen despés otros éxitos., como Rapsodia de valses peruanos, Los mosaicos criollos, los valses Cuando me quieras (letra de Alberto Fernández) y Añorando (letra de Manuel Rubio); Festejos Peruanos, Negrita Caracundé, La Tamalera, El Congorito, etc. Su polca Labios Rojos fue un suceso en la Radio: » Que dicha es para mí/ tener en quien pensar/ tan solo pienso en ti/ mujer angelical.»

Otro de sus valses, Vivir para querer, dice: «Que dulce sueño de plácida pasión/ anida mi alma de loco soñador/ Como quisiera, lucero de mi amor/poner bajo tus ojos mi corazón/ Quiero vivir para querer/para cantar esta ilusión.»

La casa «Víctor» suscribió con él  un contrato para imprimir veinte discos con sus composiciones, como testimonio de reconocimeinto a su labor eminentemente profesional.

Otra muestra de su talento se puso de manifiesto al ser llamado para que se hiciese cargo de la dirección musical de las películas peruanas que se filmaban en ese entonces.

En 1959 el Gobierno lo condecoró con la Orden de Caballero.

Falleció el 5 de noviembre de 1975. El Diario «El Comercio» señaló que durante más de sesenta años, Ormeño fue un «dilecto cultivador e intérprete del folklore de nuestras tres regiones». Dejó registradas cincuenta pbras en la APDAYC.

Enviado por Jose Olivera

MARIO CAVAGNARO

Más allá de sus actividades, tan ligadas al ambiente músico-cultural, la vida de MARIO CAVAGNARO LLERENA. es tan sorprendente que, si guardáramos todas y cada una de sus aficiones y realizaciones, al abrir una imaginaria caja, habríamos abierto iUna Caja de Sorpresasl.

Nacido en la Ciudad Blanca, fue criado en Lima, e instruido en el Colegio de los Padres Salesianos.

Mario -primera sorpresa- no se llamaba así, su nombre real era Miguel Angel. Desde niño se caracterizó por su entusiasmo y, si bien es cierto, no era ‘el mejor deportista del Colegio’, su espirítu de liderazgo lo llevó a luchar por los justos intereses de las mayorías: es así, como tendríamos, en estas breves lineas, que recordarlo como uno de los más combativos defensores del DERECHO DE AUTOR. Con él, entre otros autores y compositores, hace, ya, algunas décadas surgió la APDAYC y, a pesar de haber sido el último Presidente de la Sociedad Peruana de Autores y Compositores (SPAC), se nos «escapó» un día siendo, nuevamente, miembro de excepción de la Asociación Peruana de Autores y Compositores (APDAYC), donde, nuevamente, junto a otros connotados creadores, reunieron a lo más representativo del gremio autoral.

En 1949. había egresado de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Poco tiempo después, la publicidad, la radio: los medios de comunicación lo habían capturado para participar de, en y con ellos. Fue así como llegó a una empresa discográfica y su nombre pasaría, rápidamente, a engrosar la lista de grandes difusores de la música del Perú, Podríamos decir que en la profesión de Productor Discográfico, la calidad de Realizador,se instauró nuestro país, con MARIOCANARO LLERENA.

Si bien es cíerto que sus inicios en la música fueron como músico saxofonista y luego como compositor de canciones de ritmos foráneos, como su inolvidable OSITO DE FELPA interpretado por muchas extrellas internacionales de la canción, e incluso llevado al cine («Concierto de Amor » por Rosita Quintana ) el gran Salto a la consagración como autor-compositor de género criollo, lo da con LOS TROVADORES CRIOLLOS (Jorge Pérez y Lucho Garland), cuándo en los primeros ¡cincuenta, viste de gala el argot juvenil de nuestras costasy asi con la deliciosa REPLANA – bien definida por Jorge » El Cumpa» Donayre Belaúnde, como el aporte hecho neologismo,de los jóvenes criollos al idioma Español, escribe preciossas melodias con letras, algunas veces costumbristas (CARRETAS AQUÍ ES EL TONO, CABEZA DE CLOROFILA, etc, de alto contenido de dramático (YO LA QUERIA PATITA, CANTAME ESE VALS PATITA; TE HAN VISTO POR ORRANTIA, etc)

Paralelamente, el dúo de Pérez y Garland popularizas, otras composiciones de Cavagnaro, escritas, IiteraImente en términos comunes: pero, con la vena poética del arequipeño (MALA MUJER, por ejemplo). LA HISTORIA DE MI VIDA, DEBEMOS SEPARARNOS, DOS AÑOS, EN VANO,EL ROSARIO DE MI MADRE, LIMA DE OCTUBRE y tantos etcéteras, cuantos puedan ser escritos describirían la prolifica carrera del autor, a quien cantaron, entre otros, Los Pafichos, Armando Manzanero, Olga Guillot, Julio Jaramillo, Maria Dolores Pradera, Palmenia Pizarro, Olimpo Cárdenas, Daniel santos, La Sonora Matancera, Celio González, Raúl ShowMoreno, Rolando Laserie, e incluso » La voz » Héctor Lavoe, quien grabó EMBORRACHAME DE AMOR, recientemente regrabado por el panameño Basilio LA PRIMERA PIEDRA que, inicialmente,fuera interpretada por pepe Miranda, en versión de Celio González llegó al Primer Lugar del Ranking Latino,en New York y Miami

A pesar del logro de escucharse interpretado por tantos cantantes extrangeros,MARIO CAVAGNARO LLENERA enarbolaba el orgullo de haber sido acertado por los grandes cantores y cancionistas del Perú, quienes engrandecierón sus composiciones y que hicieron conocidas : » Gracias a ellos-decia Mario,refiriendose a los intérpretes peruanos, mis canciones se hicierón conocidas por los extrangeros que se daban una vuelta por el Perú.

Fue director y actor teatral,animador y maestro de ceremonias,director de la orquesta (La Sonora Sensación) y desde 1990,sumó a sus actividades artísticas, la carrera de cantautor que lo llevo desde esta LIMA MODERNA,su querida LIMA DE NOVIA, a los Estados Unidos,Argentina,Chile y México.

Un día antes de su inexorable partida,había estado conduciendo un canal de cablesu programa AVANZADA CRIOLLA que era,además,fiel reflejo de su empecinada lucha por inculcar,entre los jóvenes el amor por lo nuestro, por el acervo criollo.Nos dejó,finalmente,titulos como CANTO A TRUJILLO,LA PALABRA FINAL,TODOS LOS PERUANOS SOMOS EL PERU,QUE VIVA EL PERU SEÑORES Y premonitoriamente, LOS DIAS QUE ME QUEDAN.

A INICIOS de los noventa, el compositor Mario Cavagnaro publicaba sus memorias en las páginas de un diario local. “Contaba cómo se inició en el mundo de la música, quiénes fueron sus grandes amigos y cómo vivió sus mejores anécdotas”, afirma doña Belsa Bardaracco viuda de Cavagnaro.
Estas páginas, que la memoria fue olvidando, han sido rescatadas gracias a la fiel colaboradora Elena Bustamante, una de las figuras más queridas del mundo del criollismo. Con la publicación del libro Historia de mi vida, ella decidió rendir un homenaje, junto con doña Belsa, al creador de Osito de felpa.
En las doscientas páginas del libro también narra cómo ingresó en el mundo de la replana con la que popularizó valses festivos y por los que fue considerado un artista de vanguardia. Igualmente, recoge sus opiniones en torno a los polémicos derechos de autor, recuerda sus pasos por la disquera Sono Radio, empresa a la que dedicó 26 años de su vida y donde descubrió y apoyó a figuras de nuestro criollismo.
Finalmente, escribe acerca de lo que fue su última obra musical, el movimiento Avanzada Criolla, donde reunió a jóvenes valores como Claudia Aguirre, Marco Romero y otras voces mayores como la intérprete Sonia Bertha, quien nació en el Centro Social Musical El Sentir de los Barrios, Lucha Reyes.
Al principio, se planificó que Historia de mi vida apareciera el pasado 29 de setiembre –fecha en que, hace cuatro años, un paro cardiaco nos lo quitó–, pero hubo problemas de edición que impidieron este propósito. La presentación, mañana jueves a las 19.00 horas, estará a cargo de Alfonso Grados Bertorini, quien escribió el prólogo y fue amigo de infancia del recordado compositor. La cita será en el Club Social Miraflores. En la mesa de presentación estarán también Antonio Cisneros, Erasmo Díaz y Edith Barr.
Releer las páginas de Historia de mi vida será como tenerlo de nuevo entre nosotros, con la misma intensidad humana, la sonrisa de un padre bueno y la experiencia de un compositor sensible.

Don Mario Cavagnaro triunfó incorporando la replana a sus composiciones. Recurrió mucho al uso de metáforas a través de frases cargadas de picardía e ingenio. Su viuda, la Sra. Belsa Badaracco de Cavagnaro, publicó el año pasado un libro en homenaje a tan magnífico compositor, «Historia de mi Vida», allí podrán conocer detalles sobre su vida y sus composiciones.

 Este 29 de setiembre se conmemoran seis años del fallecimiento de un gran compositor peruano, Don Mario Cavagnaro. Entre las composiciones de Mario Cavagnaro, destacan: «Historia de mi Vida», «Afane otro estofao», «Barranco en el ayer», «Barrio mío, barrio añejo», «Cántame ese vals, patita», «Canto a Trujillo», «Carretas, aquí es el tono», «Cuando un criollo se muere», «Cutato ¿Por qué te baten?», «Debemos separarnos», «Destino sin amor», «Dos extraños», «El Regreso», «El Rosario de mi Madre», «Gracias por haberte conocido», «Hoy te quiero más», «La noche de tu ausencia», «Lima de novia», «Lima de octubre», «Los días que me quedan», «Mala mujer», «Todos los peruanos somos el Perú», «Yo la quería, patita», «Osito de felpa» y muchos más.

 Un Gran Señor y Caballero fue Don Mario Cavagnaro quien debido a su enorme cultura y su facilidad de palabra se convirtió en creador y conductor de programas de radio y TV, además de maestro de ceremonias. Don Mario Cavagnaro no componía música criolla en sus inicios ya que él se dedicaba a componer boleros. En el bolero, género que le trajo muchos gratos momentos, debemos citar «Osito de Felpa», un bolero que ha hecho y sigue haciendo latir más rápido el corazón a muchos, que dio la vuelta al mundo interpretado por el trío «Los Panchos». Como una demostración de la gran capacidad para componer que tenía él, años después, compuso también un twist, «La Primera Piedra», que fue un «hit» en la voz de Pepe Miranda.


Los valses criollos estaban de moda en Lima y Don Mario Cavagnaro no los componía. Sus amigos lo fastidiaban y le empezaron a decir que él no era capaz de poder componer valses ni música criolla. Fue así que Don Mario, tomándolo como un reto, compuso «Historia de mi Vida» y desde allí nadie pudo pararlo en su gran ascendencia y riqueza con que llenó el pentagrama criollo de nuestro Perú.

 

El gran periodista, investigador y estudioso de nuestra historia, tradiciones, costumbre y criollismo, Gonzalo Toledo, en su artículo «Lima de Octubre» publicado el 23 de noviembre de 1993 en el diario El Comercio y, posteriormente, también en el Tomo II de su libro «Déjame que te cuente…»; relata que muchas de las composiciones de Mario Cavagnaro están inspiradas en el programa hit que tuvo Radio El Sol, «Dibujos Animados de la Radio». Los temas de Mario Cavagnaro trataban de los personajes tan singulares que tenían esta serie como el oso, el lobo feroz, la cucarachita Martina y otros. Sin embargo, el vals «Lima de Octubre», dice Gonzalo Toledo, no está incluido en esa secuencia. Aquel hermoso y alegre vals de Mario Cavagnaro, que el conjunto «Fiesta Criolla» hizo popular, fue inspirado en los recuerdos que tenía Mario Cavagnaro de sus años juveniles cuando vivía en una casa de altos de la céntrica calle de Velaochaga, desde cuyo balcón solía presenciar el procesional paso de las andas del Señor de los Milagros.

 

El movimiento «Avanzada Criolla», que ha reunido a Ronny Zuzunaga, Claudia Aguirre, Marco Romero y muchas otras figuras más, fue una de las últimas obras que nos dejó Don Mario Cavagnaro.

Don Mario Cavagnaro triunfó incorporando la replana a sus composiciones. Recurrió mucho al uso de metáforas a través de frases cargadas de picardía e ingenio. Su viuda, la Sra. Belsa Badaracco de Cavagnaro, publicó hace dos años un libro en homenaje a tan magnífico compositor, «Historia de mi Vida».

 

SUSANA BACA

Hace unos cuatro años, supongo, caminaba al mediodía por la calle principal de Barranco —distrito limeño de artistas e intelectuales, que cada fin de semana es invadido por miles de jóvenes ansiosos de libertad y sedientos de cerveza—, cuando vi su cuerpo menudo y su sonrisa universal y le dije hola, esperando quizá que recordara mi rostro de casi veinte años atrás, cuando de una u otra forma frecuentábamos los mismos grupos de artistas, músicos, y diletantes varios. No que hubiéramos sido propiamente amigos. Le hice una venia leve y sonriente, y creo que reconoció mi rostro, pues nos saludamos, y le dije que me había encantado su Fuego y agua (originalmente publicado por Editora Pregón, en el Perú, y que se ofrece ahora en el mercado norteamericano en una edición de Tonga Records, como Del fuego y del agua), disco-libro que acababa de ver la luz (y que —hay que decirlo— incluye una memorabilísima versión de la marinera norteña La veguera, en que su voz justa se entrelaza con la banda de la Policía Nacional del Perú, heredera de la que antes fue la banda de la Guardia Republicana, incomparable cuando de marineras y tonderos se trata). Conversamos brevemente, y era obvio que yo sabía perfectamente quién era ella y que ella no tenía la menor idea de a quién pertenecía este rostro conocido. Me dio su tarjeta, yo le di la mía, y adiós: extraños encuentros de un diletante periférico que estuvo pero ya no está, con quien es, definitivamente, una artista excepcional.Si Susana Baca no fuera artista ni folclorista; si ella no cantara ni trabajara tan duro por el arte y la música; inclusive si no hubiera sido acosada —menos mal que brevemente— por los servicios de «inteligencia», que le dicen, por aparecer su nombre en las notas de algún detenido político; en fin, si sólo fuera Susana Baca, persona, habría que quererla por tener siempre la sonrisa fresca y la sencillez incomparable de aquellos que vale siempre la pena recordar. Esa sencillez no se ha visto afectada por su creciente fama entre los cada vez más numerosos amantes de la música afroperuana, y ni siquiera por haber sido nombrada embajadora de buena voluntad de la UNESCO. Supongo que seguirá igual en estos días, en que muchos lugares de los Estados Unidos la han visto —en un espectáculo llamado Divas del mundo— compartir escenarios con Tish Hinojosa, popular cantantautora bilingüe norteamericana, y con Stella Chiweshe, gran intérprete de Zimbabwe.

Susana Baca, el disco

Pero esta vez queremos escribir de Susana Baca, cantante, inventora y dueña de una hermosa voz que sabe atacar con la fuerza justa los ritmos africanos asentados hace tantos años en la costa del Perú, y que igualmente, persuasiva, nos canta poemas de hoy en la cadencia suave del vals peruano contemporáneo. Este disco, titulado simplemente Susana Baca (Luaka Bop, Inc., setiembre de 1997, Warner Bros. Records, 9 46627-2), de sabor negro indudable, mezcla músicas que van o —mejor— vienen desde el folclore afroperuano hasta el sabor de las armonías modernas. La cosa empieza con una conocida pieza de Andrés Soto, Negra presuntuosa, de los años 70, cuando Andrés —a la sazón miembro notabilísimo del círculo de Chabuca Granda— deslumbraba a tirios y troyanos con sus poéticas canciones, varias de las cuales se han asentado —a pesar de la poca atención de la radio comercial— en la música popular peruana.

La segunda pieza, Molino molero, de la tradición afroperuana con arreglo de Susana, es una muestra cabal de la suave percusión de tumbas, cajas y palitos, que se hacen recibir por un violín, que aún se toca mucho en El Carmen, distrito negro de Chincha, a pocas horas al sur de Lima. Luego viene Heces, un poema de César Vallejo, musicalizado por Noel Nicola —que con Pablo Milanés, Silvio Rodríguez y otros inició la Nueva Trova cubana— y la propia Susana, como una mezcla de triste peruano, con leve aroma andino, y vals-balada que sólo necesita hacerse acompañar por una guitarra, la de Félix Casaverde, señor de muchas noches barranquinas.

Otra pieza de Andrés Soto, Tu mirada y mi voz, le permite a Susana mostrarnos la belleza inigualable de su voz, para dar paso a una pieza ya clásica del folclore afroperuano, el landó Zamba malató, que Susana trata con una cadencia imposible de imitar y con las notas altas que en su voz ni se sienten: «ese pajarillo pecho colorado/ eso te sucede, negro, por enamorado».

Luego, al centro del disco, Susana canta para el mundo Luna llena, de Simón Díaz, que se abre y se cierra con unas notas de zampoña, la característica flauta de pan andina de sonido profundo: «Yo vide una garza mora / dándole combate a un río». Pero en esta hermosa canción las palabras parecen ser sólo un pretexto para soltar la música: pura melodía, pura voz.

Sigue Caras lindas, un vals peruano en el estilo baladístico de hoy, que ya ni se baila, y que termina con un cambio de ritmo hacia percusión y contrapunto de voces, para dar paso, casi transparentemente, a Se me van los pies y Enciéndete candela, muestrarios de puro ritmo afroperuano, con coros de fondo nada tradicionales que le dan más musicalidad: canciones llenas de alegría, percusión, quijadas de burro, pasando del festejo al «ingá», y de ahí al «alcatraz», ritmos más africanos que peruanos, pero también más peruanos que africanos.

El disco cierra con Señor de los Milagros, canción original de Francisco Basili y, adivinen, Susana Baca, tema que es una pintura de la procesión del culto que se manifiesta en las procesiones más grandes del mundo católico. El cajón afroperuano, que recuerda un poco a los tambores de las saetas sevillanas, se une fácilmente con la zampoña andina, y ambos dan paso a la voz de Susana y de sus vocalistas, sin salirse del ritmo procesional.

¡Qué bueno que por fin el mundo pueda conocer a Susana Baca! Antes era sólo nuestra, y ahora tenemos que compartirla con el mundo, con ese orgullo —injustificado, como todos los orgullos chauvinistas— nacido de haberla escuchado por un par de décadas. Suertudos que somos todos.

SUSANA NOS HIZO SOÑAR

Nuestra Susana Baca y su cuarteto de geniales músicos sobre el escenario de la Huaca Pucllana nos transportaron por un tiempo indefinido a la tierra del ensueño. La mente descansó, y el espíritu travieso se enredó con el cuerpo, conmovidos, lenta y sensualmente.

«Toro mata» ese clásico nuestro de color negro, fue el tema que eligió Susana para iniciar la noche. Ella, envuelta en un vestido blanco vaporoso que se mecía al compás del viento y de su aliento, nos embelesó con su presencia y su carisma. Como fondo tenía la huaca en tonos rojizos y azulados, según las connotaciones sonoras.

«Nos estábamos extrañando» expresó con su voz trémula. Y la gente se rindió a sus pies. Ella regaló «una canción de amor». Acabó y todo quedó a oscuras, hasta que su voz solitaria entonó un poema de Alejandro Romualdo.

«Zamba Malató» sonó como nunca. David Pinto (en baby bass), Hugo Bravo (en percusiones), Juan Medrano Cotito (en cajón) y Sergio Valdeos (en guitarra) fueron los culpables. Antes que nos recuperábamos, ya «Panalivio» nos volvía a dar un baño de bendita negritud. Susana, con embajadora de su raza expresa gestualmente el trance que la acomete sobre el escenario de la vida

Otra canción de amor: «Aparición» hizo estremecer corazones a ritmo de guitarra, cajón y esa voz de suspiro limeño que posee Susana. Otros corazones, más fríos, tiesos en sus asientos, escudriñaban la escena como preguntándose: «¿es así como canta la negrita que ganó el Grammy?». Eso, señores, era notorio. Y es que el arcaico racismo aún respira nuestro aire. Susana como percibiendo ese olor, sacaba de su repertorio los himnos de su raza. «Hablan los negros del Congo, contestan los de Tumán» o mejor dicho «Golpe e tierra» y antes «Caras lindas», daban fe de ello. Cantaba la negra linda mientras sus pies dibujaban sobre el escenario. ¡Qué baile mamá!

El tema final, alargado para presentar a los músicos, era uno que me hizo recordar tonadas tropicalonas. «Pájaro lindo de la madrugada» o como se llame iba ser la despedida, pero sólo Mario Vargas Llosa abandonó el histórico recinto pues los demás nos quedamos para seguir gozando. «Se me van los pies» y «Enciéndeme candela», que deben ser oraciones para Susana, trajeron abajo el imaginario telón para algunos, y para otros (me incluyo) la vuelta al país de las pesadillas. ¡Cómo te quiero Perú!

Recibirá medalla

La ganadora del Grammy Latino, la cantante peruana Susana Baca, será condecorada hoy por el Congreso de la República en reconocimiento de su esforzado trabajo de difusión de la música afroperuana en el mundo.


La ganadora del Grammy Latino sigue recibiendo homenajes.

En dicha ceremonia, que estará a cargo de la congresista Elvira de la Puente Haya, la intrérprete será condecorada con la Medalla Juan Pablo Vizcardo y Guzmán, en la sala Gustavo Mohme del Poder Legislativo.
Durante los últimos 25 años, Susana Baca ha realizado un arduo trabajo en pro de la música afroperuana interpretando lo mejor de su repertorio y rescatando tradiciones olvidadas.
Fueron su tenacidad y constancia las que hicieron que en setiembre último obtuviera el primer Grammy Latino para el Perú en la categoría Mejor Album Folclórico por su disco Lamento negro, algo sin precedentes y que llena de orgullo a todos los peruanos.

Semblanza del desaparecido compositor Víctor Merino

0imagen-0El Ministerio de Cultura rinde tributo y homenaje a Víctor Merino, uno de los grandes creadores de la música popular peruana, cuya muerte, acaecida en la madrugada de hoy, se dio luego de haber sufrido un derrame cerebral durante la Nochebuena pasada.

Víctor Merino se hizo conocido como compositor y musicalizador de poetas insignes. Supo engarzar maravillosamente el sonido y las palabras. “Hacer Música”, le confesó al periodista Paco Moreno en una ocasión, “no es otra cosa que ordenar esos sonidos con la misma pasión que los poetas ordenan las palabras”.

Esa íntima relación entre el sonido y la palabra fue lo que mejor supo cultivar cuando se atrevió a musicalizar los poemas inmortales de Juan Gonzalo Rose o Mario Benedetti, de César Vallejo o César Calvo, de Octavio Paz o Rubén Darío.

Merino, hijo y descendiente de músicos, nos abandona a los 69 años. Queda en nuestro recuerdo múltiples composiciones y musicalizaciones. Una de las más bellas, quizá, Tu Voz, un entrañable poema de Rose en la voz de la no menos inigualable Tania Libertad.

Paseó su arte por América y Europa, precisamente de la mano de Tania Libertad. Colaboró con Armando Manzanero, Willy Colón, Mercedes Sosa, Juan Manuel Serrat. También con Héctor Lavoe, Chico Buarque e Irakere.

Merino supo decir y reconocer que la composición era para él como la respiración. Hoy, solo nos queda escuchar su música y agradecer su encomiable existencia.

Fuente: [Ministerio de Cultura]

OSCAR AVILES

Cerca de la calle América en el tradicional barrio chalaco de Zepita nació Oscar Avilés Arcos. Hijo de don José Avilés Cáceres, notable fotógrafo profesional y pionero de la cinematografía en el Perú. A Don José Avilés se debe el hecho de haber formado reconocidos artistas y profesionales que enrumbaron hacia los periódicos y revistas. Se casó con la dama chilena Angelina Arcos. A los doce años de edad fue la abuela materna de Oscar, doña Carmela Alván, quien le enseñó a tocar guitarra. Casi a los veinte años decide ser un profesional y toma aprendizaje del profesor don Isidro Purizaga.

Desde los años 38 al 40 empieza a trabajar en los tríos de cuerdas de las emisoras locales. Aurelio Collantes en su «Historia de la canción criolla» destaca que fue puntero del famoso trío de cuerdas: Avilés, Núñez y Arteaga. Avilés siente y expresa lo que toca. En todo ello estriba una suma de cualidades: sonido propio, poder sobre el instrumento y documentación musical.

El destacado artista comentó sobre Isabel Granda Larco: «Chabuca le cantó a las cosas que todos amamos. Nos volvió a la realidad del algo encantador como fue la vieja Lima, los antiguos señores, los rincones sin ocasos. Aparte de su obra como compositora fue una intérprete eminente. Sin tener en cuenta su voz que era limitada, nadie argumentó mejor las canciones… «.

En los últimos años es notable el trabajo que realizó con Alicia Maguiña, que han sido editados en dos discos compactos. En el 2001, ha sido interesante el ciclo de conciertos dados mano a mano con otra grande de la guitarra, Pepe Torres.

 

Este texto es una recopilación que encontramos en el libro de Raul Serrano Castrillón, «Confesiones en tono menor: Oscar Aviles 70 años de peruanidad», Hoy con 75 años a cuestas, «El chino» aun no vive de los recuerdos, vive del presente. Conozcamoslo más.

Al inicio de la lectura del libro nos enteramos que Oscar Aviles recibio su primera guitarra a los 8 años, de manos de su padre, un regalo que marcaría su vida. Nuestro legendario músico perteneció a una familia modesta pero donde no falto nada. Don José Aviles Cáceres, su padre, fue el fundador de la primera agencia periodística-fotográfica del Perú. Así, el «chino» (asi lo llamaban en el barrunto) veía como todos los días desfilaban por su casa, los directores de diarios, en busca de fotos para sus primeras páginas.
Oscar iba dos veces por semana al domicilio de Isidoro Purizaga, su maestro de guitarra, quien vivia en el Rimac (cerca al templo San Lorenzo). En el cine Hollywood, de la calle Loreto, en Breña, lo bautizaron como el «Gardelito Peruano». En una oportunidad Rosita Ascoy (una de «Las Limeñitas») acudio a su casa a contratarlo para una gira. La popularidad del «chino» (el firme no el que tenemos ahora) crecia. Oscar tenia apenas 15 años.
Pasaron los años y aparecen «Los Morochucos» llamados los caballeros de la canción criolla. Augusto Ego Aguirre le propuso a Oscar formar el trío. Refiere el libro que Oscar recibe su primer «puñal» en cañete. este es un acto por el cual una persona cobra menos dinero de lo pactado. Fue Ego Aguirre quien se lo «Clavó».
La primera vez que «Los Morochucos» lanzan un disco fue en la sala de grabación del chileno de apellido Calcagno. Por esos años muere la actriz y cancionista Lucy Smith, al caer de un auto en marcha, deceso del que hasta hoy se ignora si fue accidente o asesinato.
Para los entendidos, en 1949 aparece otro grupo muy conocido como contraparte de «Los Morochucos», se hicieron llamar «Los embajadores Criollos». Ellos nacieron en la casa de la mamá de Rómulo Varillas, quien vivia en la zona conocida como Ancieta Baja, donde se construyo posteriormente el Cementerio El Angel.

PROYECCION INTERNACIONAL:
La primera guitarra de Los Panchos, Alfredo Gil, admiraba a Oscar Avilés. El popular trío mexicano ofrecía una temporada en escenarios limeños y Avilés ya había logrado cierto prestigio, se conocieron y entre ellos surgió una gran amistad. Así mismo, tubo el reconocimiento de Paco de Lucia, quien comentó de él alguna vez su extraordinaria capacidad para arrancarle sentimientos a las cuerdas.

Cuenta Avilés que en casa del pinglista José Moreno, ubicada cerca a la plaza Dos de Mayo, Chabuca Granda termina de componer el segundo himno del Perú: La flor de la canela.

Corría el año de 1954, cuando Avilés y Humberto Cervantes forman un dúo y consagran el tema argentino «Comarca». Semanas después, Oswaldo Campos le sugiere al guitarrista que escuche a Panchito Jiménez, quien llegaba de Bolivia. Se gestaba así Fiesta Criolla, nombre que nació del grupo chileno Fiesta Linda.
A sólo tres meses de estar en actividad, Fiesta Criolla opacó a Los Embajadores Criollos, trío que no grabó mucho porque su disquera dio preferencia a otros rubros.
Sin embargo, a juicio de Avilés, fue don Mario Cavagnaro quien desintegró a Fiesta Criolla, ya que ofreció atractivos contratos a dos de sus integrantes principales cuando él quiso llevarlos a Iempsa, sello donde era productor general. Es así como desaparece el grupo más popular de todos los tiempos.

Algunos años después, Chabuca Granda y Oscar Avilés participan en una de las ediciones del Festival de Viña del Mar. Más tarde, la pareja es invitada por la Casa de la Cultura del Ecuador a ofrecer un recital, al que Avilés llega luego de varias peripecias y una noche de parranda.

Una de las últimas confesiones que recuerda Avilés es que debido a la bohemia, muy propia de los criollos, Los Morochucos perdieron la oportunidad de presentarse en el Show de Ed Sullivan, el más sintonizado programa de la televisión estadounidense. La fama y el dinero se les fue de las manos. Sin embargo, para él la historia resultó ser otra: galardones, diplomas y aplausos. Justo reconocimiento a un hombre que, pese a no saber leer música, ha conquistado a Latinoamérica gracias a su destreza con la guitarra.

Abelardo Vásquez Días

Abelardo Vásquez Días
Abelardo Vásquez Días

El segundo disco póstumo «Canto a Abelardo», editado por sus familiares, reúne sus mejores creaciones interpretadas junto con sus compañeros de arte.

Antes de convertirse en uno de los artistas más completos del género criollo, Abelardo Vásquez Díaz (1929-2001) despertó su vocación al compás de la jarana y la música que gozó en la intimidad familiar.

A los 6 años bailaba la marinera limeña con buen estilo y lució sus mejores pasos en la película El gallo de mi galpón. Luego, junto con sus hermanos, integró el grupo formado por su padre, Porfirio Vásquez y sus hijos.

A partir de la década de 1960 destacó como excelente cantor de marinera limeña, pregones, habaneras y festejos, además de virtuoso compositor que enriqueció la música popular de la Costa. Entre sus creaciones que se mantienen vigentes figuran el alcatraz “Préndeme la vela”, los festejos “Camote asao” y “Negra Panchita”, el pregón “Pan de dulce”, y la marinera limeña “Porfirio, Pipo y Vicente”, en homenaje a su padre y sus hermanos fallecidos.

Su arte se exhibió también en escenarios extranjeros. En 1967 participó con Nicomedes Santa Cruz en el Festival de Salta (Argentina), en 1968 viajó a México para representarnos en un festival mundial, en 1971 se presentó en Colombia con el conjunto de Victoria Santa Cruz, y en 1974 actuó en Cuba en el Festival de Decimistas de Cucalambé.

En 1977 efectuó igualmente una gira por Japón con el grupo Hijos del Sol, junto con Cecilia Barraza y Jaime Guardia. En 1982 cosechó aplausos en Alemania, y al año siguiente participó en el Festival de Cosquín, en Argentina.

Su discografía incluye los antológicos Socabón (1975) y Ritmos negros del Perú (1971), con el conjunto de Nicomedes Santa Cruz, además de Los Vásquez (1974), que grabó con sus hermanos Vicente, Daniel y Oswaldo.

Su voz se lució, además, en el importante disco La marinera limeña se baila así… (1974), en el que cantó junto con Augusto Ascuez y Augusto Gonzáles “El Cura”. “Es el más importante testimonio de marinera limeña. Hasta hoy continúa haciendo las delicias de los cultores de la jarana y es el modelo de quienes se inician en el complejo arte del canto de jarana”, comenta su viuda, Marilú Loncharich de Vásquez.

Hace tres años editó su última grabación, El gran Abelardo Vásquez. Reunió composiciones suyas con creaciones de su padre Porfirio –“Los Norbos”–, y de otros destacados maestros como Pablo Casas, Máximo Bravo y José Villalobos.

Por su vida ejemplar, a Abelardo Vásquez se le dio innumerables homenajes y reconocimientos. Por ejemplo, en 1988 recibió las Palmas Magisteriales en el grado de Maestro por el Ministerio de Educación.

Esta semana presentan su segundo disco póstumo, Canto a Abelardo, en el que su voz renace en nueve temas como los valses “A Carlos Gardel”, “Cristal herido” –junto con Bartola–, la polca “Angélica”, y el pregón “El frutero” –acompañado por Carmen Flórez–. Además, el elenco de la peña Don Porfirio, espacio que creó en 1984, interpreta el tema que da título a la producción.

La presentación se efectuará el sábado 6, en el teatro Peruano Japonés, de Jesús María, a las 19.00 horas. Allí estarán presentes reconocidas figuras del canto, el baile y las décimas. No faltarán los testimonios de amigos entrañables y la presencia del homenajeado, quien volverá a emocionarnos mediante un video inédito. Recordaremos, entre la nostalgia y la gratitud, sus lecciones artísticas, sus consejos y su inmensa alegría de vivir. (RAY).

RAFAEL OTERO LOPEZ

El 30.11.1997 a sus 76 años falleció Rafael Otero Lopez autor de diversos temas como «Los algarrobos» «La vidalita» «Ven amor» Rosa Victoria» «Enma» «Albedrío» «Mis lágrimas» «Porque sigues llorando»

Cuentan que Alicia Maguiña llevó a su lecho la última grabación que hicieran con el maestro Oscar Aviles en abril de 1997 del popular «Los algarrobos», lástima que no pudo escucharlo en disco.

Nace en Piura en 1921 y estudia en el Colegio N°21. En 1936 forma el trío Los Amigos.

En 1942 ingresa a la FAP donde llega al grado de técnico pero se retira para regresar a su música.

En 1943 formó el trío «Los Trovadores del Norte» con Dinas Ayulo y José Aguilar. Luego debutaron en 1944 en Radio Central. En Lima los grupos más representativos del Norte eran además de ellos también «Los Trovadores del Valle»..

En 1950 Los Trovadores del Norte hicieron giras por Ecuador, Chile y Argentina. A su regreso fallece José Aguilar y tanto Rafael Otero como Dimas Ayulo regresan a su tierra. Años después deciden dar nuevamente vida a Los Trovadores del Norte con Dimas Ayulo y Alberto Ovalle (piano).

Hicieron gran actuación en Radio Victoria alternando con Los Embajadores Criollos. En amistad con Romulo Varillas hacen que Los Embajadores Criollos graben «Yolanda» …Siento celos de aquel que con su brocha, ha podido pintarte toda toda…..

También llegaron a grabar «Odiame» de la cual le pertenece a Rafael Otero sólo la música ya que la letra fue extraída de un soneto de Federico Barreto llamado «El último ruego».

En 1955 los contrata Odeón y una canción conocida que graban es «Así será» de Emilio Santisteban «muchas veces lloramos cuando sufrimos…


Enviado por: Felipe