Luis Abanto Morales

Luis Abanto Morales
Luis Abanto Morales

 

Luciano Huambachano Temoche, compositor nacido el 29 de mayo de 1910 en Lima y, por lo tanto, de una generación posterior a la de Pinglo, es autor de un bello vals, «Barrio bajopontino»,entre otros muchos.

Debió representar mucho para los criollos María Eugenia Gallo. Donosa alegre, acaso un monumento al amor. César Enrique Ferreyros la cita tambien en su semblanza «Abajo el Puente», inserta en el opúsculo Barrios de mi cuidad que publicó en 1946.

Huambachano vivía en Malambo, rodeado de un vecindario mayoritariamente negro, mulato y zambo; pero él, tan jaranista como sus fraternales amigos, se sentía orgulloso de su raigambre chola, o , si queremos expresarlo de otra manera, de su linaje cupisnique. En la década de 1940 se mudó al Pasaje tercero Nº254 del cuarto Barrio Obrero, en el Puente del Ejército (Rímac).

Decía Augusto Ascuez (1892-1985) que en el grupo denominado «Los 12 pares de Francia» eran figuras destacadas tanto Luciano Huambachano como su hermano Enrique «que tocaba bandurria, piano y guitarra»; Malambo, actual avenida Francisco Pizarro, «era como una sola familia que se frecuentaba mucho para los santos y las jaranas» (Ascuez).

El futuro compositor criollo había sido educado en el Colegio de Adán Filomeno, un popularísimo maestro de escuela a quien don Mateo Huambachano y doña Hermelinda Temoche recomendaron al muchacho para que lo instruyese lo mejor posible y, si el caso requería, «lo metiese en vereda». Porque era un poco inquieto, travieso, amigo de la calle y de la bullanga. Pasó el tiempo y Luciano, un joven de 22 años en 1932, formó el dúo Huambachano-Pizarro.

Eran reconocidos como «Los gauchos peruanos»

por su compenetración con la música argentina. En «La lira limeña» Nº99 figura el tango «Bailarín», con letra de César Pizarro y música de Luciano Huambachano. Tocaba guitarra y piano.

Después de este periodo tanguero.del que ningún cantante o compositor criollo escapó, se definió su vocación artística.

 

LUCIANO HUAMBACHANO

Todos los años, en julio, los limeños criollos dan serenata a la Virgen del Carmen en su antiguo santuario de los Barrios Altos. Desde hace muchos años estaba a cargo de la organización de ese homenaje a la patrona de la canción criolla, uno de los devotos mas ciertos y fervorosos de la reina del Carmelo; Luciano Huambachano Temoche. Pero él que espera llegar a tan venturoso acontecimiento, murió un martes cinco de ese mes. Antes de condolerse por la desaparición de tan auténtica figura de la canción criolla, trovador, intérprete instrumental y compositor de fecunda trayectoria, rendimos homenaje a su señorío singular, a su elegancia y profunda manera de entender la amistad. Ha partido un virtuoso caballero, paladín de la fraternidad, que tanto se hizo querer y respetar por quienes tuvimos el privilegio de ser sus amigos.

 

SU CAMINO AL ARTE

Ya en 1924 el famoso dúo Huambachano-Pizarro, compuesto por Luciano Huambachano y César Pizarro, debutó en el desaparecido teatro «Royal» del jirón Cajamarca. Allí prácticamente se inicia la carrera artística del joven trovador que era eximio guitarrista. Ellos estuvieron en la inauguración de Radio Nacional , cuyo primer director fue don Antonio Garland, la primera locutora nuestra admirada doña Rosa Hernando y el pianista, nada menos que Carlos A. Saco. Desde aquellos años aurorales ¿cuántos conjuntos integró Luciano? Solo él podría habernos dado la respuesta.

Pero el impulso musical venía en la sangre porque habiendo nacido en 1910 en el corazón de Malambo, fueron sus progenitores don Mateo Huambachano, maestro y educador y su madre doña Hermelinda Temoche y Granados, ambos músicos de gran inspiración.

Por eso quien conoció a los Sancho Dávila y los Ascues y a lo más graneado de la canción rimense, sabía lo que decía, y quien instrumentaba piano y guitarra tan bien como Huambachano, era reconocido como maestro y autoridad en un ramo que se le desfigura por los consabidos idiotas, si se afirma fue de legitima y la mejor bohemia.

Como compositor deja canciones muy bellas y con un texto auténticamente limeño, citadino, flor de barrio, lo más conocido su valse: «Barrio bajopontino», que fue si se quiere una obra autobiográfica; «Chinita», «La Perricholi» y el último, tal vez «Malambo».

El legendario valse de César Miró y Filomeno Ormeño: «Se va la paloma», que desde hace tantos años invita a ir a las fiestas de la Virgen del Carmen, lo he sentido siempre muy ligado a mis afectos. El valse dice:-Vamos a la fiesta del Carmen. Y él que en la práctica todos los años convocaba a esa serenata clásica, don Luciano Huambachano, será siempre el más querido ausente. Más sabe la gente y lo enseña la liturgia que es la Señora Carmelitana la conductora de las buenas almas. Y ya en la compañía de su augusta y dulce patrona, señora de la música criolla, ha entrado al reino de Dios.