Blanca Ciudad, de eterno cielo azul

Arequipa está de aniversario y cumple un año más este 15 de Agosto. La «Ciudad Blanca» con su majestuoso Misti y su eterno cielo azul, dejaron muy gratos recuerdos en mí ya que tuve la oportunidad de vivir un tiempo allí. Su belleza, sus paisajes, su campiña y su clima seco con sol, casi todo el año, hacen de Arequipa uno de los mejores lugares para vivir en el Perú.
El Convento de Santa Catalina, la Catedral, la Iglesia de la Compañía de Jesús, la Iglesia de Santo Domingo, las Casonas, los museos, sus Portales de piedra y sus calles llenas de belleza, arte, cultura e historia han hecho que Arequipa haya sido catalogada por la UNESCO como «Patrimonio Cultural de la Humanidad», algo que nos enorgullece a todos los peruanos. Y para los peruanos que vivimos en Australia este nombramiento tiene doble significado porque fue en la ciudad de Cairns, Australia, donde a fines de Noviembre del año 2000 le dieron ese galardón a la ciudad de Arequipa.
Como el amor entra a veces por el estómago, Arequipa tiene unos potajes que son las delicias de cualquier comensal, como el Rocoto Relleno, el Adobo, la Ocopa Arequipeña, el Chupe de Camarones, el Caldo Blanco y otros. Estar en Arequipa es un paso obligado a visitar las picanterías de Yanahuara, Sachaca, Sabandía y especialmente de Tiabaya que es donde me gustaba ir a comer todos los Domingos, durante el tiempo que pase allí. Con Arequipa es válida esa frase que dice: «Para conocer la idiosincrasia de un pueblo, basta con observar su mesa».
Todo peruano debe recordar y haber tomado la famosa y deliciosa leche Gloria, orgullo de los arequipeños. El Anís Najar es otro de los símbolos del gusto arequipeño que cae de maravilla después de saborearse un adobo de chancho. Una visita a la ciudad de Arequipa es regresarse con la maleta llena de los famosos dulces de La Ibérica.
¿Qué peruano no recuerda que Arequipa es una ciudad «caudillo», ya que allí se originaron rebeliones contra abusos del pasado?… Que nadie se atreva a arrebatarle sus derechos, la tierra o los recursos a los arequipeños, de lo contrario se tendrá que enfrentar a un pueblo aguerrido y combatiente dispuesto a dar su vida por lo que considera es justo y le pertenece.
«Blanca ciudad, / de eterno cielo azul, puro sol, / montañas de mi lar, donde nací, / en donde me crié para amar. / Aquí dejo mis sueños, / aquí dejo mi amor, / aquí dejo mis sueños, / aquí dejo mi amor. / Aquí dejo mis lágrimas / de eterno desconsuelo / porque mi estrella triste / fue cruel. / Silvia…» …¿qué peruano no recuerda a la «Silvia» de Melgar?… Mariano Melgar, prócer y poeta peruano, hijo predilecto de Arequipa, es un claro ejemplo de los que creen y luchan por el amor y la libertad. Melgar legó al pueblo arequipeño no sólo romanticismo, sino también un gran amor por el terruño, un profundo patriotismo, rebeldía y devoción a la libertad.
El vals «Melgar», dedicado al poeta mártir, se convirtió en uno de los clásicos de la música criolla en la interpretación de Los Dávalos. La inspiración de dicho vals le vino a Benigno Ballón Farfán cuando él se encontraba en Bolivia, ante el añoro por su tierra lejana. El compositor, director, arreglista y cantante arequipeño Benigno Ballón Farfán compuso el vals «Melgar» en su primera y segunda parte con la letra del poeta Percy Gibson (Jorge Antonio Percy Gibson Möller), estando en Bolivia, y la tercera parte en Arequipa con letra del propio Benigno Ballón Farfán. (*)
Un Salud con «Chicha» por la Blanca Ciudad del eterno cielo azul y sus construcciones de sillar, por esa gente de Arequipa y por todos los arequipeños presentes en cualquier lugar del mundo.

Dario Mejia
Melbourne, Australia
(*) Información proporcionada por Dante E. Zegarra López, autor del Diccionario Histórico Biográfico de Arequipa y Subdirector del diario «Arequipa al Día».